De Liubliana nuestra ruta nos conduce a Opatija, cuidad balneario en la
península de Istria. Allí en un lujoso hotel donde en verano familias croatas
e italianas disfrutan de sus playas y en invierno y primavera jubilados
alemanes y austriacos bailan, comen y pasean, dormiremos durante las dos
siguientes noches.
sentada en San Francisco en Pula |
Los antiguos romanos llenaron esta
bella península de templos, teatros y anfiteatros, villas, palacios, fabricas
de salazones...debía de gustarles mucho, más tarde los venecianos lucharon por ella y dejaron sus leones
alados, sus campaniles y su magia por toda Istria. Pero los que inventaron aquí
el turismo fueron los nobles austrohúngaros. El señor Scarpa, de gran fortuna,
buscando un lugar para construir una opulenta villa, fijó sus ojos en un pueblecito marinero con no más de treinta casas y una iglesia, la abadía de
Santiago. Opatija nació como ciudad balneario gracias a
la llamada villa Angiolina en honor a la
señora Scarpa. Esta villa fue dotada de un jardín botánico con especies
exóticas traidas por marineros de lejanas aguas, también con animales exóticos
y sobre todo con una interminable colección
de huéspedes exóticos e influyentes. Miembros de casas reinantes,
artistas, aristócratas etc cambiaron entonces los rigores invernales de sus respectivas residencias por el clima suave de Opatija.
A finales del siglo XIX este rincón del Adriático rivaliza con Niza aunque he de decir que la elegancia de sus casas color pastel, su clima, su vegetación llena de robles, laureles palmeras y castaños, sus hoteles, sus frondosos parques, sus villas y ese largo y maravilloso paseo marítimo llamado Lungomare, la hacen mucho mas señorial y romántica que la población francesa.
A finales del siglo XIX este rincón del Adriático rivaliza con Niza aunque he de decir que la elegancia de sus casas color pastel, su clima, su vegetación llena de robles, laureles palmeras y castaños, sus hoteles, sus frondosos parques, sus villas y ese largo y maravilloso paseo marítimo llamado Lungomare, la hacen mucho mas señorial y romántica que la población francesa.
Desde Opatija nos dirigimos a conocer Pula y Rovinj, es último domingo
de cuaresma antes del de ramos.
Ha dejado de llover, el sol está en la calle y hace incluso calor. Hoy vamos a la iglesia de San Francisco de Pula, allí va a oficiar el padre Isidro, como no le dejan en la de Ceuta por lo menos que se quite la espinita aquí.
Ha dejado de llover, el sol está en la calle y hace incluso calor. Hoy vamos a la iglesia de San Francisco de Pula, allí va a oficiar el padre Isidro, como no le dejan en la de Ceuta por lo menos que se quite la espinita aquí.
Pula es única, aunque creo que podría decir esto de cada una de las ciudades
que hemos visitado en este país. Fue centro administrativo de la península
Istria en tiempos romanos, ahora es una tranquila ciudad costera con un gran
puerto comercial y unos astilleros. Vamos dando un tranquilo paseo para conocer
la ciudad, Goran nos hace de guía local, está en su tierra y le encanta.
Nos lleva a la Plaza del Forum que sigue siendo el punto de reunión de los
habitantes de Pula desde tiempos del antiguo Imperio. Llama la atención el Templo de Augusto, utilizado a lo
largo de la historia para mil cosas, incluso de granero, fue destruido durante
la Segunda Guerra Mundial, hoy es un museo. Muy cerca, el Ayuntamiento. Las
banderas comunitaria, croata y de Istria ondean en este edificio, en la última un símbolo
típico de la región, la cabra.
El padre Emilio y yo estamos sentados en el poyete de una ventana de la oficina de turismo, no paramos de reírnos de alguna "chalaura" de las miles que se nos ocurren durante el día. Parece que aún seguimos en el colegio, no hay manera.
Seguimos caminando, en esta parte de la ciudad nunca vemos el final de la calle, andamos por una calle circular que rodea el perímetro de una colina. Vamos buscando el convento franciscano, hay que subir hasta la calle circular superior por una empinada cuesta empedrada y unas escaleras, ya aparece el pórtico y su campanario.
No es solo una iglesia, es un monasterio muy antiguo, construido sobre un
lugar de culto anterior, entramos, atravesamos la barrera del tiempo,grandes piedras forman unos robustos muros, es muy austero, huele a pasado, a incienso y
a cera. Los bancos son de madera, tienen calefacción.
Mientras los sacerdotes se dirigen a la sacristía y saludan al párroco, unos cuantos nos escapamos al claustro. Tranquilidad, belleza, sosiego, es lo que siempre transmiten estos lugares. Una virgen blanca al lado de un pozo contempla serena el lugar.
Llevamos dos días en Croacia y nuestros padres están por la labor de que seamos mejores cristianos. ¡que difícil tarea! , nos piden reflexión, perdón y sobre todo misericordia. Isidro nos habla hoy de la muerte de Jesús. ¡Que oídos mas tercos tenemos!, solo oímos lo que queremos oír.
