Hoy domingo primero de mayo, fiesta de los trabajadores y de las madres, estoy sentada tomando el sol manilveño en un rincón de mi patio, esperando que las musas me orienten para ponerme al teclado y escribir sobre la capital andaluza. Tengo tarea 😕
"Dadme una Sevilla vieja donde se dormía el tiempo, en palacios con jardines, bajo un azul de convento"... las palabras de Machado me vienen al oremus. Esa Sevilla vieja de su infancia, de los limoneros madurando al sol en el jardín de Dueñas. ¿Cómo no recordarlo?
Sevilla te seduce, te requiebra, te fascina, se te mete debajo de la piel y te conquista el alma...y caes rendido a sus pies, de puro cansancio. La capital del Guadalquivir, desde Triana a la judería, de la Macarena al Cachorro, de Velázquez a Murillo, de Bécquer a Machado o Aleixandre con mayúsculas de Nobel, de Sor Ángela a las Claras y ¿por qué no? de las Golondrinas al Rinconcillo o a los Coloniales, de toda la vida, Sevilla es mucha Sevilla.
Tenemos guía, no se lo que hará este hombre, lo tiene muy difícil. ¡Son tantas las cosas que ver! ¿Dónde llevas a un grupo que seguramente ha pisado Sevilla una y mil veces?, aunque no conozca, o sí, los lugares más típicos. ¿Cómo unificas una Sevilla personal, menos conocida, con esa otra fotogénica, esplendorosa y tantas veces vista? Ahora veremos.
Quedamos con él a las 9 am frente a la Real Maestranza de Caballería, la plaza de toros con más solera de España, entre el muelle de la Sal y la Torre del Oro. Estrenamos el día con misa en la Catedral Metropolitana de Santa María de la Sede y posterior recorrido por sus dependencias.
Cruzamos andando el barrio del Arenal, antigua zona portuaria de la city, puerto y puerta de las Américas, donde llegaban todas las mercancías y oros de "las Indias Occidentales" y se construían barcos a porrillo en las reales Atarazanas.
Paramos un momento en el callejón Iris, acceso de toreros y cuadrillas al coso taurino. En la pared de la que fuera residencia sevillana de D. Antonio Ordoñez leo el azulejo que los vecinos le dedicaron al maestro de maestros. Un poquito mas y cruzamos la calle Adriano, casi huelo "los mejores montaítos de pringá de to Sevilla", en un rato estarán esperando clientela en la barra de la bodega San José. Seguimos por la calle de los Alemanes hasta alcanzar la fachada de la catedral.
El guía, Carlos, un hombre alto, delgado, con más pinta de foráneo que de nativo, continúa tirando del grupo para llegar en tiempo y forma a la puerta de San Miguel. No se cuantas puertas tiene esta enoooorrrrrme construcción, ni si es esta la puerta por la que entramos, creo que sí porque siempre está abierta a la hora de misas.
La catedral es un edificio grandioso de una belleza sobria y ambiente místico. Fascina por su historia, su arquitectura y por la cantidad de obras de arte que contiene. Es la tercera pinacoteca española detrás del Prado y el museo de Bellas Artes de Sevilla. Cuadros de Francisco Pacheco, Murillo, Zurbarán, Valdés Leal y hasta un Goya entre otros genios; esculturas que van desde los grandes flamencos a Martínez Montañés, rejas, platerías, orfebrería, joyas... Lo que no tiene la catedral es un Velázquez, y muy poquitos hay en Sevilla. El indiscutiblemente mejor pintor español de todos los tiempos partió para los Madriles con 24 primaveras y de su obra primigenia algo queda en el hospital de los Venerables, poco más.
Me viene a la cabeza ese estribillo ¿Velaske yo soy wapa? con esa escena de D. Diego paseándose por el museo del Prado y canturreando el rap... No se si alguno sois fans o habéis visto "el Ministerio del tiempo". Si no es así, hacedlo. Es de esas series que o se adoran o se odian. Yo soy fan acérrima. Entre los mejores agentes del ministerio, D. Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, sevillano por los cuatro costados, absolutamente pagado de si mismo y enamorado del arte en cualquiera de sus manifestaciones y del tiempo, magníficamente perfilado e interpretado en esta fantástica ficción, como Lope de Vega, Cervantes, Spínola, Torquemada, Lorca, El Cid, Bécquer, el Empecinado, Napoleón...
