Cuarto día de ruta, pasamos el Ecuador de esta séptima peregrinación que nos tiene con la lengua fuera, no hay un segundo para tomarse ni un café, esto es una maratón. Hoy sera una jornada dura con muchas visitas y carreteras que dibujan tirabuzones por montañas escarpadas. Tenemos mas de 350km por delante antes de llegar a nuestra próxima estación de descanso. Vamos en busca de los monasterios pintados de Bucovina.
Esta región en la zona Norte del pais es fronteriza con Ucrania y la República de Moldavia, tierra natal de nuestra cicerone. Es bastante montañosa y fría, pastos verdes en los valles parchean el paisaje entre bosques de abetos y hayas. En su corazón guarda con recelo el tesoro oculto de la corona rumana, los monasterios pintados concebidos entre los siglos XIV y XVI por la mente de Esteban el Grande, primo santo del demonio Vlad Tepes y cuya tarea fue prolongada en el tiempo por su hijo, Petru Rares para agradecer a Dios las victorias sobre los enemigos otomanos y difundir la religión ortodoxa entre el pueblo, totalmente analfabeto. Cuenta la leyenda que el rey Esteban cuando ganaba una batalla, lanzaba una flecha y allí donde caía mandaba construir un monasterio. Estos monumentos se diseminan por toda la región entre parajes campestres, sosegados, donde el tiempo parece ir a otro ritmo, en un eterno andar con desgana.
Es curioso lo mucho que desconocemos de los destinos a los que nos llevan nuestros pasos en los viajes. A pesar de internet y las redes sociales, Rumanía ha sido toda una maravillosa sorpresa y mas si cabe los monasterios de Bucovina. El país alberga 25.000 iglesias y monasterios de los cuales a penas conoceremos una pequeña muestra aunque según los expertos, en Bucovina se encuentra lo mejor de lo mejor.
Esta mañana hemos salido bien tempranito, ni ganas de desayuno, ni de hablar, ni de ná de ná. La primera parada totalmente logística es en una gasolinera con supermercado. Nos abastecemos de bombones, caramelos, pistachos, almendras, cacahuetes y galletitas saladas. Para los cubatas y los monos de "yo me tomaba algo dulce".
Cárpatos en Bucovina |
Es curioso lo mucho que desconocemos de los destinos a los que nos llevan nuestros pasos en los viajes. A pesar de internet y las redes sociales, Rumanía ha sido toda una maravillosa sorpresa y mas si cabe los monasterios de Bucovina. El país alberga 25.000 iglesias y monasterios de los cuales a penas conoceremos una pequeña muestra aunque según los expertos, en Bucovina se encuentra lo mejor de lo mejor.
Esta mañana hemos salido bien tempranito, ni ganas de desayuno, ni de hablar, ni de ná de ná. La primera parada totalmente logística es en una gasolinera con supermercado. Nos abastecemos de bombones, caramelos, pistachos, almendras, cacahuetes y galletitas saladas. Para los cubatas y los monos de "yo me tomaba algo dulce".
Llegamos al primer monasterio después de una ruta bastante entretenida, atravesando algún que otro puerto de montaña que no desmerece en nada a las mejores etapas de la vuelta ciclista. Estamos a la vera de Moldovita, en medio de un pastoril paisaje, unas murallas altas y gruesas, bastante añejas rodean la iglesia de la Anunciación a modo de fuerte, como en las pelis del Oeste, conforman un recinto cuadrado en cuyas esquinas hay torretas, unas cuadradas y otras redondas.
Nuestro autobús es el único, algún coche aparcado cerca y bajo unos árboles un grupo de obreros charlan en un rato de esparcimiento. El día es luminoso, tranquilo, acompaña al paisaje relajado, campestre, soñoliento.
La puerta de acceso esta entornada, se abre en una de las torres fortificadas. Silvia va a comprar las entradas y nos hace esperar frente a la puerta, desde donde se atisba una parte de la iglesia situada en el centro del fuerte.
