martes, 29 de mayo de 2018

Bálticos peregrinos agustinos 2018. Vilnius bien vale una misa -RPB6

Si que la vale, tal como dijo Enrique IV antes de convertirse al catolicismo "Paris bien vale una misa", pues Vilna puede que valga dos. O tres. O mas. Me sorprendió gratamente esta ciudad que comparan con Roma por la cantidad de iglesias y la religiosidad que se respira.
Dos meses hace ya que volvimos. Tiempo en que la vida, con las vueltas que nos tiene acostumbrados, nos ha vapuleado a unos y a otros ofreciéndonos felicidad y tristeza a destajo. Bodas, comuniones y funerales, de todo un poco porque la vida es así, no da tregua,  un día te despiertas con un proyecto blanco, llena de ilusión y al otro te hace vestirte el alma de luto. Como dijo algún amigo, las alegrías compartidas con la gente que te quiere son mas grandes y las penas repartidas pesan un poquito menos, aunque sea solo un poquito y estos peregrinos saben compartirlas, unas y otras. Con discrecion, con recogimiento y con arrebato.

Lo último, la cruz de mayo que por primera vez se organizó en el colegio San Agustín y a la que nos ofrecimos a ayudar en recuerdo de aquellos años vividos en el barrio del Realejo, en Granada. Aquellas cruces de mayo que adornaban las calles, plazuelas y patios de vecinos, entre las que nos paseábamos las dominicas, admirando arte y  devoción, bailes y cantes populares. Cerveza y habas, no daban otra cosa en las barras improvisadas de las cruces, cuando aun el botellón no había nacido. Aunque ahora no vamos a hablar de cruces, vamos por aquel último día en las Repúblicas Bálticas. Llega el turno de Vilnius, la capital de Lituania.

Llegamos un viernes por la tarde al centro geográfico de Europa, Vilna para los españoles, una ciudad soleada, llena de gente y dividida en dos por el rio Neris que separa la Vilna de los cristales y rascacielos del casco histórico Patrimonio de la Humanidad. La primera vista de Vilnius es la torre roja, única superviviente del castillo de Vilnius, construido por el gran duque Gediminas y los trolebuses que vemos desde el bus, son autobuses híbridos que van enganchados a la red de cables eléctricos de la ciudad, de vez en cuando se sueltan y el conductor para el vehículo, sube al techo para volver a conectar la guía, originando el consiguiente atasco que no dura mas de un par de minutos.
El hotel Amberton, magníficamente situado, nos ofrece unas acogedoras habitaciones con vistas a la catedral situada en una amplia plaza donde convergen las principales arterias de la ciudad, la calle Pilies y la avenida Gediminos. Soltamos equipaje y salimos a la calle, hay que aprovechar,  nos quedan horas para regresar a casa.  El paseo de reconocimiento sobre el plano de Google maps sirvió para confirmar lo que ya esperábamos: un centro histórico lleno de iglesias, la mayoría barrocas a cual más bonita, unas calles llenas de gente que acogían los primeros rayos de sol de la señorita Primavera para pasear por ese elegante casco urbano.

¡Que bonita y que desconocida es esta ciudad!, por lo menos para mi, no sabia que esperar de ella y desde luego me cautivó.
 La plaza de la catedral está muy animada, desde un escenario móvil situado en un camión descapotable, un grupo musical anima al público que sigue sus actuaciones en la plaza, nosotros vamos a pasear sin rumbo. La avenida Gediminas es la calle de postín, grandes firmas y edificios ocupan sus aceras,  la calle Pilies es la mas antigua, cogemos por esta, subimos la pequeña  cuesta admirando edificios, iglesias y escaparates de pastelerías, comercios de lino, ámbar, puestos y tenderetes con calcetines, bufandas, gorros de lana al cuidado de señoras mayores, abrigadas al modo ruso, solo se veían sus caritas arrugadas asomando por los pañuelos anudados en las barbillas. Llegamos hasta la puerta de la Aurora y bajamos desde la plaza del Ayuntamiento hasta el palacio del presidente donde nos retratamos con el #LT100 de los 100 años de existencia.

