jueves, 13 de abril de 2017

Chipre y Grecia peregrinos agustinos 2017. Llegando a Chipre- día 1

Miércoles Santo, comienzan los festivos de Semana Santa y acaba la última peregrinación agustina que nos ha llevado este año a Chipre y Grecia. En realidad acabó el lunes, casi rozando la media noche, pero aun estoy cansada y resacosa del viaje que ha pasado en un pis pas. Cada nueva ruta transcurre mas deprisa que la anterior.   ¡Que ligero es el tiempo cuando disfrutas de  amigos,  familia, del entorno, en una palabra, de la vida!.
La isla que da nombre al cobre, Cuprum, ha resultado ser un país discreto, sereno, con mas de 10.000 años de historia a cuestas, maravillosos restos arqueológicos, un clima excepcional y una luz mediterránea inmejorable. Llena de leyendas y tradiciones, de gente amable que hablan en griego, herederos de fenicios, egipcios, romanos, sirios, persas, hiitas, bizantinos, otomanos, venecianos, franceses , ingleses....,  donde Afrodita (Venus para los romanos) eligió su lugar de nacimiento y ahora es mascota turística y donde San Pablo viajó y predicó la doctrina de Jesús entre judíos y gentiles.

Comenzamos con una previa en Madrid, llegando un par de días antes  para entrenarnos y poner motores a punto. El tiempo nos acompañó y pudimos pasear a gusto, comer mejor y redescubrir  la capital. Visita al Medinaceli, la  plaza Mayor, el mercado de San Miguel, incluso nos acercamos el domingo al Retiro y a Chamberí. Dos días para gozar de la capital del reino, mas soleada y llena de gente que nunca. ¡Que bonito es Madrid, que ambientazo por todas partes y que bien se come!. 


A lo largo del domingo día 2 fueron llegando los 30 peregrinos al Coloso de Leganitos, por fin nos reunimos todos y acabamos cenando en un  Vips de Gran Vía en vista de que no entrabamos en ningún sitio. 


 Allí conocimos a los dos novatos, la madre del padre David, Mina y el padre Bonifacio. Ensayamos el "cumpleaños feliz" del padre Emilio y le entregamos un regalo que no cabía en ninguna maleta, un bastón que era difícil de camuflar en el avión. La sobremesa duró poco,  a las 5 de la mañana nos recogían para llevarnos al aeropuerto. 

Es curioso que no haya vuelos regulares directos desde España a Chipre, alguno hay desde Cataluña en verano, por lo tanto tuvimos que hacer transbordo en Munich, nos esperaba una azafata para, en los escasos 30 minutos que quedaban de margen entre vuelo y vuelo, llevarnos con la lengua fuera por un laberinto de pasillos, escaleras mecánicas y puertas hasta el control de pasaportes y nueva puerta de embarque.

 Aterrizamos en Lárnaca pasadas las 3 de la tarde hora local, una hora mas que en España, pensando que amerizábamos, pues la pista es paralela a la orilla del mar y desde la ventanilla del avión solo se veía agua. Tras el posterior barullo de maletas y una, la mas nuevecita del padre Emilio, reventada y encintada, reclamación y por fin pisamos CHIPRE.

Fuera nos esperaba un señor muy peculiar, bajito, moreno, con rizos canosos, risa fácil contagiosa y catarro crónico, el que seria en días sucesivos nuestro guía en la isla, Aníbal David, hondureño de nacimiento, ruso de estudios, botánico de afición, casado con una chipriota de origen griego, con dos hijas y una suegra y residente en el 9ºB de no se que edificio. 
La primera impresión del territorio fue desastrosa, mas nos parecía estar en el centro de Castillejos, edificios de dos plantas desordenados, desconchados y destartalados, cables de luz y teléfono soportados por palos de madera, jardines descuidados, descampados, sin apenas ordenación urbana. 

Seguramente para paliar esa mala impresión de llegada, Anibal comenzó a hablar de su país de adopción contándonos todo lo que veríamos en días sucesivos mientras nos conducía hacia una cercana y pequeña iglesia rural junto al aeropuerto, en la antigua Kitti, Panagia Angeloktisti, "construida por los ángeles". 

El lugar es realmente hermoso y tranquilo. Bajando de bus lo primero que veo es la fachada de piedra, a la izquierda un grupo de señores de tertulia tomando café bajo un frondoso árbol cercano a una fuente y a un kiosko donde venden algunos iconos y postales.  La imagen es totalmente campestre, de sosiego y serenidad.