Por fin entramos y vemos sin barreras el lugar . Es fascinante, llamativo, colorista, singular, magnífico. Las paredes exteriores de la iglesia están totalmente cubiertas códices medievales pintados al fresco en alegres colores, predomina el fondo azul y los amarillos, son grupos de escenas que van contando historias conocidas por todos. Nunca había visto nada igual. El mimado césped verde se extiende a nuestros pies excepto por los senderos de piedras que rodean la iglesia y permiten el paso al interior. A la izquierda de la entrada, pegado a la muralla defensiva, una edificación mas reciente alberga el convento de las monjas y al fondo a la derecha otro edificio que es un pequeño museo y que ahora están reformando.
Estamos acostumbrados a ver iglesias con pinturas en su interior, pero aquí el arte sale de dentro para plasmarse en las fachadas exteriores inundándolas de historias a todo color, cubriéndolas sin dejar un hueco en blanco.
Silvia nos tiene una sorpresa reservada, es la monja Tatiana, una señora que fue maestra en un pueblo, decidió tomar hábitos y eligió este monasterio que le tiene el alma totalmente seducida para estudiarlo y vivirlo. Nos cuenta con pasión y detalle el arte de las pinturas pero también su fe, su conocimiento de la historia sagrada y sobre todo sus sentimientos que se pueden palpar. Armada de un puntero laser sacado de entre sus hábitos, señala con gran precisión los frescos de la fachada a penas estropeados a pesar de los años, los vándalos o la meteorología. Sólo la zona Norte esta deteriorada, no ha resistido el castigo de los elementos. También ha perdido color la franja superior debido a un incendio en el tejado de madera, el calor del fuego tornó rojizos los dibujos. El resto es asombroso. En la fachada sur el asedio a Constantinopla, el Arbol de Jesé con Jesús en lo alto, a María la llevan con su hijo en procesión los santos... Lienzos, fuertes y contrafuertes de la iglesia cuentan la historia sagrada como la contó durante siglos a otros antes que a nosotros. Es la pintura de inspiración bizantina en su estado mas esplendido, la arquitectura gótica prerrenacentista y los tejados voladizos de madera artesonada. Aunque la espectacularidad y la importancia de estos monasterios va mas allá de la estética y se entiende mejor si tenemos en cuenta la religiosidad del pueblo rumano.
Dentro de la iglesia ocurre igual, pasado el porche de entrada, con magnificas escenas sobre el juicio final y quizás el lugar tal vez mas dañado por el vandalismo grafitero austriaco, accedemos a un interior mas rico aun si cabe. El santoral al completo mes tras mes se dividen entre la primera y la segunda estancia. No hay un fragmento sin decorar ni en muros ni techo ni en bovedas. El ambiente es muy frio, los gruesos muros protegen sus pinturas con celo, dentro la temperatura puede ser como 5 o 6 grados menos. Los suelos están cubiertos por gruesas alfombras. la sensación de recogimiento es total. En la segunda habitación están las tumbas y una pequeña puerta por la que se accede a la cámara superior, secreta antiguamente "el escondedero de los tesoros".
Por fin llegamos a la naos, aquí en la bóveda principal está Cristo Pantocrátor, los Evangelistas, los Santos y unas estupendas escenas sobre la vida de Jesús. También los sillones de madera, pocos, como es costumbre en las iglesias ortodoxas.
Tras esta preciosa y reveladora cita, continuamos camino por calzadas que siguen el trazado del las vías del ferrocarril, las vadeamos en varias ocasiones a nivel sin barrera, a pelo. Nos topamos a menudo con carros tirados por caballos que transportan leña o lecheras a orillas de la carretera. Es la forma de vivir de los paisanos en el campo rumano.