Por si queréis ver el trailer: Velazquez rap
No puedo asegurar cuántas veces habré deambulado por esta Sevilla y su catedral mirando, remirando y admirando todo, un montón. Los que me conocéis sabéis que no tengo fin, soy fatiguitas...otros lo son del fútbol. De todas formas, para apreciar bien este tesoro es mejor tomárselo con calma, recorrerla en "píldoras", cada visita a Sevilla, un ratito. Si no, te empachas.... es demasiado grande.
Hoy cantan laudes a las 9.30 y dan misa a las 10, la que nos toca es la última de esta peregrinación y vamos tarde, nada nuevo.
Llegamos ante el coro situado frente a la Capilla Mayor, ocupan la nave central en la zona del crucero. Más de 20 canónigos se reparten por los sitiales mudéjares, rezan cantando. Literalmente. Van vestidos de morado con botonadura a juego, roquetes blancos y capa pluvial de color morado. Muy elegantes. Los de la primera fila, solo con el alba blanca. En medio del coro un antiguo facistol. Resulta extraño, demasiado formal, casi anacrónico, es cómo un deja-vú, una ventana a escenas monásticas de rígidos horarios y estrictas reglas. Estamos de pie, observándoles, escuchando, algunos tiran fotos. Mientras, otros fieles están sentados de espaldas a ellos, atentos al altar. Molestamos, hay gestos de rechazo. Llega un diácono y nos pide que nos sentemos, que dejemos de incordiar. El padre David y el padre Alberto se incorporan al coro para terminar laudes. Aún pasarán 20 minutos hasta que esto ocurra.
Luego comienza la misa en la Capilla Mayor que disfruta del retablo mas grande de la cristiandad, 30 x 20 metros, esplendorosamente esculpido, en madera policromada, con 44 escenas bíblicas y más de 200 figuras preciosas. Unos 80 años se tardó en finalizarlo. El Crucificado del calvario que está arriba del todo es el Cristo del Millón, por el millón de favores concedidos a la ciudad en época de enfermedades. Abajo, la Virgen de la Sede sentada en su trono de plata y presidiéndolo todo. Salen los sacerdotes comienza la misa.
Si anacrónico me pareció el rezo de laudes, totalmente trasnochado me parece el inicio de esta Eucaristía, es cantada. Discurro que estamos en la catedral gótica más grande del mundo, que solo la superan en tamaño de templos de San Pedro del Vaticano y San Pablo en Londres, por tanto cualquier rito que aquí tenga lugar, debe ser tan solemne como el recinto que lo alberga. Pienso entonces que quizás sea yo la que deba reconducir mis entendederas, pues la armonía entre continente y contenido debe ser total. Los celebrantes están tan lejos de nosotros como la Luna de la Tierra, se dirigen al Altísimo de manera pretérita, por lo menos no es en latín, aquí los fieles sólo miramos y respondemos algunas oraciones. Acaba la misa, menos mal que el padre Alberto no cargó con la guitarra, no la hubiera sacado del estuche. Sin embargo, nos dijeron que dentro en la sacristía todos eran muy cercanos y agradables.
Nuestro guía, no nos ha acompañado, hemos quedado con él en la puerta de Palos, que da a la plaza Virgen de los Reyes. Una vez acabada la misa, una de las "chaquetillas rojas" de turno de la catedral nos hostiga para que saliéramos "rapidito". Y aunque no estoy muy conforme y prefiero esperar al grupo, me veo casi sin darme cuenta en la calle con algunos compañeros. Tras un rato en la plaza junto a la farola y viendo que el resto no salían, llamé por teléfono y resultó que andaban disfrutando de un "tour privé" por el coro y altar mayor liderado por uno de los diáconos de la catedral. El padre Alberto sale a buscarnos y conseguimos volver a entrar y acabar la visita con este señor que fue todo un encanto. Explicó mil y un detalles de este recorrido y fue simpatiquísimo, demostrando que las apariencias engañan y mucho.
