Diría que aun tiene mala fama debido a su pasado soviet, de Stalin. Varsovia nos recibió con colores grises plomizos, lluvia y frio, mucho frío. Un hotel rascacielos de 31 pisos acogió a este grupo de peregrinos, agotados tras un domingo de resurrección dedicado a volar hacia la capital polaca.
Esa ciudad que conocíamos a través de las películas dedicadas a la guerra y postguerra, llena de escombros, de mártires judíos y resistentes polacos, de hambre, miseria y frio, se convirtió de la noche de llegada a la mañana siguiente, en una resurgente Varsovia, con sus altos edificios de cristal rodeando el autoritario Palacio de la Cultura (para los españoles, la "Giralda de Varsovia"), su gélido y verde parque Lazienki o sus barrios antiguos, y murallas, reconstruidos piedra a piedra por una raza polaca digna de admiración.
Españoles y polacos probablemente tengamos algo mas en común que el catolicismo y el futbol, ellos ganan por goleada en lo primero y nosotros, hasta hace un año, en lo segundo. Son guapos, amables y te reciben con la sonrisa en la cara, sobre todo los jóvenes.
Empezamos la visita por el parque, una mañana helada y lluviosa, las primeras fotos fueron el palacio presidencial y a la estatua dedicada a Chopin. Hay bancos para sentarse interactivos, se puede escuchar las melodías mas populares del compositor polaco, pero... quién se sienta con este pelete.. Allí se encuentra también el Palacio sobre el Agua y algunos pavos reales exhibiéndose por doquier.
El autobús nos lleva a dar un paseo panorámico por la ciudad hasta dejarnos junto al Guetto judío, es difícil reconocer el antiguo punto de reunión de la resistencia del Guetto, la famosa zona del bunker de Mila 18, sobre este lugar, que en realidad es una enorme tumba, se ha construido el museo judío de Varsovia. Su fachada esta cubierta por paneles de cristal con la palabra Polin serigrafiada, así llaman en hebreo a Polonia. Justo frente a su entrada con forma de letra hebrea, está el monumento a los héroes del Guetto, esculpido sobre una enorme piedra negra que Hitler hizo traer de Suecia para fabricarse un arco de triunfo, ironías de la vida. Aquí es donde en el año 70 el canciller Willy Brand protagonizó la "genuflexión de Varsovia" para escándalo de algunos y vergüenza de otros.
Llegamos al centro histórico, Stare Miasto, totalmente reconstruido. La ciudad vieja comienza en una plaza triangular con un mirador hacia lo que hoy es Varsovia, en el centro, una columnata soporta al rey Segismundo III, espada y cruz en alto. A un lado de la plaza, el castillo, construido por los antiguos duques de Mozovia, destruido por orden del incalificable Adolfito y reconstruido por los indoblegables polacos. Al otro, fachadas de bonitas y coloreadas casas del siglo XIII y XIV que cumplen hoy poco mas de la cincuentena. De aquí parten algunas calles peatonales, cogemos por Swietojanska para visitar la catedral gótica de San Juan, allí esta el Cristo crucificado de los cabellos naturales que sacan alguna vez en procesión los polacos y la tumba del cardenal Wyszynski. Esta catedral también fue totalmente machacada por los nazis, como el 90% del patrimonio varsoviano, edificios, construcciones, arte, pinturas, libros, documentos... además de aniquilar a sus habitantes. Del 1.300.000 que tenia Varsovia en el año 39, apenas había 1.000 cuando la liberaron los rusos. Todo ello va siendo recuperado poco a poco por ese carácter indestructible de la raza polaca, aunque hay una parte de ese legado histórico perdido para siempre.
Un dato: a mediados de 1945 Varsovia estaba cubierta por 20 millones de metros cúbicos de escombros.
De esta preciosa catedral gótica dedicada al Martirio de San Juan, llegamos a la Plaza del Mercado, donde encontramos el símbolo de la ciudad, la sirenita guerrera, Zawa que por sus amoríos con un pescador, Wars, cuenta la leyenda que dio nombre a la ciudad, Warszawa.
Seguimos nuestro paseo hacia las Murallas Medievales, cruzamos la Barbacana, veremos al pequeño Soldadito Insurrecto de la resistencia polaca y llegamos al Nowe Miasto. Nos señala nuestro guía la casa de Marie Sklodowska, polaca de nacimiento, parisina por matrimonio, Maria Curie la llamamos nosotros, la radioactividad fue su vida y su muerte. Está justo enfrente de la iglesia del Espíritu Santo. Nos vamos a comer, aquí se almuerza temprano, sobre la 1, ensaladas, carmes, patatas, sopas... esta será nuestra dieta los próximos días, comida polaca, muy rica, muy calórica.
Seguimos con nuestro paseo camino de la iglesia Kostka donde asistiremos a misa, el padre David es el encargado de ofrecer esta primera celebración, siempre con su talante alegre, agradeciendo a todos este peregrinar del grupo que nos permite a la vez viajar y conocer el Mundo con un grupo de amigos y compañeros de viaje, inmejorable. En el patio de la iglesia nos encontramos con una estatua de un Cristo sentado, no he visto ninguna así, apoya la cabeza sobre una mano, como el pensador de Rodin, la expresión es muy triste, abatido, totalmente desolado.
Comentar que todos los templos visitados durante la mañana y la tarde estaban llenos de fieles, Polonia suda devoción por todos sus poros, incluidos los jóvenes. En los carteles que anuncian las misas en las puertas de las iglesias se puede leer, en polaco, claro, que hay de 6 a 10 celebraciones diarias. Y llenan. Que envidia debe dar esto a nuestros padres agustinos.
Cruzamos por uno de los 8 puentes sobre el Vístula que divide la ciudad en dos al barrio de Praga, allí esta el nuevo estadio de futbol donde España ganó su primera Eurocopa. Cuenta el guía; Alejandro, que era un barrio marginal que esta inundado de progres y con mucha marcha últimamente. También recorremos parte de la avenida de Jerusalén donde una palmera datilera artificial despierta controversias. Es parte del proyecto "saludos desde Jerusalén". Rotonda y aparece el monumento a Charles de Gaulle, presidente francés muy estimado en estas tierras y otros dos que impresionan, el monumento a los insurgentes y el carro cargado de cruces, sin palabras.
Por la tarde tenemos aun un rato para seguir paseando, comprar algún recuerdo y descubrir el centro de esta ciudad invencible. Deja de hacer tanto frio y sale el Sol, la ciudad empieza a tomar colores mucho mas alegres. Las murallas medievales que rodean la ciudad tienen un tono rojizo subido que antes aparecía apagado, unos muchachos japoneses nos piden en español que les hagamos unas fotos con la Barbacana de fondo, seguimos paseando hasta volver de nuevo a la plaza del castillo.
Ya es de noche cuando atravesamos la avenida frente al hotel para acercarnos al regalito de Stalin, ese edificio alto, pesado, alumbrado con luces de colores que nos recuerda a nuestra Giralda. Los árabes tuvieron mucho mejor gusto que los comunistas. El Palacio de la Cultura y el Arte se alza en una gran plaza donde han plantado los polacos, contrarios a la decisión de destruir el coloso, símbolo de la dominación soviética, multitud de rascacielos para cubrirlo y que no se vea.
Cenamos en el hotel y nos vamos de cabeza a dormir. ha sido una jornada agotadora. Mañana será otro día.
Pinchando en el enlace se pueden ver las fotos de Varsovia. 06/04/15: fotos Varsovia
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