 Cenamos en el restaurante del hotel, Sventaragio Sodas, que ofrece menú europeo aunque a Agustín no le gustó el pescado que a otros nos encantó, y la sobremesa también la tuvimos allí. Una camarera rubita y pequeña muy eficiente nos acomoda, saca boli y libreta para anotar comanda. No le hace mucha gracia que saquemos el alpiste, pero claudica, somos mayoría absoluta. Las paredes exteriores del bar son de cristal, permiten disfrutar de las vistas a la plaza de la catedral y a la colina del castillo, o de lo que queda de él, una única torreta que sigue en pie de milagro, que es icono de los lituanos. Es el símbolo de la dinastía Jaellónica que dio a luz tres grandes nombres propios, el primer gran duque lituano, Mindaugas que consiguió unir a las tribus norteñas y se convirtió al catolicismo, por lo que el papa le coronó rey, el ya conocido Vytautas héroe nacional y el que estableció la capital en Vilnius, Gediminos.


 Según cuentan, el castillo de Vilnius fue construido porque el duque Gediminas tuvo un sueño profético tras una jornada de caza agotadora en los bosques Sventaragis. En la cima de la colina donde había cazado un enorme toro, se encontró un lobo de hierro cuyo aullido era tan fuerte como el de un centenar de lobos. El duque le pidió al mago Lizdeika (el Merlin de turno) que le explicase el sueño quien lo interpretó como que debía construir una ciudad en ese lugar, así nació Vilnius y su castillo. Gediminas ademas de abrazar la religión católica, importó las dos grandes ordenes de frailes que dominaban los conventos en el siglo XIV, dominicos y franciscanos, aunque fueron los jesuitas españoles que llegaron en el XVI los que engrandecieron la ciudad.

Tras una nochede sueño reparador, la mañana comenzó con un fresquito paseo por lo que teníamos mas cerca, la vecina catedral de San Estanislao y San Ladislao, clásica, preciosa, armónica, elegante, blanca impoluta y con una curiosa torre campanario externa de 57m de altura cuya base era parte de la antigua muralla defensiva y se le nota. El reloj, mas curioso aún, no tiene minutero aunque da los cuartos. A los pies, una losa con la palabra "stebuklas"= milagro, si te colocas sobre ella y das tres vueltas sobre ti mismo, se concede el deseo, o eso aseguran los lituanos. Indica el punto de partida que una vez unió mediante cadena humana las tres capitales bálticas que reivindicaban su independencia.
En la plaza, una fiera estatua del duque Gediminas y su caballo con un lobo aullando a sus pies.



Desde la época de Mindaugas hubo en este emplazamiento un templo católico pero el actual aspecto de la catedral, a decir de los lituanos una de las mas bellas del mundo, data el s. XVIII cuando la reconstruyó el mismo arquitecto que levantó el ayuntamiento que luego conoceremos. En época soviética estuvo cerrada, algunos objetos y estatuas del interior fueron robados o destruidos. Se utilizó como sala de exposiciones de pinturas y fotografías e incluso como taller de reparaciones de autos.

Las estatuas del tejado del pórtico tienen nombre, San Casimiro, el patrón de la ciudad, por Lituania, santa Elena con la cruz en el centro por Rusia y San Estanislao por Polonia. En la fachada encontramos a los Evangelistas. Entramos para conocer el mayor templo católico del Norte y nos asombra sus lineas puras, limpias, su inmaculada belleza, llegando incluso a la austeridad.


Preciosa catedral y maravillosa la capilla del patrón, San Casimiro, con su bóveda de un barroquismo exquisito, paredes de mármol y granito de colores y esculturas de estuco blanco  para el altar, frescos que relatan la vida del santo y estatuas en hornacinas de madera plateada que representan a duques y reyes lituanos y polacos. Un sarcófago de plata del s.XVIII acoge los restos del santo. Un cuadro vestido en plata nos muestra su imagen.
Continuamos paseo por la calle Pilies, la calle del castillo.


