viernes, 2 de mayo de 2014

Croacia peregrinos agustinos 2014. LA HISTORIA DE UN PUENTE Croacia-6


Hoy dejamos Croacia, pasaremos todo el día en Bosnia, uno de los países de la antigua Yugoslavia más castigados y menos recuperado de la guerra de los 90.

Parece mentira que seamos europeos, el continente más antiguo y con una civilización y educación supuestamente tan exquisita y sin embargo una de las guerras más crueles y destructivas de los últimos años ha sucedido en el corazón de Europa, justo donde se encuentra la frontera entre Oriente y Occidente, justo donde la cultura, la tolerancia, las religiones, las costumbres se fundían en un crisol maravilloso de convivencias.

Primero vamos a ver la virgen de Medjugorje, está cayendo agua a cantaros. Hoy nos hemos puesto las camisetas de los peregrinos pero no hay manera de lucirlas, ¿quien se arriesga con este aguacero?. Las llevaremos todo el día a ver si hay ocasión.

Medjugorje es una pequeña aldea entre montañas que ha crecido gracias al turismo de peregrinos. Cientos de tiendas de recuerdos proliferan en los aledaños de la iglesia de Santiago Apóstol, mas tarde compraré algunos rosarios y una medallita de plata para mis amigas. No es aquí donde celebramos hoy la eucaristía, este recinto está lleno de peregrinos que vienen a ver y a pedirle gracias a la bonita Reina de la Paz. Nos dirigimos a una pequeña capilla atendida por monjitas para escuchar esta mañana al padre Emilio. Mientras están en la sacristía vistiéndose para la ocasión, se oyen risas y más risas. Luego nos contará el padre David que era un tema de perímetro abdominal. Emilio nos habla hoy de la figura de la Virgen María como no puede ser de otro modo. Finaliza la celebración cantando la Salve. No me la sé, nunca he conseguido pasar de los primeros versos, no sé porque pero se me resiste.

Continuamos camino hacia Mostar, sigue lloviendo con ganas y hace  frío, solo llueve en esta zona 10 días al año y hoy nos ha tocado. ¡Tiene guasa la cosa!

La ciudad histórica de Mostar esta en el valle del rio Neretva, fue una antigua ciudad fronteriza del imperio otomano que se desarrolló durante los siglos XV y XVI.

 Primero y esperando que escampe,  nos vamos a comer a un céntrico restaurante. Nos ponen unos entremeses con pastel de queso y espinacas que están my ricos, pero lo mejor es la peka, una carne cocinada en un cacharro con forma de campana y enterrado en cenizas. ¡Está exquisita! Hemos comido como reyes.

Nada más salir a la calle el frio helado y la lluvia se meten por todos los huecos de mi chaquetón, echo de menos hasta los guantes. A penas puedo sacar la máquina de fotos con tanta agua. Empezamos a cruzarnos con mezquitas y cementerios musulmanes en el mismo centro de la ciudad, conforman el paisaje urbano de Mostar. Los edificios en avenidas principales muestran aún las señales de la guerra, impactos de proyectiles, metralla y bombas siguen marcando sus fachadas, se ven los  interiores donde la vegetación crece salvaje. Este pueblo debía ser una preciosidad antes de esta salvajada, ahora solo el casco viejo esta restaurado.

Se oye a los imanes, cantan desde sus minaretes de culto mientras en la iglesia franciscana repiquetean las campanas con más fuerza que en ningún otro sitio del país. La ciudad vieja esta empedrada. Las piedras del suelo son enormes, redondas y resbalan, además hacen daño en los pies. Las casitas bajas reconstruidas están utilizadas por comerciantes de suvenir y productos artesanales. 

Entramos en el patio de una mezquita, en un mirador aledaño se ve el puente viejo. Está apoyado en dos grandes torres, “los guardianes del puente”, Tara y Helebija. Antiguamente los “mostari” cobraban por cruzarlo, de ahí dicen viene el nombre de la ciudad. Me acuerdo de aquella Navidad en que mis padres me regalaron una acuarela con esta vista del Stari Most. Lo colgué en el salón de casa y desde entonces ahí está.

Todos nos retratamos en el mirador ¡que vista más encantadora, al fondo se ve el puente que está lleno de gente, parece que un chico se dispone a saltar por unos euros. A esto se tienen que dedicar los jóvenes para sacar algo de dinero. En Bosnia el paro está peor que en España, anda por el 45% y sin ayudas ni nada. A ver si por lo menos con el turismo se van arreglando.

