martes, 29 de mayo de 2018

Bálticos peregrinos agustinos 2018. Vilnius bien vale una misa -RPB6

Si que la vale, tal como dijo Enrique IV antes de convertirse al catolicismo "Paris bien vale una misa", pues Vilna puede que valga dos. O tres. O mas. Me sorprendió gratamente esta ciudad que comparan con Roma por la cantidad de iglesias y la religiosidad que se respira.
Dos meses hace ya que volvimos. Tiempo en que la vida, con las vueltas que nos tiene acostumbrados, nos ha vapuleado a unos y a otros ofreciéndonos felicidad y tristeza a destajo. Bodas, comuniones y funerales, de todo un poco porque la vida es así, no da tregua,  un día te despiertas con un proyecto blanco, llena de ilusión y al otro te hace vestirte el alma de luto. Como dijo algún amigo, las alegrías compartidas con la gente que te quiere son mas grandes y las penas repartidas pesan un poquito menos, aunque sea solo un poquito y estos peregrinos saben compartirlas, unas y otras. Con discrecion, con recogimiento y con arrebato.

Lo último, la cruz de mayo que por primera vez se organizó en el colegio San Agustín y a la que nos ofrecimos a ayudar en recuerdo de aquellos años vividos en el barrio del Realejo, en Granada. Aquellas cruces de mayo que adornaban las calles, plazuelas y patios de vecinos, entre las que nos paseábamos las dominicas, admirando arte y  devoción, bailes y cantes populares. Cerveza y habas, no daban otra cosa en las barras improvisadas de las cruces, cuando aun el botellón no había nacido. Aunque ahora no vamos a hablar de cruces, vamos por aquel último día en las Repúblicas Bálticas. Llega el turno de Vilnius, la capital de Lituania.

Llegamos un viernes por la tarde al centro geográfico de Europa, Vilna para los españoles, una ciudad soleada, llena de gente y dividida en dos por el rio Neris que separa la Vilna de los cristales y rascacielos del casco histórico Patrimonio de la Humanidad. La primera vista de Vilnius es la torre roja, única superviviente del castillo de Vilnius, construido por el gran duque Gediminas y los trolebuses que vemos desde el bus, son autobuses híbridos que van enganchados a la red de cables eléctricos de la ciudad, de vez en cuando se sueltan y el conductor para el vehículo, sube al techo para volver a conectar la guía, originando el consiguiente atasco que no dura mas de un par de minutos.
El hotel Amberton, magníficamente situado, nos ofrece unas acogedoras habitaciones con vistas a la catedral situada en una amplia plaza donde convergen las principales arterias de la ciudad, la calle Pilies y la avenida Gediminos. Soltamos equipaje y salimos a la calle, hay que aprovechar,  nos quedan horas para regresar a casa.  El paseo de reconocimiento sobre el plano de Google maps sirvió para confirmar lo que ya esperábamos: un centro histórico lleno de iglesias, la mayoría barrocas a cual más bonita, unas calles llenas de gente que acogían los primeros rayos de sol de la señorita Primavera para pasear por ese elegante casco urbano.

¡Que bonita y que desconocida es esta ciudad!, por lo menos para mi, no sabia que esperar de ella y desde luego me cautivó.
 La plaza de la catedral está muy animada, desde un escenario móvil situado en un camión descapotable, un grupo musical anima al público que sigue sus actuaciones en la plaza, nosotros vamos a pasear sin rumbo. La avenida Gediminas es la calle de postín, grandes firmas y edificios ocupan sus aceras,  la calle Pilies es la mas antigua, cogemos por esta, subimos la pequeña  cuesta admirando edificios, iglesias y escaparates de pastelerías, comercios de lino, ámbar, puestos y tenderetes con calcetines, bufandas, gorros de lana al cuidado de señoras mayores, abrigadas al modo ruso, solo se veían sus caritas arrugadas asomando por los pañuelos anudados en las barbillas. Llegamos hasta la puerta de la Aurora y bajamos desde la plaza del Ayuntamiento hasta el palacio del presidente donde nos retratamos con el #LT100 de los 100 años de existencia.

