Llegamos con la puesta de sol, el hotel está un
poco alejado del centro, esto no nos va a persuadir de salir a explorar, hay tanto que ver! En Roma es difícil sentirse solamente peregrino,
hay demasiado que conocer.
Nada más bajarnos del autobús salimos pitando
hacia el Trastevere, uno de los barrios con más sabor añejo y castizo de Roma. Por aquí andaban antiguamente los etruscos, más
tarde las comunidades extranjeras marginadas como la siria y la judía, también
algún que otro noble romano se construyó su villa de lujo, Hortus lo llamaban. Quizás
esta marginalidad lo haya mantenido apartado de reformas haciendo posible que conserve su
ambiente genuino hasta nuestros días. Aquí pernoctó San Francisco cuando vino
a pedir a una iglesia podrida de dinero que le permitiera ser pobre. Hoy lo
ocupan romanos y turistas dándole un caché bastante envidiable, es uno de los
pocos barrios romanos de verdad, con una magia y encanto que engancha. Nada que
ver con el resto de la Roma monumental, es totalmente distinto, en él todo es
vida, no monumento, piedra o arquitectura. Quedamos en Piazza santa María in
Trastevere, una bonita iglesia, la más
antigua de Roma, y una fuente la presiden. Paseamos un rato por sus
adoquinados y laberinticos callejones, descubriendo una torre, una sinagoga,
una iglesia, una fuente…nos dejamos llevar por la marea de gente que encontramos
haciendo lo mismo. Está muy animado, vemos muchos pequeños restaurantes que están a tope, incluso en sus terrazas, en algunos hay cola
para pillar mesa; también algunas tiendas aún abiertas aprovechan las últimas
compras de los turistas. Cenamos en una trattoría localizada por internet
cuando veníamos en el autobús, maravillas de la tecnología actual. Que ricas
están las pizzas romanas!! Y los helados, y los macarrones y todo. De postre
vamos a tomar unas copas trasteverinas y nos encontramos con las chicas del
grupo, Manoli, MªJosé,Begoña, Petro, Mariluz, Reyes han tenido la misma idea,
esta noche hemos conocido el barrio mas romano de todos.
La primera mañana en Roma nos
arrastra por una visita panorámica en bus, del que no te dejan bajar, poco vemos
y mal puesto que para conocer esta ciudad es imprescindible caminar, caminar y caminar. Nos dejan en una
tienda de recuerdos carísima junto al Vaticano y de allí vamos a casa de los
padres agustinos en Roma, mirando la plaza de San Pedro segunda fuente a la
izquierda. En un programa de callejeros viajeros un fraile agustino enseñaba
las vistas del Vaticano desde su terraza, yo las tengo por las fotos que me ha
regalado el padre Emilio, están bien cerquita del cogollo. Aquí vamos a
celebrar hoy nuestra misa en una capilla situada en el corazón de esta
residencia, al padre Santiago le toca llevar la batuta. Para llegar atravesamos
pasillos que huelen a comida, a serenidad, a paz. El padre Isidro dice que no viene a
los museos esta tarde, que se queda aquí, ¡que ganas de hacer lo mismo!. Siempre
que entro en un lugar asi me vuelvo a sorprender de la tranquilidad de
la atmósfera, ya debería estar acostumbrada.
A penas son las 4 de la tarde, cola en los
museos vaticanos. Me gustan los museos, lo reconozco aunque para mucha gente
sea un rollo. Hubiera estado otras 6 ó 7 horas o quizás un par de días más. Una de nuestros primeros
encontronazos es con la Piedad, la copia, te llena de ternura contemplar esa cara tan
joven, tan dulce con su hijo muerto sobre las rodillas. Agoté la batería de la
cámara de fotos, soy una agonía, todo lo quería retratar: el patio de
la piña, el patio octógonal, Laocoonte, Apolo, Venus, la galería de los
mapas… y menos mal que en la Capilla
Sixtina me pararon los pies. Aquí ya no dejaban hacer fotos, pero da igual,
está en mi memoria. Ese genio de Miguel Ángel se pegó no sé cuánto tiempo con
un sombrero lleno de velas en la cabeza
y subido a un andamio pincel en mano. Seguramente un
ángel le había soplado al oído lo
importante de su legado para el futuro y se esmeró. Rafael tiene también una
sala para él solito, y es que estos museos son inmensos.