Luego empezaron a llegar turistas, había que cerrar las rejas platerescas del coro y el altar para que no se colara nadie. Fuimos a buscar al guía y vino la discusión con una de las señoritas de seguridad: estábamos dentro de la catedral pero quería que volviéramos a salir a hacer la cola para volver a entrar a hacer la visita, cosa absurda ya que estábamos dentro. Tira y afloja con ella que si salgo que si no, que si llamo a uno de los responsables que si no... al final llegó la señora que mandaba y nos dijo: "su visita empieza aquí así que a partir de este momento disfruten de la Catedral" y no hubo más que hablar, nos quedamos donde estábamos.
Dejo la web de la catedral, para los que nos gusta meter un poquillo los dedos. Si navegáis por ella, podréis conocer desde su historia al edificio y todo lo que contiene.
Y ahí empezó la visita, junto a la puerta de Palos, sin subir a la preciosa Giralda (yo no hubiera pasado de la quinta rampa) y viendo nada más de lejos las rejas de la Capilla Real donde guardan a la capitana general y patrona de Sevilla, la Virgen de los Reyes. Resulta que andan los cofrades en plena ebullición montando pasos para estaciones de penitencia cercanas y tienen toda el recinto manga por hombro.
El guía, de palabrería fácil y discurso interminable, sabía incluso más de la cuenta, resultó un pelín "docto" y claro, muchos desconectamos, yo me fui a lo mío.
Seguro que recordáis y sabréis más cosas de las que pongo aquí, si me las contáis, las incluyo. Esta es mi "ciencia" de la catedral sevillana, aprendida en esta y otras escapadas.
Voy a tratar de ajustarme al itinerario que recuerdo, comenzando por contar que Sevilla no tiene una catedral gótica al uso. Su planta no es una cruz latina, es un rectángulo casi cuadrado correspondiente a la gran mezquita aljama almohade que la precedió. Está, tuvo culto cristiano desde que Fernando III el Santo conquistó la ciudad. Tras un asedio de casi dos años, las tropas cristianas al mando del rey Fernando y su hijo Alfonso, entraron en una bellísima Isbiliya un mes después de la rendición (para dar tiempo al desalojo del vulgo) y a la que los almohades no se atrevieron a tocar un pelo, sobre todo al alminar, pues ya se ocupó el infante de asegurar que "por cada ladrillo que faltare, cortaré una cabeza". Aquí empezó probablemente el idilio del que sería en cuatro años rey, Alfonso X, con la ciudad de Sevilla.
Durante al menos 150 años hubo culto cristiano en la mezquita hasta que a principios del s. XV decidieron demolerla y levantar " una iglesia tal y tan grande que los que la vieren labrada nos tomen por locos". Tardaron mas de una centuria, cuando acabaron, era más grande que Santa Sofía de la entonces Constantinopla. Luego, pasó lo que pasó.
Lo único que queda del edificio original es el Patio de los Naranjos (zona de abluciones), la puerta de acceso, hoy puerta del Perdón, y el minarete, la preciosa Giralda, a la que los reformistas le añadieron la torre campanario y la veleta, el Giraldillo, de donde le viene el nombre actual a la torre. Son 34 las rampas que llevan al cielo, 7 las habitaciones intermedias, la más alta donde vivía el campanero y su familia y 25 las campanas que repican con alegría, 24 en el cuerpo y una mas en la torre superior, la más antigua de todas.
Como bien lo decía una vieja sevillana:
"Veinticinco parroquias/tiene Sevilla;/veinticinco campanas/su Giraldilla".
Las cadenas que rodean la catedral servían para aquello de pedir "asilo en sagrado", aunque si la liabas muy gorda, ni "sagrado" ni nada. También impedían a los mercaderes que realizaban sus tratos de compra-venta incluso de esclavos en las gradas de la catedral, entraran a caballo en el templo los dias de mal tiempo. Los curas se quejaron al rey Felipe II de esta costumbre tan poco piadosa y este ordenó la construcción del actual Archivo de Indias que antes era la Lonja de Mercaderes.
En la fachada hay pintadas en rojo, una moda "vintage" de siglos pasados copiada a los estudiantes salmantinos, para celebrar logros académicos. Por supuesto si lo hicieran ahora acabarían en chirona y tirarían las llaves.