 Cenamos en el restaurante del hotel, Sventaragio Sodas, que ofrece menú europeo aunque a Agustín no le gustó el pescado que a otros nos encantó, y la sobremesa también la tuvimos allí. Una camarera rubita y pequeña muy eficiente nos acomoda, saca boli y libreta para anotar comanda. No le hace mucha gracia que saquemos el alpiste, pero claudica, somos mayoría absoluta. Las paredes exteriores del bar son de cristal, permiten disfrutar de las vistas a la plaza de la catedral y a la colina del castillo, o de lo que queda de él, una única torreta que sigue en pie de milagro, que es icono de los lituanos. Es el símbolo de la dinastía Jaellónica que dio a luz tres grandes nombres propios, el primer gran duque lituano, Mindaugas que consiguió unir a las tribus norteñas y se convirtió al catolicismo, por lo que el papa le coronó rey, el ya conocido Vytautas héroe nacional y el que estableció la capital en Vilnius, Gediminos.


 Según cuentan, el castillo de Vilnius fue construido porque el duque Gediminas tuvo un sueño profético tras una jornada de caza agotadora en los bosques Sventaragis. En la cima de la colina donde había cazado un enorme toro, se encontró un lobo de hierro cuyo aullido era tan fuerte como el de un centenar de lobos. El duque le pidió al mago Lizdeika (el Merlin de turno) que le explicase el sueño quien lo interpretó como que debía construir una ciudad en ese lugar, así nació Vilnius y su castillo. Gediminas ademas de abrazar la religión católica, importó las dos grandes ordenes de frailes que dominaban los conventos en el siglo XIV, dominicos y franciscanos, aunque fueron los jesuitas españoles que llegaron en el XVI los que engrandecieron la ciudad.

Tras una nochede sueño reparador, la mañana comenzó con un fresquito paseo por lo que teníamos mas cerca, la vecina catedral de San Estanislao y San Ladislao, clásica, preciosa, armónica, elegante, blanca impoluta y con una curiosa torre campanario externa de 57m de altura cuya base era parte de la antigua muralla defensiva y se le nota. El reloj, mas curioso aún, no tiene minutero aunque da los cuartos. A los pies, una losa con la palabra "stebuklas"= milagro, si te colocas sobre ella y das tres vueltas sobre ti mismo, se concede el deseo, o eso aseguran los lituanos. Indica el punto de partida que una vez unió mediante cadena humana las tres capitales bálticas que reivindicaban su independencia.
En la plaza, una fiera estatua del duque Gediminas y su caballo con un lobo aullando a sus pies.



Desde la época de Mindaugas hubo en este emplazamiento un templo católico pero el actual aspecto de la catedral, a decir de los lituanos una de las mas bellas del mundo, data el s. XVIII cuando la reconstruyó el mismo arquitecto que levantó el ayuntamiento que luego conoceremos. En época soviética estuvo cerrada, algunos objetos y estatuas del interior fueron robados o destruidos. Se utilizó como sala de exposiciones de pinturas y fotografías e incluso como taller de reparaciones de autos.

Las estatuas del tejado del pórtico tienen nombre, San Casimiro, el patrón de la ciudad, por Lituania, santa Elena con la cruz en el centro por Rusia y San Estanislao por Polonia. En la fachada encontramos a los Evangelistas. Entramos para conocer el mayor templo católico del Norte y nos asombra sus lineas puras, limpias, su inmaculada belleza, llegando incluso a la austeridad.


Preciosa catedral y maravillosa la capilla del patrón, San Casimiro, con su bóveda de un barroquismo exquisito, paredes de mármol y granito de colores y esculturas de estuco blanco  para el altar, frescos que relatan la vida del santo y estatuas en hornacinas de madera plateada que representan a duques y reyes lituanos y polacos. Un sarcófago de plata del s.XVIII acoge los restos del santo. Un cuadro vestido en plata nos muestra su imagen.
Continuamos paseo por la calle Pilies, la calle del castillo.