 Dicen que Vilnius tiene uno de los centros históricos mas grandes y elegantes de Europa, no se si será así, si que en esta calle hay bastantes edificios antiguos y se mezclan diferentes estilos arquitectónicos lo que de le da un aire único: patios, arcadas, escaleras, sótanos, pequeñas tiendas, famosas pastelerías, puestos de recuerdos, etc. Pasamos por delante de un edificio importante, la casa Sztral donde se firmó la primera declaración de independencia en 1918. Ahora es el museo nacional de Lituania, dejo enlace:museo nacional de Lituania
Continuamos ascendiendo y encontramos una pequeña iglesia ortodoxa, rosa, muy bonita, hay unas cuantas de estas en la capital, aunque el pasado ruso ortodoxo no trae buenos recuerdos.
iglesia neobizantina de San Paraskeva

casi llegando a la plaza del Ayuntamiento donde Pilies pierde su fácil nombre y se convierte en un galimatías, Didzioji, nos damos de cara con un restaurante español, El Mercado, nos quedamos todos mirando la carta que ofrece tapas y tortilla de patatas como si estuviéramos hipnotizados, no valemos para vivir mas de una semana fuera de la madre patria.
El Ayuntamiento es otro gran edificio neoclásico de lineas sencillas y austeras. Se encuentra dominando una amplia plaza con fuentes que ahora mismo están vacías, no vayan a helarse. Las casas que forman la placeta son elegantes de arquitectura dieciochesca a dos o tres pisos sin grandes pretensiones. Aqui se celebraba el mercado y se hacia la vida hace unos cientos de años, despues el edificio del ayuntamiento se convirtió en un teatro, luego en una sala de exposiciones y ahora es una oficina de turismo.
 La barroca y asalmonada iglesia de San Casimiro a nuestra izquierda, fue construida por los jesuitas en el siglo XVII a semejanza de la Gesu di Roma. Unos pasos mas adelante otra magnifica edificación , un palacio donde hoy se ubica el hotel Astoria.
iglesia de San Casimiro

La iglesia de la santísima Trinidad y ya casi estamos en Santa Teresa. A dos pasos, la puerta de la Aurora lugar emblemático de Vilnius. La única puerta que queda en pie de las diez que tenía la antigua muralla, construida en la zona mas peligrosa y la mas frecuentemente atacada, ahora es un lugar de culto, guarda una virgencita muy milagrosa. Dicen que los milagros empiezan a hacerse realidad en la Puerta del Amanecer, montones de historias lo atestiguan. El cuadro de la Bendita Virgen María, Madre de la Misericordia o la Virgen de la Puerta de la Aurora es una pintura creada en el s.XVII para esta capilla, custodiada por los carmelitas y venerada por católicos y ortodoxos.


Joaquín que a pesar de su juventud sabe mas que el demonio, nos conduce prestos en horario entre misas al santuario de Ostra Brama, situado justo sobre la puerta de la Aurora. Subimos las escaleras y comienzo a sentir esa sensación ya familiar. Suelo de dámero blanco y negro, grandes cristaleras a la calle Pilies, gente arrodillada ante el reclinatorio que rodea el cuadro de roble... En estos lugares donde hay tanta devoción, tanta fe, tanta veneración, percibo la espiritualidad que rezuma de ellos, se desborda como una brisa que te hace estremecer y me viene ella al pensamiento, mi otra mitad que me susurra como un aleteo al oído "mira a la Virgen".

Es una virgen negra, con la cabeza inclinada y las manos cruzadas sobre el pecho. Siento la energía, María aquí está mas cerca, respiras el mismo aire, ves lo mismo que Ella ve, se eriza la piel, las plumas del ala del Custodio te acarician, la sientes cerca, a penas un ligero roce de dedos que no existe. Madre acompáñanos! eso grita mi mente y mi corazón. Miro a la gente reclinada, con los ojos cerrados orando, rezando, suplicando, implorando, pidiendo con los cinco sentidos, con toda su alma... ¡Acompáñanos! ¡llévanos de tu mano, no nos sueltes!. Miro al cuadro y no veo al Niño. No lo porta, por eso es famosa la pintura, es raro, casi única. Si veo un puñado de corazones de plata para una Virgen vestida de oro, refulgente.
Solo nos quedamos un minuto, dejamos paso a otros peregrinos que entran, nosotros bajamos ya. El papa viajero rezó aquí el rosario en el 93, la gente se apiñaba abajo, en la puerta, en la calle, en los alrededores. Dos inscripciones en el arco: "Mater Misericordiae" y en letras mas pequeñas "sub tuum praesidium confugimus" Madre de la Misericordia bajo tu amparo nos acogemos... la oración mas antigua conocida dirigida a la Madre de Dios.


