Es de noche ya cuando
llegamos a nuestro destino, a penas algunas luces se distinguen en el horizonte
indicándonos donde se encuentra Venecia y
es que nuestro hotel está en Mestre, en tierra firme, aquí reside casi el 80%
de los actuales venecianos ya que su antigua residencia se ha convertido en un
parque temático, donde miles de visitantes arriban apenas nace el sol y muy
pocos quedan cuando se pone. Este hotel sí que se merece la categoría que
anuncia, no como el que dejamos esta mañana.
Venecia tiene forma
de pez, no es guasa, mirando el mapa con la estación de trenes hacia arriba,
tiene forma de pez, hasta en esto su simbiosis con el agua. Hacia allí vamos
tempranito, en una lancha bus que los venecianos aun llaman vaporetto. Desembarcamos
en el apeadero de San Marcos, mi chica no lo está pasando demasiado bien en
este viaje, se ha mareado por enésima vez. De aquí a la catedral solo unos pasos y sin embargo hay que cruzar
cuatro islas, cuatro puentes, el ultimo el de los Suspiros, que ya lleva unos
cuantos años vestido con el celeste cartel anunciador de Toyota. Lástima que aún
no lo hayan restaurado, es uno de los puentes con más encanto de Venecia y de lo más perjudicado con estos toldos. Para
pisarlo hay que hacer los itinerarios secretos del Palacio Ducal,. Los suspiros
que guarda en su nombre son los de los condenados que cruzaban del palacio del
Dux donde oían sentencia a la prisión inquisitorial para cumplirla.
La antigua entrada
a la ciudad siguen marcándola las dos enormes columnas traídas de Constantinopla
que se alzan delante del espléndido palacio Ducal. En una, el león medio chino de San Marcos y en
la otra un antiguo patrón, San Teodoro pisando un dragón- cocodrilo. Dicen que
los venecianos no pasan entre ellas porque aquí colgaban a los ajusticiados.También
cuentan que eran tres columnas y una de ellas en una tormenta cayó al mar y se
perdió….
Hoy es domingo de Ramos
y como en todo el mundo cristiano, Venecia tañe sus campanas anunciando la entrada del Mesías en Jerusalén.
La procesión de las palmas está entrando en la catedral de San Marcos, la
megafonía de la plaza permite seguir la ceremonia desde el exterior de la basílica
y es que no cabe más gente en Venecia.
Damos un paseo con
una guía local que nos entretiene contándonos historias de Venecia, como es San
Marcos su patrón, como transportaron su cuerpo escondido bajo despojos de
marrano para que los moros no lo buscaran, como los mosaicos del pórtico de la
catedral reflejan este hecho, el poder de los Dux venecianos, la torre del Orologlio, el Campanile, las Procuradurías vieja
y nueva, etc.
Es el momento de
buscar aseos, aquí lo tienen muy bien montado, son aseos públicos controlados por maquinas para permitir la entrada, una encargada regula
el tráfico y que nadie se cuele. En el cartel autorizado por la Serenísima pone el precio del servicio, 1.50€.
Volvemos a la
basílica, es nuestro turno para entrar en el maravilloso templo bizantino.
Debemos aguardar mientras salen los de la procesión, en su mayoría serán venecianos,
van muy elegantes, como nosotros cuando vamos a la misa del Domingo de Ramos en
Ceuta. Mi abuela decía que “si en Domingo de Ramos no estrenas ná se te caen
las manos”. Hoy estrenamos un sentimiento y una emoción, celebramos la
Eucaristía en un lugar privilegiado. Nos acomodamos en las sillas, sobre ellas
encontramos unos pequeños misales poliglotas para poder seguir la ceremonia que
será en italiano. El Evangelio lo leen entre dos sacerdotes, es una representación teatral, no está mal, parece más real, es la primera vez que oigo esto en misa.
Que magnifica es
esta iglesia por dentro, está cubierta de mosaicos dorados que relumbran y
destellan, no hay una esquinita sin adorno, un montón de años atrás en mi viaje de
estudios, pude visitar la tumba de San Marcos, y subir al piso superior de la basílica
y a la terraza donde están los caballos de San Marcos, los originales, los que
se trajeron del hipódromo de Constantinopla, están aquí mismo, en el museo,
pero seguramente con todo este trajín del Domingo de Ramos, no tengan permitido
la visita.
Nos vamos a
comer a un pequeño restaurante de
Rialto, y luego travesía en góndola. Nos montamos con la familia de Tato, ¡que
risas echamos entre compañía, gondoleros y otros navegantes!. Brindamos con champaña
y cantamos mientras flotábamos hacia el Gran Canal con acordeonista y cantante
incluido. Voooolaare oh oh, caaaantaaree oh oh oh oh!!! Un paseíto muy apañao.
Mas tarde vamos al café
Florián, es uno de los locales más antiguos del viejo continente y aunque va
necesitando una mano de pintura, le echamos un vistazo y algunas fotos,. Un par
e cafés con leche y unas pastas en vajilla de porcelana y bandeja de plata es como
sirven los camareros vestidos de smoking con chaquetas blancas y fijata en el pelo., y
es que “genio y figura hasta la sepultura”. No te puedes ir de Venecia sin
montarte en góndola y sin tomarte un café en este establecimiento que no es
caro, es caríiiiiisimo y además cobran impuesto revolucionario por la orquesta. Lo
que aseguran en su menú es cierto: “Italia es el país más hermoso del
mundo, Venecia la ciudad más bella de Italia, Piazza de San Marco la plaza más
hermosa de Venecia, el café Florián es el
más hermoso de Piazza San Marcos,
por tanto usted está tomando un café en el lugar más hermoso del mundo”, quizás
por ello haya tenido tantos clientes ilustres, eran fijos del café Lord Bayron,
Rousseau, Stravisnky, incluso Casanova. Además fue pionero en permitir la
entrada a las señoras, ya por eso tiene todos mis respetos.
Es hora de perderse por Venecia,
intentamos no hacer caso de las flechas pintadas en las esquinas donde indica “
a Rialto” o “a San Marcos”. Me asombra
la cantidad de comercios de lujo que se ven por doquier y en sus mismas narices
ilegales vendiendo imitaciones. Adi se compra una bonita camiseta de gondolero
y yo un imán para la nevera. Nos paramos en una de las innumerables heladerías a merendar un delicioso y enorme helado de
chocolates variados Ummm!!! Que rico!
Ya es hora de volver, empezamos a
buscar las flechas que indican “ a San Marcos” ellas nos llevan al embarcadero
donde volveremos a coger el barquito. ¡que corto se ha hecho el día! y es que Venecia necesita
semanas para conocerla, son más de 100 islas unidas por pequeños puentes,
barrios con cientos de callejones que a veces no tienen salida o acaban en un
canal, tesoros escondidos en iglesias y edificios cuyos primeros pisos ya duermen
bajo las aguas de la laguna veneciana.
Las fotos de Venecia pinchando en : VENECIA
Las fotos de Venecia pinchando en : VENECIA
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