La siguiente parada esta a unos 30 km que se cruzan con una hora de tiempo minutero. Es curioso que en un circulo de menos de 50km se encuentren tal cantidad de monasterios de los cuales al menos 8 son patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Vamos ahora a Sucevita, antes almorzaremos en un bonito restaurante en plena campiña, tengo la impresión de estar en los Alpes suizos. Para llegar, debemos atravesar una preciosa zona de montañas y valles hasta encontrar el rio Sucevita. Los monasterios adoptan en muchas ocasiones el nombre del rio cercano. El restaurante esta justo al lado de la abadía, es un hotel, Ieremia Movila según google maps, la verdad es que no lo recuerdo. Si se que tuvimos un servicio rápido y excelente como en casi todos los restaurantes donde hemos comido o cenado en esta peregrinación.
Unos metros mas allá se encuentran las murallas que protegen el cenobio, frente a ellas, se apiñan tenderetes con artículos para visitantes, desde bonitas mantelerías con bordados nacionales a bolas de cristal con la carita de Drácula.
La entrada en esta ocasión esta franqueada por altos arboles que nos protegen del sol mientras accedemos al recinto. De nuevo las murallas apoyadas en pesadas y altas torres con contrafuertes y caminos defensivos rodean el monasterio. Esta vez la impresión es menor, ya hemos recibido antes el primer impacto en Moldovita, ya sabemos que esperar, esta vez quizás las dimensiones sean mayores, las pinturas estén en mejor estado, la orientación y la luz del mediodía hacen mas impertinente el relumbre de los frescos.
La fachada Norte no está tan deteriorada, la escalera de las virtudes, 30 creo que son las que hay que poseer para acceder al Paraíso, aparece representada con gran lujo de detalles, muchos caen a mitad de camino, son los que portan turbante, a otros les ayudan los ángeles. A Sucevita le llaman la joya verde, es el color predominante en sus frescos aunque la verdad es que no lo noto.
Al salir, damos una vuelta por los tenderetes y vuelta al bus donde abrimos las cajas de bombones comprados por la mañana ¿Quién se resiste teniéndolos tan cerca?
Quedan aun un par de visitas, Voronet, es el tercer monasterio uno de los mas visitados, según los expertos, el mas valioso debido a las sustancias empleadas, los costosísimos lapislázulis con increíbles azules aún no imitados. De este no tengo ni una foto, decidí olvidarme de la cámara y disfrutar simplemente del lugar. El bus nos apea en el parking a unos 300 metros de la fortaleza que hacemos andando entre puestos de bonitas mercancías para visitantes. El monasterio está rodeado de un bosque de pinos. Nada mas entrar, el vigilante del lugar no nos quita ojo, nos sentamos pacíficamente en unos bancos al sol mientras escuchamos a Silvia. Me gusta ver a Valentín atento a las explicaciones de su compañera. La iglesia de este monasterio está dedicada a San Jorge. Lo mandó construir Esteban el Grande al ganar una de sus batallas, 3 meses y 3 semanas fueron suficientes tras una charla entre el monarca y el abad, San Daniel el Ermitaño cuya tumba se encuentra en el interior. La luminosidad de los colores utilizados en los frescos sobre fondos azules que dan nombre al color (azul Voronet) y el diseño, son suficientes para que se haya ganado el sobrenombre de "capilla sixtina de Oriente". Lo que mas me llamó la atención fueron las escenas del juicio final donde nos hicimos una foto robada de grupo con la consiguiente regañeta de uno de los guardeses. También es muy bonito el árbol de Jesé, los personajes se entremezclan con ramas y hojas de enredadera y San Jorge luchando contra el dragón.
Fue en este entorno donde nos cruzamos con un muchacho de Murcia que no era de Murcia, era rumano, de vacaciones en su país y con diez años de residencia en el nuestro.
Fue aquí, en Bucovina donde compre la mayoría de mis recuerdos para el olvido, una mantelería, media docena de preciosísimos huevos decorados, una caja de madera tallada y algo de cerámica negra en una alfarería que visitamos a mitad de camino entre los dos últimos monasterios, típica de la región y verdaderamente singular.