Cada año se desmontan un par de ellas y se mandan restaurar. Se refuerzan con otro cristal transparente por fuera, para que duren más. Atención a la que está sobre la puerta de Palos. ¿A quien se parece? Pues si, es Carlos I de España y V de Alemania. Se le representa con los atributos de San Sebastián, el arco y las flechas. Fue un homenaje hacia la corona, pues Carlos se casó con Isabel de Portugal en este lugar en 1.527
La vidriera de esta capilla es de las "modernas", representa al rey San Fernando, no podría ser otro.
Después de un largo periplo, como buen marino, primero se le enterró en Valladolid donde murió, luego se lo llevaron a Santo Domingo donde el quería ser enterrado, de allí a la Habana y cuando Cuba tuvo su independencia, lo trajeron a Sevilla. El féretro lo portan a hombros cuatro figuras que representan los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra. La gente les toca los pies porque dicen que trae suerte. ¡Así están de brillantes!
Llegamos a la Sacristía de los Cálices. Otra de las gemas de la Catedral, el cuadro que Goya pintó para esta sala a pesar de ser "poco clerical" y llegar el encargo cuando ya había sido repudiado por sus majas. Las santas, Justa y Rufina, cuentan su historia en un vistazo: porcelana en las manos, un dios romano roto en el suelo y un león lamiendo los pies de Rufina. Un haz de luz procedente del cielo alumbra sus lozanos rostros dentro del cuadro y otro natural les llega de los ventanales. Magnífico.
Y si te giras y miras por donde has entrado....un esplendoroso crucificado de Zurbarán. Aquí pisas y hasta las losas del suelo rezuman arte.
También hay cálices muy valiosos en esta habitación, pero nadie les echa cuenta.
Sales de la sacristía y te topas con otro bellezón, es de Martínez Montañés el Cristo de la Clemencia. Antes estaba en la sacristía de los cálices, y le llamaban así, el Cristo de los Cálices, luego lo ubicaron fuera, en una capilla propia. Este autor firma otras esculturas en la Catedral como "la Cieguecita", una inmaculada con los ojos casi cerrados que está cerca del coro. Como chismografía contar que la talla corresponde a un encargo que le hizo una viuda al escultor que no pudo acabarla a tiempo porque cayó enfermo y tuvo que pedir prórroga. Las tallas no eran policromadas por el escultor, los gremios no lo permitían. Estas dos obras en concreto son pintadas por Francisco Pacheco.
Ya llegamos a la Sacristía Mayor, la que cuando entras dices: ¡Jesús, que barbaridad! Hasta las paredes son pura obra de arte: cuadros de Zurbarán, Murillo, Lucas Jordán, un Descendimiento para quitarse el sombrero...., imágenes, orfebrería, unos candelabros más altos que nuestro Edu...
Pero a mí lo que me gusta de verdad son el tríptico de las tablas Alfonsíes, la Virgen de las Batallas y las llaves de la ciudad que el moro entregó al Rey. Son piezas del s. XIII, el verdadero tesoro de la catedral, las dos primeras utilizadas por Alfonso X en campaña cuando se iba a hacer la guerra.
Cruzamos el patio del cabildo, entramos en el antecabildo y tras un oscuro corredor llegamos a la Sala Capitular donde está la magnífica Inmaculada de Murillo.
El recinto tiene planta elíptica, para que todos los allí reunidos se vieran las caritas, además de una excepcional acústica. Los muros están tapizados en seda de damasco granate y decorados con pinturas que exaltan las virtudes que deberían tener los miembros del cabildo usuarios de la sala. La Virgen Inmaculada. una de las mas bonitas del pintor sevillano, no mira hacia el cielo, sino al sillón que tiene debajo, vigilante ante las decisiones aprobadas por la presidencia del cabildo.
Pasamos por la llamada "sala de ornamentos" como si ya no hubieramos tenido bastantes. En vitrinas se exponen piezas de todo tipo llegadas por diversos medios, sobre todo donaciones. Especial mención la corona de la Virgen de los Reyes y el niño con unas esmeraldas y una perlaaaaaaa......
Esto ya se va acabando, ¡por fin!
Pasamos por la capilla del Mariscal, un retablo sobre la Purificación de la Virgen de Pedro Campaña, pintor flamenco (su nombre era Kempeneer pero ya sabemos lo que pasa en esta tierra...) restaurado hace unos años en el Prado, encargado por un Mariscal del emperador Carlos I regresado de la Española. El hombre quería dejar su impronta y enterrarse en la catedral y el cabildo lo autorizó. A parte de ser de lo mejorcito de este pintor junto con su Descendimiento de la Sacristía Mayor, me resulta curioso que aparecen los miembros masculinos de la familia Caballero a un lado y los femeninos a otro. Cosas de la época.