Bajamos a la cripta donde están enterrados
los Papas, no todos. Entre ellos aun reposan los restos de Juan Pablo II el Papa
más querido en nuestros días a pesar de
tener un controvertido pontificado, hizo muchas cosas buenas y estuvo mucho
tiempo en la silla de San Pedro lo que le dio oportunidad para ver realizados
sus proyectos. Es en la única tumba donde hay flores y fieles rezando, llorando,
o emocionados, los peregrinos ralentizamos nuestro caminar al pasar por este lugar,
queremos estar cerca de él. Dentro de unos días cuando el Papa Benedicto le
ascienda a beato, llevaran sus restos a la Basílica de San Pedro, ya tiene
preparado un lugar ahí.
La última visita de la tarde es la basílica de
San Pedro, el centro hoy de nuestra
iglesia y como tal es magnífica,
grandiosa, colosal, maravillosa. Hay que verla y disfrutarla. La Piedad original se esconde a
la derecha de la entrada tras un cristal blindado desde que aquel chaval le dio
por liarse con ella a martillazos, seguramente envidiaba su belleza y no
soportaba la expresión de su semblante. Esta enorme iglesia papal está llena de
obras de arte; escultura, pintura, arquitectura se unen en su máximo exponente
bajo un mismo techo para dotar de grandeza y
belleza a esta iglesia. El baldaquino en bronce firmado por Bernini
asombra al acercarse y tras él, la silla
de san Pedro y la luz del Espíritu Santo. Arriba, en el friso de escayola
el Padre Nuestro en latín rodea la iglesia en letras enormes. Estamos
en el corazón de nuestra fe, en el mayor templo del catolicismo, el que utiliza
nuestro Papa para dirigirse a Dios.
Por la noche tenemos pensado pasear Roma, la barroca, de la plaza de España a la Fontana
de Trevi, pasando por Piazza Navona y el Panteón. Desde el Vaticano por la vía
de la Conciliacione tomamos camino hacia
el puente de los Ángeles, pasamos delante del castillo de Santangelo, esta
edificación me da escalofríos, seguramente por tantas historias de intrigas que
he leído sobre él. Llegamos a la
Plaza de España, una de las más animadas y bonitas de Roma, su escalera siempre
a tope de gente, sus flores y la iglesia
de la Trinitá que espera arriba, dan un peculiar sabor a una romana plaza muy española. Seguimos
nuestro paseo dirección Fontana y es que no te puedes ir de Roma sin seguir la
tradición. Asombra el tamaño tan enorme y la elegancia del grupo escultural en
una plaza de tan reducidas dimensiones, siempre rebosante de público, todos arrojando monedas,
todos queriendo volver, los visitantes hacemos millonario al ayuntamiento
romano entre el impuesto de los hoteles y la Fontana.
Ultima jornatta , hoy es
miércoles santo, por fin ha llegado el día D. Cargados con las mochilas llenas
de botellas de agua, gorras, paraguas para parar el sol y vistiendo nuestras
camisetas negras en las que informamos al personal que estamos enamorados de Ceuta,
nos dirigimos a la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Hoy veremos al Papa. Un
guapísimo guardia suizo vistiendo el uniforme azul, amarillo y rojo diseño
atemporal de Miguel Ángel, nos indica el
lugar desde donde podemos seguir la audiencia. Es curioso lo del cuerpo de escolta del Sumo Pontífice, lo forman 250 jóvenes nacidos en Suiza, asi ha sido desde su comienzo.
Hemos llegado a las 9 y hasta las 11
nada que hacer. Estamos sentados, más o menos cómodos, no hace demasiado calor
y no hay demasiada gente. Nuestros curas
visten de curas, colores grises y negros excepto los alzacuellos blancos
inmaculados. Empezamos a tirarles fotos con la basílica al fondo y la bandera
del “love Ceuta” delante, los del grupo se van colocando para salir en la foto.
