Hoy nos despedimos de Cracovia y casi que también de Polonia, esta noche aun dormiremos en suelo polaco.
A penas 14 km separan Cracovia de una población minera que viene extrayendo sal de las entrañas de la madre Tierra desde el siglo XIII, cuando era mas apreciada que el mismo oro. Es Wieliczka, una de las visitas que no te puedes perder si estas en Polonia.
Se pueden hacer varios tipos de recorridos en la mina: turístico, minero, aventurero, para familias con niños o peregrino. Nosotros haremos este último, la ruta peregrina "Dios bendiga" consagrada por el cardenal Dziwisz en enero de 2010, debe su nombre al saludo minero mas utilizado "Dios bendiga". No se puede bajar a los túneles sin guía del yacimiento, son 350km de laberintos por los que seguro es peligroso despistarse.
Comenzamos visita, llevamos cicerone en español, una chica que ha vivido durante 5 años en España, domina bien el idioma, buen acento, va ataviada con un traje de chaqueta negro con botones dorados que resulta ser el uniforme de gala de los mineros, comenta que solo le faltaría para completar este atuendo el sombrero de plumas.
El primer trayecto es una bajada en ascensor hasta el nivel I, 9 personas por vez, vamos bien apretaditos y a oscuras. Hay muchísimas corrientes de aire ahí abajo, aunque la temperatura es constante: 14-15 grados, se agradece, fuera hace mas frio. La mina tiene en total mas de 300 metros de profundidad, repartidos en 9 niveles, nosotros solo llegaremos hasta el tercer nivel a 135 metros, recorreremos unos 3,5km. El ascensor nos deja a 64 metros de la superficie, vamos caminando por galerías cuyas paredes están forradas con troncos de madera pintados en un impoluto blanco que hacen más luminoso el lugar. Entramos en la capilla de San Antonio, la mas veterana de las que se conservan, es de 1698. Una lujosa lámpara de cristales de sal colgada del centro de la estancia ilumina las estatuas saladas, vemos sus facciones casi borradas por el desgaste del tiempo y la humedad. Cada una de las cuatro esquinas de la sala la ocupa la figura de un santo: San Pedro con las llaves, San Pablo con la espada, Santo Domingo con un perrito y San Francisco. En un lateral un púlpito y en otro, un altar donde ya se desdibuja San Antonio.
De aquí y tras sufrir corrientes de aire helado, nos conducen por pasillos recubiertos por coliflores de sal nívea y troncos blancos de madera a otras salas, hasta hallarnos ante una figura gigante, Nicolás Copérnico el ilustre astrónomo que debido a su asma, pasaba temporadas en el sanatorio de estas minas, donde el aire es seco y puro. Unas cuantas galerías y puertas mas adelante, podemos fotografiarnos con la reina Santa Kinga, la que le pidió a su padre el rey, una mina de sal y tiró el anillo a un pozo. En aquella época con una tonelada de sal se podía comprar un pueblo entero, con habitantes y todo.
Nuestros pasos nos conducen a la cámara quemada, la de los penitentes. De modo bastante didáctico descubrimos como los mineros mas veteranos, de manera voluntaria, protegidos solamente por sus ropas empapadas en agua y armados con unos largos varales, quemaban el gas metano que se acumulaba en las zonas altas de las excavaciones. La guía avisa que no nos asustemos pues acciona un mecanismo que reproduce el sonido de las explosiones del gas. En este momento eres consciente de lo peligrosa que puede resultar esta profesión entonces y ahora.
El paso por diversas estancias nos muestra como se trabajaba en el yacimiento en distintas épocas, como han ido evolucionando los sistemas de extracción de la sal, los utensilios y herramientas utilizados, los mecanismos para separar la sal de la roca y que animales vivían aquí para ayudar a los trabajadores en su tarea diaria.
Hora de bajar, conforme vamos descendiendo, unos gnomos nos dan la bienvenida al nivel II. Las escaleras de madera dejan entrever los antiguos y peligrosos escalones que antaño eran escalados por los mineros. Aquí nos muestran como se evacuaba el agua de la mina mediante canalones impulsados por un sistema llamado paternóster o rosario, o como se transportaba la sal extraída al exterior.
Llegamos a la capilla de la Santa Cruz construida en agradecimiento por salvar la mina de las inundaciones subterráneas acaecidas en el siglo XIX y la de la Virgen de la Victoria, son la antesala de la catedral de sal o de santa Kinga. Momento de pagar el impuesto revolucionario por hacer fotos, 10 plz.¡Que le vamos a hacer!