Y salimos! Llega a durar la visita cinco minutos más y acabo con camisa de fuerza, la cabeza no me da para más.
Patio de los Naranjos. Sol, luz, agua, aromas de azahar. Sevilla ¡que bonita eres y que bien te sienta la primavera! Su color, su sonido, su olor están aquí, es su esencia, en este patio que tiene casi 1000 años. Este recinto era una plaza mas de Sevilla hasta que llegó la Expo 92 y decidieron privatizarlo para dar salida a los visitantes de la catedral.
Las mejores fotos de la Giralda se hacen aquí entre soles y sombras, naranjos, tejas mudéjares y canalillos de agua. ¡Que preciosa luciría la Giralda pintada en su color original rojizo presumiendo de los frescos de sus muros! Si hermosa es ahora, cuanto lo sería entonces. Cinco minutos para visualizar los trece arcos de la galería que rodea los 66 naranjos del patio y salimos por la puerta del Perdón.
En uno de los pórticos hay un cocodrilo-lagarto o bicho verde colgado del techo, un colmillo de elefante, unas bridas y un bastón. Cuentan que son presentes de bodas de un sultán egipcio, pretendiente de Berenguela, hija del rey Alfonso X. No pasó de pretendiente. Menos mal.
Estamos en plena mezquita almohade, salimos por la puerta porticada por donde se entraba a los rezos, aun conserva las puertas de madera forradas en bronce y labradas con frases coránicas. Por fuera la custodian san Pedro y San Pablo, este último tiene tres manos ¿sabes donde está la tercera?
Ya nos vamos. Paseíto por el casco histórico mas grande de Europa con paradiña en el patio de los Naranjos del Salvador, todo petado de gente y de sillas dispuestas para la semana santa que no dejan ver nada. Volvemos cruzando a la judería a todo correr, Miguel nos espera en los Jardines de San Sebastián para llevarnos al hotel a comer. Error técnico, deberíamos habernos quedado en el centro a tapear. Aunque acabara en la UCI al día siguiente. Sevilla hay que exprimirla, hasta el límite.
Dejo plano de la catedral y leyendas y seguiré otro día dando la murga. Hoy las musas me abandonaron.
2.010.- TIERRA SANTA
2.011.- ITALIA : Florencia, Pisa, Padua, Venecia, Asís, Roma
2.012.- TURQUIA
2.013.- RUSIA
2.014.- CROACIA: Zagreb, Liubliana, Opatija, Pula y Rovinj, Plitvice, Zadar y Split, Medjugorje y Mostar, Dubrovnik
2.015.- POLONIA: Varsovia, Czestochowa, Auschwitz, Cracovia, Montes Tatras, Wieliczka
2.016.- RUMANIA: Bucarest, Sibiu, Transilvania, Monasterios pintados, Brasov, Bran y Sinaia
2.017.- CHIPRE Y GRECIA: Lárnaca, Paphos, Troodos, Salamina y Famagusta, Morphou, Kyrenia y Bellapais, Corinto, Atenas
2.018.- REPUBLICAS BALTICAS: Tallín, Parnu y Turaida, Riga, Rundale y la colina de las cruces, Kaunas y Trakai, Vilnius
2.019.- CENTROEUROPA: Viena, Seegrotte y Melk, Brno, Praga-1, Praga-2
2.019.- TIERRA SANTA: albúm fotos
2.020.- ALBUM TEN DIEZ AÑOS: diez años
2.022.- PORTUGAL: Ourem, Sintra, Coimbra y Batalha, El Rocío, Sevilla-1, Sevilla-2
2.023.- EGIPTO: Guiza y Saqqara, Karnak y Luxor, Valle de los reyes, Edfú y Kom-Ombo, Assuán y poblado nubio, Abu Simbel, El Cairo, Albúm fotos
2.024.- SICILIA: Palermo-1, Palermo 2 y Monreale, Erice y Segesta, Agrigento y Casale Siracusa y Noto, Etna y Taormina,Messina y Cefalu
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Muy buen trabajo, eres una máquina
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