Es imposible decir cual de los tres me ha gustado mas, quizás el primero, Moldovita, por la sorpresa y por la hermana Tatiana, o el segundo, Sucevita, por su pulcritud, robustez o grandiosidad o probablemente el tercero, Voronet por sus maravillosos colores azules y ese inolvidable Juicio Final.
La monumentalidad y espectacularidad de las pinturas exteriores, la fuerza de los frescos del interior junto a las explicaciones de Silvia desgranando cada escena dibujada, y la maravillosa sensación de paz hace que el dia de hoy haya sido inolvidable.
Recogemos velas y ponemos rumbo a Piatra Neam, nos espera el hotel Plaza, en pleno centro donde celebraremos misa en otro salón cercano a un karaoke infantil,(que remedio) hoy el padre Emilio, nuestro gran vicario y amigo, es el encargado de hacernos reflexionar y poner el punto espiritual a nuestra jornada peregrina.
Tras la cena, salida expeditiva en busca de local de copas, esta vez cargados de alpiste para el picoteo. esto es lo mejor de viajar con amiguetes, siempre estas acompañado, siempre estas mejor que bien, siempre tienes ganas de mas.
En el 2009 el Arzobispo de Suceava y Radanti, al noreste de Rumanía, se ocupó de describir de manera breve y concisa, el significado espiritual de las iglesias y monasterios de Bucovina. Decía:
Nuestro autobús es el único, algún coche aparcado cerca y bajo unos árboles un grupo de obreros charlan en un rato de esparcimiento. El día es luminoso, tranquilo, acompaña al paisaje relajado, campestre, soñoliento.
La puerta de acceso esta entornada, se abre en una de las torres fortificadas. Silvia va a comprar las entradas y nos hace esperar frente a la puerta, desde donde se atisba una parte de la iglesia situada en el centro del fuerte.
entrada al monasterio de Moldovita |
Por fin entramos y vemos sin barreras el lugar . Es fascinante, llamativo, colorista, singular, magnífico. Las paredes exteriores de la iglesia están totalmente cubiertas códices medievales pintados al fresco en alegres colores, predomina el fondo azul y los amarillos, son grupos de escenas que van contando historias conocidas por todos. Nunca había visto nada igual. El mimado césped verde se extiende a nuestros pies excepto por los senderos de piedras que rodean la iglesia y permiten el paso al interior. A la izquierda de la entrada, pegado a la muralla defensiva, una edificación mas reciente alberga el convento de las monjas y al fondo a la derecha otro edificio que es un pequeño museo y que ahora están reformando.
Estamos acostumbrados a ver iglesias con pinturas en su interior, pero aquí el arte sale de dentro para plasmarse en las fachadas exteriores inundándolas de historias a todo color, cubriéndolas sin dejar un hueco en blanco.
Sor Tatiana en Moldovita |
Silvia nos tiene una sorpresa reservada, es la monja Tatiana, una señora que fue maestra en un pueblo, decidió tomar hábitos y eligió este monasterio que le tiene el alma totalmente seducida para estudiarlo y vivirlo. Nos cuenta con pasión y detalle el arte de las pinturas pero también su fe, su conocimiento de la historia sagrada y sobre todo sus sentimientos que se pueden palpar. Armada de un puntero laser sacado de entre sus hábitos, señala con gran precisión los frescos de la fachada a penas estropeados a pesar de los años, los vándalos o la meteorología. Sólo la zona Norte esta deteriorada, no ha resistido el castigo de los elementos. También ha perdido color la franja superior debido a un incendio en el tejado de madera, el calor del fuego tornó rojizos los dibujos. El resto es asombroso. En la fachada sur el asedio a Constantinopla, el Arbol de Jesé con Jesús en lo alto, a María la llevan con su hijo en procesión los santos... Lienzos, fuertes y contrafuertes de la iglesia cuentan la historia sagrada como la contó durante siglos a otros antes que a nosotros. Es la pintura de inspiración bizantina en su estado mas esplendido, la arquitectura gótica prerrenacentista y los tejados voladizos de madera artesonada. Aunque la espectacularidad y la importancia de estos monasterios va mas allá de la estética y se entiende mejor si tenemos en cuenta la religiosidad del pueblo rumano.