El Stari Most fue mandado construir por Solimán el Magnífico a Mimar Hajrudin, el mejor arquitecto de la época. Cuando este le presentó el proyecto, muy novedoso en su diseño, le amenazó con cortarle la cabeza si no se mantenía en pie ya que el puente consistía en un solo arco de 20 metros de altura, y tenía 4 metros de ancho por 30 de lado a lado en forma de lomo de asno. Tardó 10 años en acabar su obra. El día de su inauguración se quitó del medio fuera a ser que aquello se desplomase. Un emisario de las autoridades le dio la noticia de que el puente había resistido el paso de gente y cabalgaduras y que era una belleza arquitectónica.  



Durante 427 años resistió  inundaciones,  movimientos sísmicos, guerras, incluidos los blindados de Hitler.  Hasta el 9 de noviembre del 93 en que tres disparos de artillería dieron en su clave.

Este puente siempre ha sido una insignia de la convivencia entre cristianos, ortodoxos y musulmanes en Mostar hasta que los croatas se lo cargaron a pepinazos el 9 de noviembre de 1993 durante el cerco al que estuvo sometida la ciudad.

Resistió durante dos días y dos noches más de 60 impactos, hasta que esa mañana,  una de las personas que participaba en su mantenimiento dio la clave de la construcción, su interior hueco. Solo apuntaron bien. Las piedras cayeron sobre el rio Neretva y el agua se tiñó de rojo.

“Don´t forget 93” dice la leyenda inscrita en una piedra antes de llegar al puente. Nunca más.

Al final de la guerra, Mostar era una pura ruina, no hubo casa, mezquita ni sinagoga que sobreviviera. La UNESCO decidió restaurar el casco antiguo y el Stari Most como símbolo de la reconciliación entre etnias. Se estudiaron las piedras para buscar similares y se descubrió porque había sangrado el puente, en el mortero usado en el siglo XV había bauxita y aluminia de color marrón rojizo, lo que tiño el agua de rojo. Para este trabajo, con el fin de realizar una réplica exacta del original, se utilizaron más de 1000 piedras extraídas de las canteras del lugar y se manejaron los instrumentos tradicionales dovelas, lañas y espigas para tallar las piedras, al igual que hicieron los artesanos en el siglo XV. En 2004 finalizó la obra.

Los soldados españoles destinados allí levantaron un pontón de madera provisional que sirvió durante varios años hasta que se restauró el “nuevo puente viejo”. Los mayores del lugar dicen que el puente ha recuperado su belleza pero que ha perdido su alma.

Sigue lloviendo, aunque menos,  el frío es el mismo. Esta ciudad es my bonita pero me resulta triste. Tanto cementerio y tanta mezquita, pienso que así es difícil olvidar.

Ya vamos en el bus camino del Sur del Sur, de Dubrovnik. Siguiendo el valle del rio Neretva, la carretera hasta llegar a la autopista croata va atravesando un camino lleno de vegetación y de pequeños pueblecitos, a unos 30 km de Mostar vemos una torre medieval en lo alto de un cerro, Goran avisa: … 3…2…1… ya!  Pocitelj, otro pequeño pueblo bosnio en la ladera de un monte, la llaman la ciudad de piedra, parece como si cada edificio hubiera surgido de la misma tierra. El bus ralentiza el paso para que podamos apreciar  la belleza de las cúpulas otomanas azules, la madraza, los baños turcos, la mezquita, el minarete, la torre del reloj….Es una población que ha conseguido conservar su encanto original de cuando el imperio otomano en el siglo XV la consideró ciudad estratégica para su avance territorial en estos parajes.

Tuvimos que salir de Bosnia para volver a Croacia, coger la carretera de la costa que ofrece maravillosos paisajes y volver a entrar en Bosnia para atravesar un puñaillo de kilómetros de litoral bosnio. En una paradiña para descansar de bus, me metí con Emilio y con Goran en un super y le pedí que escogiera un par de discos de música croata para el álbum de fotos. Dos discos y cuatro bolsas de kikis mas tarde volvimos a cruzar otra vez la frontera para entrar en  Croacia, ¡qué lío de fronteras! ¡ya va siendo hora que esto desaparezca! Es entonces cuando llegando a un pueblito  llamado Ston aparecen los primeros  criaderos de mejillones y  ostras. Según los croatas las más sabrosas del Mundo. Dicen que aquí se dedican a esto desde tiempos romanos. Hay toda una industria alrededor de eso.

Queda muy poco para llegar a destino, el Sol se está poniendo a nuestras espaldas, nos está regalando un ocaso hermosísimo, delante tenemos ya Dubrovnik, sus murallas, sus tejados y su magia. Eso será mañana, otro día.  

 las fotos de Mostar en: fotos de Mostar





video Pedro







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