 Dicen que Vilnius tiene uno de los centros históricos mas grandes y elegantes de Europa, no se si será así, si que en esta calle hay bastantes edificios antiguos y se mezclan diferentes estilos arquitectónicos lo que de le da un aire único: patios, arcadas, escaleras, sótanos, pequeñas tiendas, famosas pastelerías, puestos de recuerdos, etc. Pasamos por delante de un edificio importante, la casa Sztral donde se firmó la primera declaración de independencia en 1918. Ahora es el museo nacional de Lituania, dejo enlace:museo nacional de Lituania
Continuamos ascendiendo y encontramos una pequeña iglesia ortodoxa, rosa, muy bonita, hay unas cuantas de estas en la capital, aunque el pasado ruso ortodoxo no trae buenos recuerdos.
iglesia neobizantina de San Paraskeva

casi llegando a la plaza del Ayuntamiento donde Pilies pierde su fácil nombre y se convierte en un galimatías, Didzioji, nos damos de cara con un restaurante español, El Mercado, nos quedamos todos mirando la carta que ofrece tapas y tortilla de patatas como si estuviéramos hipnotizados, no valemos para vivir mas de una semana fuera de la madre patria.
El Ayuntamiento es otro gran edificio neoclásico de lineas sencillas y austeras. Se encuentra dominando una amplia plaza con fuentes que ahora mismo están vacías, no vayan a helarse. Las casas que forman la placeta son elegantes de arquitectura dieciochesca a dos o tres pisos sin grandes pretensiones. Aqui se celebraba el mercado y se hacia la vida hace unos cientos de años, despues el edificio del ayuntamiento se convirtió en un teatro, luego en una sala de exposiciones y ahora es una oficina de turismo.
 La barroca y asalmonada iglesia de San Casimiro a nuestra izquierda, fue construida por los jesuitas en el siglo XVII a semejanza de la Gesu di Roma. Unos pasos mas adelante otra magnifica edificación , un palacio donde hoy se ubica el hotel Astoria.
iglesia de San Casimiro

La iglesia de la santísima Trinidad y ya casi estamos en Santa Teresa. A dos pasos, la puerta de la Aurora lugar emblemático de Vilnius. La única puerta que queda en pie de las diez que tenía la antigua muralla, construida en la zona mas peligrosa y la mas frecuentemente atacada, ahora es un lugar de culto, guarda una virgencita muy milagrosa. Dicen que los milagros empiezan a hacerse realidad en la Puerta del Amanecer, montones de historias lo atestiguan. El cuadro de la Bendita Virgen María, Madre de la Misericordia o la Virgen de la Puerta de la Aurora es una pintura creada en el s.XVII para esta capilla, custodiada por los carmelitas y venerada por católicos y ortodoxos.


Joaquín que a pesar de su juventud sabe mas que el demonio, nos conduce prestos en horario entre misas al santuario de Ostra Brama, situado justo sobre la puerta de la Aurora. Subimos las escaleras y comienzo a sentir esa sensación ya familiar. Suelo de dámero blanco y negro, grandes cristaleras a la calle Pilies, gente arrodillada ante el reclinatorio que rodea el cuadro de roble... En estos lugares donde hay tanta devoción, tanta fe, tanta veneración, percibo la espiritualidad que rezuma de ellos, se desborda como una brisa que te hace estremecer y me viene ella al pensamiento, mi otra mitad que me susurra como un aleteo al oído "mira a la Virgen".

Es una virgen negra, con la cabeza inclinada y las manos cruzadas sobre el pecho. Siento la energía, María aquí está mas cerca, respiras el mismo aire, ves lo mismo que Ella ve, se eriza la piel, las plumas del ala del Custodio te acarician, la sientes cerca, a penas un ligero roce de dedos que no existe. Madre acompáñanos! eso grita mi mente y mi corazón. Miro a la gente reclinada, con los ojos cerrados orando, rezando, suplicando, implorando, pidiendo con los cinco sentidos, con toda su alma... ¡Acompáñanos! ¡llévanos de tu mano, no nos sueltes!. Miro al cuadro y no veo al Niño. No lo porta, por eso es famosa la pintura, es raro, casi única. Si veo un puñado de corazones de plata para una Virgen vestida de oro, refulgente.
Solo nos quedamos un minuto, dejamos paso a otros peregrinos que entran, nosotros bajamos ya. El papa viajero rezó aquí el rosario en el 93, la gente se apiñaba abajo, en la puerta, en la calle, en los alrededores. Dos inscripciones en el arco: "Mater Misericordiae" y en letras mas pequeñas "sub tuum praesidium confugimus" Madre de la Misericordia bajo tu amparo nos acogemos... la oración mas antigua conocida dirigida a la Madre de Dios.