Monasterio Moldovita |
Por fin llegamos a la naos, aquí en la bóveda principal está Cristo Pantocrátor, los Evangelistas, los Santos y unas estupendas escenas sobre la vida de Jesús. También los sillones de madera, pocos, como es costumbre en las iglesias ortodoxas.
Tras esta preciosa y reveladora cita, continuamos camino por calzadas que siguen el trazado del las vías del ferrocarril, las vadeamos en varias ocasiones a nivel sin barrera, a pelo. Nos topamos a menudo con carros tirados por caballos que transportan leña o lecheras a orillas de la carretera. Es la forma de vivir de los paisanos en el campo rumano.
La siguiente parada esta a unos 30 km que se cruzan con una hora de tiempo minutero. Es curioso que en un circulo de menos de 50km se encuentren tal cantidad de monasterios de los cuales al menos 8 son patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Restaurante en Sucevita |
Unos metros mas allá se encuentran las murallas que protegen el cenobio, frente a ellas, se apiñan tenderetes con artículos para visitantes, desde bonitas mantelerías con bordados nacionales a bolas de cristal con la carita de Drácula.
Arboles a la entrada de Sucevita |
Torres fortificadas en Sucevita |
La fachada Norte no está tan deteriorada, la escalera de las virtudes, 30 creo que son las que hay que poseer para acceder al Paraíso, aparece representada con gran lujo de detalles, muchos caen a mitad de camino, son los que portan turbante, a otros les ayudan los ángeles. A Sucevita le llaman la joya verde, es el color predominante en sus frescos aunque la verdad es que no lo noto.
Escalera de las virtudes. Monasterio Sucevita |
Al salir, damos una vuelta por los tenderetes y vuelta al bus donde abrimos las cajas de bombones comprados por la mañana ¿Quién se resiste teniéndolos tan cerca?
Quedan aun un par de visitas, Voronet, es el tercer monasterio uno de los mas visitados, según los expertos, el mas valioso debido a las sustancias empleadas, los costosísimos lapislázulis con increíbles azules aún no imitados. De este no tengo ni una foto, decidí olvidarme de la cámara y disfrutar simplemente del lugar. El bus nos apea en el parking a unos 300 metros de la fortaleza que hacemos andando entre puestos de bonitas mercancías para visitantes. El monasterio está rodeado de un bosque de pinos. Nada mas entrar, el vigilante del lugar no nos quita ojo, nos sentamos pacíficamente en unos bancos al sol mientras escuchamos a Silvia. Me gusta ver a Valentín atento a las explicaciones de su compañera. La iglesia de este monasterio está dedicada a San Jorge. Lo mandó construir Esteban el Grande al ganar una de sus batallas, 3 meses y 3 semanas fueron suficientes tras una charla entre el monarca y el abad, San Daniel el Ermitaño cuya tumba se encuentra en el interior. La luminosidad de los colores utilizados en los frescos sobre fondos azules que dan nombre al color (azul Voronet) y el diseño, son suficientes para que se haya ganado el sobrenombre de "capilla sixtina de Oriente". Lo que mas me llamó la atención fueron las escenas del juicio final donde nos hicimos una foto robada de grupo con la consiguiente regañeta de uno de los guardeses. También es muy bonito el árbol de Jesé, los personajes se entremezclan con ramas y hojas de enredadera y San Jorge luchando contra el dragón.