Al salir, saludo a San Antonio, en todas las iglesias croatas que hemos entrado esta la figura de este santo. Otra señal de la influencia italiana.
Jacobo quiere hacer una foto de grupo en la escalera de acceso al templo. Sentados, sugiero, una sentada por San Francisco de Ceuta, a ver cuando nos la abren de una vez ya.
Bajamos de San Francisco para continuar descubriendo Pula, continuamos por
la calle Sergijevaca y llegamos a un arco muy curioso, el arco de los Sergios.
Lo mandó construir una señora de la familia Sergia en honor a varios familiares, ciudadanos importantes en Pula por los años 29 a 27 aC.
Más tarde Napoleón lo tomaría de ejemplo para su Arco de Triunfo.claustro del monasterio de San Francisco |
El padre Emilio y yo estamos sentados en el poyete de una ventana de la oficina de turismo, no paramos de reírnos de alguna "chalaura" de las miles que se nos ocurren durante el día. Parece que aún seguimos en el colegio, no hay manera.
Seguimos caminando, en esta parte de la ciudad nunca vemos el final de la calle, andamos por una calle circular que rodea el perímetro de una colina. Vamos buscando el convento franciscano, hay que subir hasta la calle circular superior por una empinada cuesta empedrada y unas escaleras, ya aparece el pórtico y su campanario.
puerta de los Sergios |
Mientras los sacerdotes se dirigen a la sacristía y saludan al párroco, unos cuantos nos escapamos al claustro. Tranquilidad, belleza, sosiego, es lo que siempre transmiten estos lugares. Una virgen blanca al lado de un pozo contempla serena el lugar.
Llevamos dos días en Croacia y nuestros padres están por la labor de que seamos mejores cristianos. ¡que difícil tarea! , nos piden reflexión, perdón y sobre todo misericordia. Isidro nos habla hoy de la muerte de Jesús. ¡Que oídos mas tercos tenemos!, solo oímos lo que queremos oír.
Al salir, saludo a San Antonio, en todas las iglesias croatas que hemos entrado esta la figura de este santo. Otra señal de la influencia italiana.
Jacobo quiere hacer una foto de grupo en la escalera de acceso al templo. Sentados, sugiero, una sentada por San Francisco de Ceuta, a ver cuando nos la abren de una vez ya.
Hora del tiempo muerto, compras, baños, café... Salimos de la zona antigua, cruzamos un par de calles y nos sentamos en una maravillosa terraza al sol muy ambientada hoy domingo. Detrás, un mercado local ofrece vinos, aceites, quesos, flores… nos llegan los aromas a lavanda tan típica de estas tierras. No puedo resistirlo, compro un pequeño frasco de aceite de lavanda y unas bolsitas llenas de la planta para los armarios.
Tras el descanso, seguimos bordeando las murallas romanas, cruzamos hacia
el anfiteatro para visitarlo por dentro. La via que une la ciudad antigua con este enorme monumento situado en las afueras es la via Flavia. Le llaman Arena y está muy bien conservado, fue construido en la misma época que su
mellizo, el de Roma. Dice Goran que es el sexto mas grande y ahora se utiliza
para conciertos y espectáculos en verano. Es impresionante y majestuoso.
En los
pasillos del subterráneo donde antes había gladiadores ahora hay una exposición
dedicada a la tradición vinícola y al cultivo de la aceituna en tiempos
antiguos. Pero lo que mas me gusta es un curioso mapa que no es tal, son las
rutas de los antiguos romanos por el mundo conocido entonces, se llama Tabula
Peutingeriana, es muy curiosa. Se puede encontrar en wikipedia.
paseo marítimo en Rovinj |
puerta Balbi |
Llegamos a la puerta de Balbi, da entrada a la ciudad vieja, está presidida por el león alado veneciano y una
cabeza turca tocada por un turbante. Esto indicaba que los caballeros que
lo portaran no eran bienvenidos. Al otro lado de la puerta la cabeza es de un veneciano.
Los chicos aprovechan y se hacen foto todos juntos.
Rovinj es pequeña, preciosa y marinera. Se alza sobre una colina, arriba del todo un
campanario de 60 metros, parecido al de San Marcos, marca el
lugar donde se encuentra la catedral de Santa Eufemia. Hasta aquí llegan cuestas empedradas y estrechas callejuelas plagadas de edificios
enladrillados y polícromos, me recuerdan las angostas calles venecianas con sus casas medievales deslizándose hacia el mar.calle Grisia |
mirador en Santa Eufemia |
Volvemos colina abajo paseando, con cuidado, las calles empedradas resbalan. Buscamos una de las múltiples terrazas en el puerto para tomarnos el café de la tarde, seguimos paseando por el centro de Rovinj, ¡que ciudad más bonita! Ya nos lo habían avisado.
Istria es un pedazo de tierra que los croatas y los italianos guardan en el mas absoluto secreto.
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Video Pedro, Pula y Rovinj
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