Es sabado y los 30.000 estudiantes de las 14 facultades, 8 institutos y 6 centros de investigación que se apiñan en torno a los 13 patios de la universidad de Vilnius están de finde. Nosotros vamos a conocer una de las universidades mas antiguas y cañeras de Europa fundada por un grupo de jesuitas españoles con el permiso del rey Esteban I de Polonia y el papa Gregorio.
El complejo universitario construido entre los siglos XVI a XIX consta de 16 edificios y 13 patios de distintas dimensiones y estilos: gótico, renacentista, barroco y neoclásico se encuentran por aquí.




Durante mucho tiempo fue la única universidad en Lituania y países cercanos por lo que era lugar de encuentro de diversas personalidades de la cultura y estudiosos de las ciencias. Hoy día es el mayor destino en la Europa del Este de los Erasmus.
Accedemos por la calle de la Universidad al patio de la Biblioteca, nos dan un mapa en español para que no nos perdamos y es que hasta los propios estudiantes se despistan ante tanto patio, pasadizo y callejas. De aquí otro patio, los servicios y el patio Mayor  donde encontramos la iglesia de los Santos Juanes. En las galerías de este patio están representados con frescos antiguos alumnos, catedráticos, rectores y profesores ilustres de la universidad. Entramos a la iglesia, esta sonando el órgano, y ¡que bonito tocan!. no puede haber mejor pareja que esta pedazo de iglesia barroca y esa música de fondo. El campanario de esta iglesia es la mayor altura del casco viejo de Vilnius, hay un ascensor para subir a la plataforma de observación situada a 45m del suelo y poder apreciar los tejados rojos de la urbe.


Se puede pasear libremente por toda la universidad, algunos patios están enlazados y presentan sus galerías cubiertas de frescos, el patio del observatorio astronómico situado junto al Mayor tambien merece la pena conocerlo, se adorna con los signos del zodiaco. Otros patios llevan nombres de mecenas o personajes destacados de la universidad, hay una librería que no conocimos, decorada con frescos que representan las ciencias y las artes.

Enlace a la web de la universidad: patios de la universidad de Vilnius

Acabamos esta visita con prisas, llegábamos tarde al Santuario de la Divina Misericordia, nos esperan para celebrar misa.



Que Lituania es católica ya lo sabíamos, pero el grado de religiosidad sorprende en un país que fue el último de Europa en adoptar estar religión.
La iglesia está de bote en bote, tenemos que buscar sitio para poder acomodarnos, desde luego nada que ver con otras iglesias ya visitadas en las que prácticamente hemos estado solos. Nos acomodamos dispersados entre gentes a las que no sabemos ni como saludar, una simple sonrisa y te dejan un hueco. Señoras mayores, gente joven, da igual, no es cuestión de edad, es de creencias.


 Las floristas andan cambiando los adornos florales, el cura sale y las jalea para que vayan acabando, la misa debía haber comenzado ya y entre que llegamos tarde y las flores aun no ha empezado. El cuadro de la Divina Misericordia que preside el altar es el auténtico, el que se pintó bajo las indicaciones de Sor Faustina Kowalska que residía en Vilnius cuando se encontró con aquella inspiración. Estuvo un tiempo expuesto en la capilla de la Puerta de la Aurora, por eso empezaron a llamar al cuadro de la Virgen, de la Misericordia.