Juicio Final. Monasterio Voronet |
Fue aquí, en Bucovina donde compre la mayoría de mis recuerdos para el olvido, una mantelería, media docena de preciosísimos huevos decorados, una caja de madera tallada y algo de cerámica negra en una alfarería que visitamos a mitad de camino entre los dos últimos monasterios, típica de la región y verdaderamente singular.
Cerámica negra en Bucovina |
Es imposible decir cual de los tres me ha gustado mas, quizás el primero, Moldovita, por la sorpresa y por la hermana Tatiana, o el segundo, Sucevita, por su pulcritud, robustez o grandiosidad o probablemente el tercero, Voronet por sus maravillosos colores azules y ese inolvidable Juicio Final.
La monumentalidad y espectacularidad de las pinturas exteriores, la fuerza de los frescos del interior junto a las explicaciones de Silvia desgranando cada escena dibujada, y la maravillosa sensación de paz hace que el dia de hoy haya sido inolvidable.
Recogemos velas y ponemos rumbo a Piatra Neam, nos espera el hotel Plaza, en pleno centro donde celebraremos misa en otro salón cercano a un karaoke infantil,(que remedio) hoy el padre Emilio, nuestro gran vicario y amigo, es el encargado de hacernos reflexionar y poner el punto espiritual a nuestra jornada peregrina.
Tras la cena, salida expeditiva en busca de local de copas, esta vez cargados de alpiste para el picoteo. esto es lo mejor de viajar con amiguetes, siempre estas acompañado, siempre estas mejor que bien, siempre tienes ganas de mas.
En el 2009 el Arzobispo de Suceava y Radanti, al noreste de Rumanía, se ocupó de describir de manera breve y concisa, el significado espiritual de las iglesias y monasterios de Bucovina. Decía:
” La belleza y grandeza de las iglesias de Bucovina se deben tanto a sus pinturas interiores y exteriores como a la arquitectura. Mirándolas, inmediatamente quedamos sumergidos en una atmósfera de recogimiento espiritual; el semblante de los santos nos transmite una vida de santidad – el más alto grado de dignidad del hombre – , estado que acerca al hombre a Dios; observándolas, vemos en ellas la obra y la presencia de Dios.
Estas iglesias , con sus pinturas son testimonio de nuestros creyentes ortodoxos; son el fruto del sacrificio de sus fundadores, precursores nuestros, defensores del país y sacrificados guardianes de las creencias de nuestros antepasados. Ellas muestran el valor y el poder creativo de nuestro pueblo, allí donde hay belleza, la belleza que produce admiración al primer vistazo a través de los ojos, no sólo del alma, sino también del cuerpo.
Tanto los maestros constructores como los pintores, crearon la belleza que refuerza y vitaliza la unión del hombre con Dios. La conservación y cuidado de estos valores constituye una obligación moral de máxima importancia; ellos pertenecen tanto al patrimonio nacional como al universal. A través de ellos pertenecemos no sólo a la familia de los pueblos de Europa, sino también al mundo entero, a ese mundo amante y creador de valores realizados por el hombre a imagen de Dios creador del cosmos, en resumen de la belleza.”
Estas iglesias , con sus pinturas son testimonio de nuestros creyentes ortodoxos; son el fruto del sacrificio de sus fundadores, precursores nuestros, defensores del país y sacrificados guardianes de las creencias de nuestros antepasados. Ellas muestran el valor y el poder creativo de nuestro pueblo, allí donde hay belleza, la belleza que produce admiración al primer vistazo a través de los ojos, no sólo del alma, sino también del cuerpo.
Tanto los maestros constructores como los pintores, crearon la belleza que refuerza y vitaliza la unión del hombre con Dios. La conservación y cuidado de estos valores constituye una obligación moral de máxima importancia; ellos pertenecen tanto al patrimonio nacional como al universal. A través de ellos pertenecemos no sólo a la familia de los pueblos de Europa, sino también al mundo entero, a ese mundo amante y creador de valores realizados por el hombre a imagen de Dios creador del cosmos, en resumen de la belleza.”
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