El ambiente es festivo, se oyen canticos
aquí y allí coreados por peregrinos procedentes de distintos lugares. Estamos expectantes, empieza a llegar gente a
borbotones, cada vez mas autobuses descargan sus pasajeros en esta plaza, equipos
de deportistas con sus coloreados atuendos, azules, amarillos, verdes, grandes
manchas de colores que se mueven al rededor, multitud de banderas ondean al viento … cada vez hay más gente,
no sé si vamos a caber. A nuestro lado se sientan unas chicas madrileñas,
llevan unas camisetas rojas con el logo del encuentro Madrid 2011, no paran de jalear, cantar, reírse, se
lo están pasando pipa. Nosotros también. Esto es una fiesta. Por fin llega el
momento, en las pantallas colocadas para la ocasión vemos aparecer al Papa, va
en el papamóvil, muy escoltado. La multitud comienza a gritar enfervorizada, se
escuchan gritos de ¡viva el Papa! por doquier. Dentro de nada pasará a
nuestro lado así que cámara en mano me subo a la silla y apunto. No hago demasiadas
fotos, prefiero mirarle, nunca volveré a tenerle tan cerca, solo a un par de metros. Está muy delgado y ya está
mayor, viste de blanco y me entran ganas de reír y de llorar a la vez, esto es muy emocionante. De lo que vino después
poco recuerdo, un sacerdote para cada parte del mundo que presentaba a los grupos allí presentes, el cura que habló en castellano
nos colocó en Melilla, nuestra querida ciudad hermana, ya llevábamos
Ceuta en el corazón y la camiseta, los chicos de al lado que se dieron cuenta
del error empezaron a corear por Ceuta, nosotros también. El caso es que
estuvimos allí, el Papa lo supo, nosotros también, nos bendijo y aún nos dura
la fiesta en el corazón.
Esa tarde visitamos la
catedral de Roma, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor, nos faltó la
cuarta basílica de las mayores: San Pablo extramuros, ya no daba tiempo.¡ Mira que son
espectaculares las iglesias romanas! Los españoles quizás tengamos parte de culpa
en ello, por ejemplo, el techo de oro de Santa María la Mayor fue obra y gracia
de nuestros Reyes Católicos, el primero que se trajeron de las Indias
Occidentales, o eso cuentan.
La misa de hoy va a ser en las
catacumbas Domitila, primero las visitamos, hacemos un pequeño recorrido por el
laberíntico embudo que forma el enterramiento para comprender como sentían su
fe aquellos primeros seguidores de Jesús que decidieron enterrar a sus muertos
fuera de las necrópolis comunes. Las
catacumbas solo son cementerios pero si escuchamos bien, aquí encontramos más
testimonio de vida que de muerte, los símbolos como el buen pastor, el orante,
el pez, la X y la P superpuestas, la paloma y tantos otros dibujos que vemos
arañados en las piedras nos hablan de vida, de que aquellos primeros cristianos
encontraban aquí en las catacumbas la fuerza y valor para vivir su fe en un
tiempo de persecuciones y martirios .Son un maravilloso testimonio de la
iglesia en sus albores. Nos reunimos en torno al altar en la basílica semi-subterránea de los mártires Nereo y
Aquiles, el techo está a la altura del aparcamiento donde nos ha dejado el bus.
Es una iglesia dentro de las catacumbas construida donde antes había una
capilla y seguramente por el deseo de los antiguos cristianos de ser enterrados
cerca de sus mártires, hay muchos sarcófagos y símbolos cincelados por todas
partes. Hoy le toca el turno a David que ofrece la misa en acción de gracias. Me
encanta escucharle, siempre optimista y con una nota de alegría en su voz. Le
da gracias a Jesús por protegernos, por guiarnos en esta segunda peregrinación.
Hoy me hubiera gustado despedirme de Roma paseando por
la zona de los foros, el Coliseo, el circo, las termas, la escalera capitolina,
el arco de Constantino, la columna de Trajano…. Es la roma de los cristianos
que enterraban a sus difuntos en las catacumbas, pero … me quedo con las ganas,
juegan a la pelota Madrid y Barcelona, actualidad manda, así que no hay
salida expeditiva, hay tele. Me voy a preparar maletas que mañana volvemos a
casa, a descansar lo que queda de Semana Santa. Definitivamente queda demasiada
tinta en el tintero y he de volver por enésima vez a Italia, sobre todo a Roma,
la ciudad eterna.Las fotos de Roma pinchando en: ROMA
Mis fotos de Italia: https://photos.app.goo.gl/2BEyKfWuVXmtdcCU6
No hay comentarios:
Publicar un comentario