Una celebración que resultó realmente singular y emocionante, primero porque seria la última de esta peregrinación, segundo porque celebraba el padre Emilio, que cumplía 58 estupendas primaveras y sobre todo, por esas oraciones compartidas que suenan muy bien en lituano y español mezcladas, lituañol, es la broma. Joaquín se dirigió a los fieles a petición de nuestros queridos curas para explicarles el porque de esa misa en español y que hacíamos por allí. No entendí ni papa de lo que dijo pero aquellas personas estallaron en un aplauso que hizo subir nuestras estima al infinito. Buenos momentos compartidos que nos llenaron de euforia.
 Va llegando la hora del aperitivo pero aun quedan un par de lugares que visitar. Vamos hacia el conjunto gótico mas importante de Lituania, la iglesia de Santa Ana y su vecino, el monasterio bernardino. A Santa Ana Napoleón quiso llevarla a París " en la palma de mi mano", gracias a que no le cabía y dejó esa espectacular fachada construida con 33 tonos de ladrillos rojos en su sitio. Es una edificación exquisita construida a finales del XIV para Anna, la esposa de Vytautas el Magno que primero fue de madera y ardió en el gran incendio de la capital y luego los franciscanos la levantaron en ladrillo.

 Las estilizadas torres  del gótico flamígero, los arcos y ventanales envueltos en una sutil filigrana de ladrillos arcillosos pintados en rojo, las frágiles cristaleras, los pináculos, todo se asciende hacia el cielo, hacia Dios. Por dentro observamos una sola nave y el gótico desaparece dejando espacio al altar barroco, es oscura, muy oscura. Mucho mas bonita verla por fuera.
No seria lo mismo contemplarla sin el fondo del monasterio bernardino que le hace de marco majestuoso. Cuentan que el monasterio se construyó en este emplazamiento y es así de grande porque venían muchas personas a oír predicar a los monjes bernardos. El rio Vilna anda muy cerca, estamos en la zona mas baja de la urbe. A pocos pasos de aquí te topas con el puente Uzupis que conduce a la república independiente de Uzupis, una república en toda regla con su constitución, su gobierno, su bandera y hasta su ejercito formado por 15 personas. No llegamos a visitar este famoso barrio bohemio de Vilna, con ganas me quedé, es imposible tener tiempo para todo.

La otra visita antes de comer era al museo del ambar, Joaquin nos lleva a una tienda experta en ámbar con buenos precios. Nos cuentan las propiedades curativas de esta piedra, la única de origen vegetal. Nos dan a probar un poco de vodka "macerado" con ámbar, para quitar males dicen que sirve, vale, pues será. Me compro una cruz de plata y ámbar, una pulserita para mi hija y un par de anillos muy monos y me voy a por la cervecita que ya va siendo hora.
Nada mas asomo los bigotes a la calle, veo en el bareto mas cercano a los de siempre sentados al sol disfrutando de una cerveza Vilniaus: Fito, padre Emilio, padre Isidro, Rafa, Eduardo, Faustino y Antonio. Igualito que hace justo un año en Plaka, Atenas.

Me uno al grupo y van llegando poco a poco los que ya se van aburriendo de las tiendas. Estamos sentados en la terraza de un restaurante francés llamado San Germain donde comienza la calle Literatu, una singular zona peatonal, un rincón con encanto, una galeria de arte al aire libre de lo mas original, en cuyas paredes hay cientos de pequeños homenajes dejados por decenas de artistas en honor a los literatos lituanos de todos los tiempos, cada uno acompañado por una placa y un número.

 Vuelto el grupo a reunir, nos vamos a comer comida típica lituana en el resturante Lokys.
Allí ademas de comer estupendamente y de que el padre Emilio nos invitara  por su cumple a las cervecitas, el padre David se puso a tocar la flauta, yo me hice una foto con el camarero hipster pelirrojo porque "en mi familia todos son pelirrojos y con pecas" y nos hartamos de reír.

Después de brindar en honor del mas grande con el chupito de turno,  al padre Esteban le dio por pasear a David en el carro de Manolo Escobar que nos encontramos a la salida, mientras los demás nos doblábamos de risa y el personal nos miraba atónito.

Llegó la hora de ir a por las que si iban a ser ya las ultimas visitas de esta novena peregrinación: la Colina de las Tres Cruces, la iglesia de San Pedro y San Pablo y el cementerio de Antakalnis.
Vilnius esta magníficamente ornamentada con la Colina de las Tres Cruces. Tres enormes cruces blancas de hormigón a las que se llega andando desde el parque Kalnu o Kalnai y que se sitúan sobre una de las cimas de la ciudad. La historia es triste, aquí ejecutaron a siete franciscanos y los enterraron en el s. XIII, colocaron una cruces de madera que ya en el sXX se cambiaron a hormigón hasta que los soviéticos las destruyeron.