La sensación de relax, tranquilidad, de paz me invade nada mas subir los tres escalones de acceso, no hay ruido, mas que nuestros comentarios, risas y el piar de los pájaros. 
A la derecha de la iglesia hay otro enorme árbol, seguramente bastante anciano, cuyas ramas principales están soportadas por refuerzos de hierro, así de años debe tener.


Panagia Angeloktisti

Entrando en el templo gruesos muros me envuelven, se adivinan hermosos frescos y mosaicos adornándolos en un pasado no demasiado lejano y que han ido desapareciendo en el tiempo aunque quedan restos. 




Aníbal nos invita a sentarnos para saborear la belleza y la paz del interior mientras nos relata, con su peculiar castellano, la historia del lugar. El iconostasio es una belleza.

interior de la iglesia

iconostasio

 Es una pequeñita iglesia bizantina del s. XI alzada sobre los restos de una basílica "paleocristianica" que conserva su ábside original y guarda un gran tesoro, un precioso y muy antiguo mosaico (s. VI) de la Virgen con el niño en brazos y custodiada por dos arcángeles, Miguel y Gabriel. Sobre María, de pie, envuelta con túnica roja, una inscripción, "H AGIA MARIA", SANTA MARIA. Los arcángeles lucen alas formadas por plumas de pavo real y le ofrecen el Mundo coronado por la cruz.

mosaico de Panagia Angeloktisti


Según la tradición local, los residentes de la antigua Kition, se trasladaron a Kiti  y decidieron erigir una iglesia en honor a la Virgen, mientras la construían se percataron que los cimientos cambiaron de sitio por la noche y que un ejercito de ángeles había bajado del cielo para construirla, de ahí su nombre. 
La forma actual de la iglesia es el resultado de alteraciones y adiciones de capillas posteriores como la dedicada a los santos Cosme y Damian en la zona Norte, o la capilla latina en la Sur.



En la fachada principal de construcción mas reciente se pueden apreciar tres escudos de armas.






El santuario alberga un icono muy antiguo y único del siglo X que representa a la Virgen María, San Lázaro y el Evangelista Lucas. Según la tradición los tres eran amigos de la familia y se reunieron en Kition durante los primeros años del cristianismo.



Salimos al exterior para tomar un café "griego o turco" da lo mismo, al mas puro estilo "pucherete" de nuestras abuelas y disfrutar de la bonita tarde que nos ha recibido en Chipre con un regalo de bienvenida tan desconocido y a la vez tan delicado: "la iglesia construida por los ángeles". Me siento en un banco de madera junto a la fuente, frente al kiosko y pienso en lo que acabo de escuchar, cuanta historia mezclada con tradición, ciencia y religión que nos ha llegado viajando en el tiempo. En realidad da igual sea cierta o no, lo importante es que esté ahí y podamos enriquecernos y aprender de ella.






Os dejo en este enlace el informe de la UNESCO sobre la iglesia:https://translate.google.es/translate?hl=es&sl=en&u=http://whc.unesco.org/en/tentativelists/5987/&prev=search


Nos dirigimos ya al hotel Rise, en pleno centro del la ciudad, a cinco minutos andando del paseo de las palmeras, Finikoudes y a un tiro de piedra de las calles comerciales con Ermou a la cabeza. Es un hotel moderno, con habitaciones cómodas y baños muy limpios aunque estrechitos para algunos, terrazas amplias y zonas comunes adecuadas. Cenamos en el restaurante del hotel, a unos pasos  saliendo del edificio, se trata de una taberna chipriota "Eu Kouzin", donde sirven comida local a la brasa y será nuestro lugar de cenas durante toda la estancia en la isla.
Aquí vamos a contactar por vez primera con la ensalada típica  de tomate, pimiento, cebolla, apio, pepino, aceitunas, queso feta y culantro aliñada con aceite de oliva. Esto junto con la "pomada" de yogurt y pepino y el humus, serán una constante en días posteriores. Tras el chuletón "picapiedra" que nos metemos entre pecho y espalda, nos vamos a explorar territorio.



 La guía que nos acompaña al restaurante nos sitúa en el mapa los lugares de interés y comenzamos el paseo. Finikoudes es el primer destino, para ello llegamos a la plaza de Europa donde aun quedan construcciones de la época colonial inglesa.



Después del paseo, buscamos un chiringuito donde reposar nuestros maltratados cuerpos y poder disfrutar de una copa que no sea demasiado diferente a lo que estamos acostumbrados, mañana será otro día y salimos temprano, a las 8 desayunados y preparados para recorrer algunos de los lugares donde San Pablo hizo historia.













No hay comentarios:

Publicar un comentario