Es sabado y los 30.000 estudiantes de las 14 facultades, 8 institutos y 6 centros de investigación que se apiñan en torno a los 13 patios de la universidad de Vilnius están de finde. Nosotros vamos a conocer una de las universidades mas antiguas y cañeras de Europa fundada por un grupo de jesuitas españoles con el permiso del rey Esteban I de Polonia y el papa Gregorio.
El complejo universitario construido entre los siglos XVI a XIX consta de 16 edificios y 13 patios de distintas dimensiones y estilos: gótico, renacentista, barroco y neoclásico se encuentran por aquí.




Durante mucho tiempo fue la única universidad en Lituania y países cercanos por lo que era lugar de encuentro de diversas personalidades de la cultura y estudiosos de las ciencias. Hoy día es el mayor destino en la Europa del Este de los Erasmus.
Accedemos por la calle de la Universidad al patio de la Biblioteca, nos dan un mapa en español para que no nos perdamos y es que hasta los propios estudiantes se despistan ante tanto patio, pasadizo y callejas. De aquí otro patio, los servicios y el patio Mayor  donde encontramos la iglesia de los Santos Juanes. En las galerías de este patio están representados con frescos antiguos alumnos, catedráticos, rectores y profesores ilustres de la universidad. Entramos a la iglesia, esta sonando el órgano, y ¡que bonito tocan!. no puede haber mejor pareja que esta pedazo de iglesia barroca y esa música de fondo. El campanario de esta iglesia es la mayor altura del casco viejo de Vilnius, hay un ascensor para subir a la plataforma de observación situada a 45m del suelo y poder apreciar los tejados rojos de la urbe.


Se puede pasear libremente por toda la universidad, algunos patios están enlazados y presentan sus galerías cubiertas de frescos, el patio del observatorio astronómico situado junto al Mayor tambien merece la pena conocerlo, se adorna con los signos del zodiaco. Otros patios llevan nombres de mecenas o personajes destacados de la universidad, hay una librería que no conocimos, decorada con frescos que representan las ciencias y las artes.

Enlace a la web de la universidad: patios de la universidad de Vilnius

Acabamos esta visita con prisas, llegábamos tarde al Santuario de la Divina Misericordia, nos esperan para celebrar misa.



Que Lituania es católica ya lo sabíamos, pero el grado de religiosidad sorprende en un país que fue el último de Europa en adoptar estar religión.
La iglesia está de bote en bote, tenemos que buscar sitio para poder acomodarnos, desde luego nada que ver con otras iglesias ya visitadas en las que prácticamente hemos estado solos. Nos acomodamos dispersados entre gentes a las que no sabemos ni como saludar, una simple sonrisa y te dejan un hueco. Señoras mayores, gente joven, da igual, no es cuestión de edad, es de creencias.


 Las floristas andan cambiando los adornos florales, el cura sale y las jalea para que vayan acabando, la misa debía haber comenzado ya y entre que llegamos tarde y las flores aun no ha empezado. El cuadro de la Divina Misericordia que preside el altar es el auténtico, el que se pintó bajo las indicaciones de Sor Faustina Kowalska que residía en Vilnius cuando se encontró con aquella inspiración. Estuvo un tiempo expuesto en la capilla de la Puerta de la Aurora, por eso empezaron a llamar al cuadro de la Virgen, de la Misericordia.

Una celebración que resultó realmente singular y emocionante, primero porque seria la última de esta peregrinación, segundo porque celebraba el padre Emilio, que cumplía 58 estupendas primaveras y sobre todo, por esas oraciones compartidas que suenan muy bien en lituano y español mezcladas, lituañol, es la broma. Joaquín se dirigió a los fieles a petición de nuestros queridos curas para explicarles el porque de esa misa en español y que hacíamos por allí. No entendí ni papa de lo que dijo pero aquellas personas estallaron en un aplauso que hizo subir nuestras estima al infinito. Buenos momentos compartidos que nos llenaron de euforia.
 Va llegando la hora del aperitivo pero aun quedan un par de lugares que visitar. Vamos hacia el conjunto gótico mas importante de Lituania, la iglesia de Santa Ana y su vecino, el monasterio bernardino. A Santa Ana Napoleón quiso llevarla a París " en la palma de mi mano", gracias a que no le cabía y dejó esa espectacular fachada construida con 33 tonos de ladrillos rojos en su sitio. Es una edificación exquisita construida a finales del XIV para Anna, la esposa de Vytautas el Magno que primero fue de madera y ardió en el gran incendio de la capital y luego los franciscanos la levantaron en ladrillo.