En el año 89 cuando los aromas de la independencia empezaban a campar por territorio lituano, las volvieron a levantar, mas grandes aun, mas blancas, mas simbólicas que nunca. Lo mejor de esta colina son las vistas de la ciudad,sus tejados rojos , las torres y las cúpulas de las iglesias. Hace una maravillosa tarde soleada y el parque esta a tope de gente, muchos jóvenes se sientan a los pies de las cruces admirando tranquilamente el magnífico paisaje. Unas cuantas fotos mas tarde, volvemos al bus para visitar San Pedro y San Pablo en el barrio de Antakalnis.

"Regina pacis funda nos in pace" esto reza en la fachada mas bien sosa de una iglesia que por dentro es todo un espectáculo, una joya del barroco en este rincón del mundo. Mas de 2000 figuras blancas en estuco de un diseño exquisito formando cientos de escenas bíblicas magistrales abarrotando paredes, techos y columnas del templo.

No sabes para donde mirar cuando entras, tal es la cantidad de estímulos visuales, desde luego la fachada no advierte ni por asomo lo que te encuentras dentro.  Es como si te envolviera un merengue gigante que va tomando apariencias distintas.

Un lámpara en forma de barco en cristal de bohemia ocupa la nave central, un púlpito rococó, una virgen de Fátima, San Antonio junto a San Agustín, una bonita pila bautismal y un bellísimo crucificado son los únicos elementos no blancos en esta preciosísima iglesia que creo que fue la que más me gustó de todo el Báltico. Es imperdible.

 No estuvo cerrada durante el periodo soviético y durante este tiempo albergó los restos del patrón, San Casimiro.
La última visita del día y de este año es al cementerio de Antakalnis, sobrecoge pasear por este lugar lleno de tumbas. Hay un bonito Cristo de madera escondido en una casita con tejado a la entrada, ya conocimos estas figuras en la colina de las Cruces, paseamos por este bosque donde las tumbas de militares salpican con suave sosiego el suelo tapizado de hojarasca y césped mullido.


 En una zona reposan los soldados polacos del ejército de Napoleón que invadió Rusia y que el Corso no quiso enterrar con los suyos por no ser franceses. Hay otra zona para los soldados fallecidos en la I Guerra Mundial y también para los fallecidos en la  II, además de para los masacrados durante la dominación rusa.

Llega la hora de volver al hotel para descansar un rato antes de salir a cenar, como para mi lo de descansar es para la madrugada, me voy primero con el padre David y con Joaquín a comprar la tarta para el cumpleañero en la pastelería mas famosa de Vilnius, AJ Sokoladas, dejo enlace para que disfruteis de la vista de los chocolates: chocolateria Sokoladas


Nos esperaba en la calle nuestro guía acompañado de su mujer y su peque que nos llevaron al padre David y a servidora a Sokoladas, se quedaron con las tres tartas y el encargo de llevarlas al restaurante donde cenábamos y comprarles unas bonitas bengalas.
 Después, corre que te pillo al hotel para recoger a María José y a Mina, la madre de David para irnos de shopping linus. No había habido manera hasta ahora de encontrar ni una hora para poder hacer una compra medio decente por lo que cogimos las tres y nos fuimos en busca de una tienda a la que le echamos el ojo frente al Lokys a gastarnos los cuartos y vaya si lo hicimos.


Volvimos al hotel con el tiempo justo para subirnos al bus que nos llevaba más allá del río Neris, cruzando el puente verde, a la ciudad de los rascacielos, a un local de celebraciones y eventos, Green Hall, donde tuvimos una estupenda cena y fin de fiesta ¡¡¡¡¡BOOMMM!!!!. Es genial contar con un equipo asi con el que sabes que todos se prestaran al juego y disponer en exclusiva de ese magnífico spiker aunque es muy difícil tumbar al chaval del cumple. Se las sabía todas.