Desde el alto mirador donde nos encontramos vemos una gran cámara excavada en la roca: 54 metros de largo por 17 de ancho y 11 de alto donde tres mineros, los hermanos Markowski y Antoni Wyrodek, se dedicaron a esculpir durante años paredes y suelo. Con su trabajo y dedicación generaron un lugar asombroso, único en el mundo no solo por su localización a 100 metros bajo tierra sino por su belleza y originalidad. Arañas de cristales salados alumbran la gran sala y dejan admirar escenas cotidianas de Antiguo y Nuevo Testamento esculpidas en las paredes, retablos en sal, estatuas de santos en sal, un crucificado tallado también en sal que es una belleza, hasta la ultima cena de Da Vinci está calcada. Podemos pasar un buen rato contemplando tanto paredes, estatuas, lámparas o el mismo suelo, también en sal. Comentar que en este lugar se celebran bodas, conciertos, la misa del gallo, también hay misa todos los domingos cosa que no me sorprende debido a la belleza del recinto. Bajamos las escaleras de sal que nos separan de la catedral para fotografiar todo lo que se deje. Aquí nos harán la foto oficial de grupo con cartel incluido.Entre tanta escena bíblica y relieve escultórico destacar la imagen de Santa Bárbara patrona de los mineros en general, la de San Juan Pablo II y el altar mayor presidido por Santa Kinga patrona de la mina de sal donde están guardadas sus reliquias y las del papa santo.
Antes de continuar, nuestra guía quiere darnos la bienvenida a las minas al estilo tradicional, para ello nos invita a acercarnos a una mesa donde hay dispuesto un recipiente con sal y otro con pan cortado en pequeños trocitos. debemos tomar pan, mojarlo en sal y comerlo.
La ruta continua ahora bajando al nivel III, hasta los 135 metros de profundidad por una escalera en madera que no para de dar vueltas. Son 378 escalones divididos en tramos creo que de 10. Los que tienen alguna dificultad pueden descender en ascensor, abajo nos reuniremos de nuevo el grupo. Estamos en el pozo mas alto y mas grande, alberga el centro comercial, da acceso a los restaurantes, servicios, balneario, museo, capillas... en la pared esta tallada la primera lista del patrimonio mundial cultural y natural de la UNESCO donde se incluyó Wieliczka en 1978. Esta cámara tiene 35 metros de alzada y unas redes a mitad de altura que aun dan sensación de mayor amplitud. Varias tiendas ocupan el espacio, las vitrinas expositoras iluminadas muestran el producto estrella de la mina, la sal, en multitud de presentaciones, te la puedes llevar para casa como sal de cocina pero también en productos de baño, en un pisapapeles o una pequeña cruz que a modo de joya te cuelgue del cuello, todas son buenas o bonitas además de originales.
El tour esta apunto de terminar, compramos algunos recuerdos en la galería comercial y nos dirigimos a celebrar misa a una pequeña sala perforada en el presente siglo. Por el camino, aun disfrutaremos algunas de las 40 capillas que los antiguos mineros excavaron en los lugares donde mas trabajadores había, o mas cercanos a los pozos estaban, o se había producido algún accidente importante, para celebrar misas matutinas y pedir a sus patronos amparo ante el peligroso trabajo diario. Destacar la capilla de San Juan que contrariamente a la normativa minera, tiene un hermoso interior en madera policromada, antes ocupaba otro lugar dentro de la mina, se estaba deteriorando y la trasladaron.
La ronda nos conduce al museo de Wieliczka, podemos admirar los uniformes de los mineros y los gorros emplumados de color blanco, verde, rojo o negro correspondientes a las distintas categorías profesionales, fotos de los mineros escultores, y diversas curiosidades expuestas en vitrinas.
La misa del día es especial, por ser la ultima, por el sitio tan bonito donde estamos, por el agradecimiento y por la alegría de haber disfrutado una vez mas de los lugares pero sobre todo de la compañía. Es en una pequeña cámara excavada en la roca viva, reforzada en algunas zonas con troncos de madera y decorada con tres grandes bloques de sal cristalizada blanca que parecen flotar en el aire. Uno sirve de mesa de altar, otro esconde la logística de sonido y utensilios de misa y el tercero esta formado por cuatro piezas que en su composición dejan ver una cruz luminosa, refulgente, preciosa. Se trata de la capilla San Juan Pablo II excavada en 2014 para uso de peregrinos. Como es costumbre ya, el padre David es el encargado de cerrar la peregrinación con una emotiva ceremonia que resulta inolvidable para todos. Sus palabras resultan además de hermosas, risueñas animosas y muy gratificantes. Es una verdadera joya para nuestra memoria cada periplo compartido con este grupo.
Aun nos queda subir hasta la superficie, otra vez a montarse en el ascensor minero. Es una pequeña cabina, donde en vez de 4 meten 9, una lata de sardinas bien apretujada, a oscuras, escuchando crujidos y algún grito que se le escapa a alguien, aunque yo oigo en mi cabeza: "soy minerooooooooo". Es el único momento donde puedes llegar a sentir claustrofobia, dura menos de un minuto.
Las minas de sal de Wieliczka son un autentico espectáculo para el visitante, por todo el arte que se puede ver en su interior, por la fastuosa obra de ingeniería que es, y por todo lo que significan estas minas para la historia de Polonia.
Esta fue nuestra ultima visita en la peregrinación 2015, cargamos pilas y volvimos a casa con el animo bien alto deseando que transcurran los próximos 11 meses para volver a preparar la maleta y reunirnos con los amigos y compañeros en una estación de barco, de bus o en un aeropuerto que nos conduzca a cualquier destino.
Photos de las minas : fotos
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