 Las estilizadas torres  del gótico flamígero, los arcos y ventanales envueltos en una sutil filigrana de ladrillos arcillosos pintados en rojo, las frágiles cristaleras, los pináculos, todo se asciende hacia el cielo, hacia Dios. Por dentro observamos una sola nave y el gótico desaparece dejando espacio al altar barroco, es oscura, muy oscura. Mucho mas bonita verla por fuera.
No seria lo mismo contemplarla sin el fondo del monasterio bernardino que le hace de marco majestuoso. Cuentan que el monasterio se construyó en este emplazamiento y es así de grande porque venían muchas personas a oír predicar a los monjes bernardos. El rio Vilna anda muy cerca, estamos en la zona mas baja de la urbe. A pocos pasos de aquí te topas con el puente Uzupis que conduce a la república independiente de Uzupis, una república en toda regla con su constitución, su gobierno, su bandera y hasta su ejercito formado por 15 personas. No llegamos a visitar este famoso barrio bohemio de Vilna, con ganas me quedé, es imposible tener tiempo para todo.

La otra visita antes de comer era al museo del ambar, Joaquin nos lleva a una tienda experta en ámbar con buenos precios. Nos cuentan las propiedades curativas de esta piedra, la única de origen vegetal. Nos dan a probar un poco de vodka "macerado" con ámbar, para quitar males dicen que sirve, vale, pues será. Me compro una cruz de plata y ámbar, una pulserita para mi hija y un par de anillos muy monos y me voy a por la cervecita que ya va siendo hora.
Nada mas asomo los bigotes a la calle, veo en el bareto mas cercano a los de siempre sentados al sol disfrutando de una cerveza Vilniaus: Fito, padre Emilio, padre Isidro, Rafa, Eduardo, Faustino y Antonio. Igualito que hace justo un año en Plaka, Atenas.

Me uno al grupo y van llegando poco a poco los que ya se van aburriendo de las tiendas. Estamos sentados en la terraza de un restaurante francés llamado San Germain donde comienza la calle Literatu, una singular zona peatonal, un rincón con encanto, una galeria de arte al aire libre de lo mas original, en cuyas paredes hay cientos de pequeños homenajes dejados por decenas de artistas en honor a los literatos lituanos de todos los tiempos, cada uno acompañado por una placa y un número.

 Vuelto el grupo a reunir, nos vamos a comer comida típica lituana en el resturante Lokys.
Allí ademas de comer estupendamente y de que el padre Emilio nos invitara  por su cumple a las cervecitas, el padre David se puso a tocar la flauta, yo me hice una foto con el camarero hipster pelirrojo porque "en mi familia todos son pelirrojos y con pecas" y nos hartamos de reír.

Después de brindar en honor del mas grande con el chupito de turno,  al padre Esteban le dio por pasear a David en el carro de Manolo Escobar que nos encontramos a la salida, mientras los demás nos doblábamos de risa y el personal nos miraba atónito.

Llegó la hora de ir a por las que si iban a ser ya las ultimas visitas de esta novena peregrinación: la Colina de las Tres Cruces, la iglesia de San Pedro y San Pablo y el cementerio de Antakalnis.
Vilnius esta magníficamente ornamentada con la Colina de las Tres Cruces. Tres enormes cruces blancas de hormigón a las que se llega andando desde el parque Kalnu o Kalnai y que se sitúan sobre una de las cimas de la ciudad. La historia es triste, aquí ejecutaron a siete franciscanos y los enterraron en el s. XIII, colocaron una cruces de madera que ya en el sXX se cambiaron a hormigón hasta que los soviéticos las destruyeron.

En el año 89 cuando los aromas de la independencia empezaban a campar por territorio lituano, las volvieron a levantar, mas grandes aun, mas blancas, mas simbólicas que nunca. Lo mejor de esta colina son las vistas de la ciudad,sus tejados rojos , las torres y las cúpulas de las iglesias. Hace una maravillosa tarde soleada y el parque esta a tope de gente, muchos jóvenes se sientan a los pies de las cruces admirando tranquilamente el magnífico paisaje. Unas cuantas fotos mas tarde, volvemos al bus para visitar San Pedro y San Pablo en el barrio de Antakalnis.

"Regina pacis funda nos in pace" esto reza en la fachada mas bien sosa de una iglesia que por dentro es todo un espectáculo, una joya del barroco en este rincón del mundo. Mas de 2000 figuras blancas en estuco de un diseño exquisito formando cientos de escenas bíblicas magistrales abarrotando paredes, techos y columnas del templo.

No sabes para donde mirar cuando entras, tal es la cantidad de estímulos visuales, desde luego la fachada no advierte ni por asomo lo que te encuentras dentro.  Es como si te envolviera un merengue gigante que va tomando apariencias distintas.

Un lámpara en forma de barco en cristal de bohemia ocupa la nave central, un púlpito rococó, una virgen de Fátima, San Antonio junto a San Agustín, una bonita pila bautismal y un bellísimo crucificado son los únicos elementos no blancos en esta preciosísima iglesia que creo que fue la que más me gustó de todo el Báltico. Es imperdible.

 No estuvo cerrada durante el periodo soviético y durante este tiempo albergó los restos del patrón, San Casimiro.
La última visita del día y de este año es al cementerio de Antakalnis, sobrecoge pasear por este lugar lleno de tumbas. Hay un bonito Cristo de madera escondido en una casita con tejado a la entrada, ya conocimos estas figuras en la colina de las Cruces, paseamos por este bosque donde las tumbas de militares salpican con suave sosiego el suelo tapizado de hojarasca y césped mullido.


 En una zona reposan los soldados polacos del ejército de Napoleón que invadió Rusia y que el Corso no quiso enterrar con los suyos por no ser franceses. Hay otra zona para los soldados fallecidos en la I Guerra Mundial y también para los fallecidos en la  II, además de para los masacrados durante la dominación rusa.

Llega la hora de volver al hotel para descansar un rato antes de salir a cenar, como para mi lo de descansar es para la madrugada, me voy primero con el padre David y con Joaquín a comprar la tarta para el cumpleañero en la pastelería mas famosa de Vilnius, AJ Sokoladas, dejo enlace para que disfruteis de la vista de los chocolates: chocolateria Sokoladas


Nos esperaba en la calle nuestro guía acompañado de su mujer y su peque que nos llevaron al padre David y a servidora a Sokoladas, se quedaron con las tres tartas y el encargo de llevarlas al restaurante donde cenábamos y comprarles unas bonitas bengalas.
 Después, corre que te pillo al hotel para recoger a María José y a Mina, la madre de David para irnos de shopping linus. No había habido manera hasta ahora de encontrar ni una hora para poder hacer una compra medio decente por lo que cogimos las tres y nos fuimos en busca de una tienda a la que le echamos el ojo frente al Lokys a gastarnos los cuartos y vaya si lo hicimos.


Volvimos al hotel con el tiempo justo para subirnos al bus que nos llevaba más allá del río Neris, cruzando el puente verde, a la ciudad de los rascacielos, a un local de celebraciones y eventos, Green Hall, donde tuvimos una estupenda cena y fin de fiesta ¡¡¡¡¡BOOMMM!!!!. Es genial contar con un equipo asi con el que sabes que todos se prestaran al juego y disponer en exclusiva de ese magnífico spiker aunque es muy difícil tumbar al chaval del cumple. Se las sabía todas.



Tras el estupendo fin de fiesta y sólo  tres o cuatro horas de sueño, casi nos dejamos atras a nuestra Juana y volvimos a casa un domingo, con los corazones contentos y los cuerpos muyyyyy cansados.
Magnífica la novena peregrinacion de los agustinos caballas, esperamos la décima con ganas locas.
Muchísimas gracias a todos mis queridisimos amigos peregrinos empezando por los padres agustinos que año tras año nos acompañan y nos guían, nos dan su comprensión y su amistad incondicional y acabando por cada uno de vosotros. Cada minuto pasado en estos viajes ha merecido la pena, cada dia en vuestra compañía es un lujo, somos equipo, somos amigos, somos peregrinos.
fotos de Vilnius:fotos de Vilnius

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