Tras el estupendo fin de fiesta y sólo  tres o cuatro horas de sueño, casi nos dejamos atras a nuestra Juana y volvimos a casa un domingo, con los corazones contentos y los cuerpos muyyyyy cansados.
Magnífica la novena peregrinacion de los agustinos caballas, esperamos la décima con ganas locas.
Muchísimas gracias a todos mis queridisimos amigos peregrinos empezando por los padres agustinos que año tras año nos acompañan y nos guían, nos dan su comprensión y su amistad incondicional y acabando por cada uno de vosotros. Cada minuto pasado en estos viajes ha merecido la pena, cada dia en vuestra compañía es un lujo, somos equipo, somos amigos, somos peregrinos.
fotos de Vilnius:fotos de Vilnius

martes, 8 de mayo de 2018

Bálticos peregrinos agustinos 2018. Héroes en Kaunas y Trakai- RPB5

La cuna de los ala-pivots de Europa está en Kaunas, la segunda ciudad más importante de Lituania donde reside gente muy muy alta. Nos comenta nuestro guía que su mujer que es lituana, le saca una cabeza, puedo dar testimonio de ello. En este país hay dos religiones muy arraigadas, una es la católica, la otra el basket, todos juegan y mueren por él, es el deporte rey, fuera fútbol por una vez.
De Lietuva, los de mi generación sabemos relativamente poco, que era una provincia de URSS que se independizó, que hace mucho frío en invierno, llueve mucho hasta en verano y que tienen un equipo de baloncesto temible, el Zalgiris de Kaunas (Zalgiris= bosque verde) versus Arvydas Sabonis, aquel "grande" 2,21m jugador de baloncesto que triunfaba en las filas del Real Madrid por los años 80, cuando a pesar de ser lituano todo el mundo se refería a él como ruso.
Conclusión: estos señores del Norte son de una pasta distinta, además, su idioma el lituano, que han conseguido conservar a pesar de los rusos, no tiene nada que ver con el estonio o el letón, es una lengua indoeuropea muy antigua, derivada del sánscrito. Una etnia que ha sabido proteger bien sus orígenes y su cultura aunque se haya adaptado al medio.



Llegamos el jueves por la tarde noche a un hotel que particularmente me encantó, El Europa Royale muy bien situado, a menos de 100 metros de la zona comercial, muy cerquita también del estadio Zalgiris Arena y con historia en los muros: a principios de s. XX, el edificio en ladrillo rojo era una imprenta, se reformó en 2.009 conservando fachada y paredes interiores aunque con un estilo muy moderno que le da carácter.


Las habitaciones son amplias, con altos techos, grandes ventanales, acogedoras. La mia daba a un patio interior con mucha luz en el mismo estilo de la fachada. Un enorme cuadro con una señorita vestida de rojo sirve de cabecera a la cama, probablemente reproducciones de obras de arte más o menos conocidas.


Cenamos en el comedor del hotel, elegante y minimalista, luego nos fuimos de paseo por la avenida peatonal Laisvés (de la Libertad) en dirección al centro histórico. Este paseo  de unos dos kilómetros conduce a la parte mas antigua de la city. Saliendo, a dos pasos, nos encontramos con la Komendanto rumai que debe ser algo así como la jefatura de policía, una clínica y la iglesia ortodoxa de San Miguel Arcángel regalo de su Alteza serenísima el zar Alejandro II a los miles de soldados rusos que ocupaban la ciudad lituana entonces. Es donde comienza la rambla de la Libertad, un boulevard arbolado, ancho y peatonal con escaparates de categoría, restaurantes de todos los precios y locales de copas. Los lituanos  y en general, los habitantes de las tierra frías son aficionados a la bebida, bastante. Observamos a un señor mayor totalmente embriagado sentado en la terraza de un bar, la camarera está intentando que se levante pues es hora de recoger para cerrar.


El paseo no está excesivamente alumbrado pero si vemos decoración de Pascua aquí y allá, en  mitad de la rambla un huevo enorme, iluminado y plantado en una fuente seca. Es curioso que en la mayoría de los países católicos europeos, sobre todo los del Este, en este tiempo de Pascua de Resurrección se adornen escaparates, casas, avenidas, como en Navidad solo que los motivos son otros, huevos pintados, conejitos, corderos, ardillas, velas, musgo, centros florales... deberíamos adoptar esta bonita costumbre en España y siempre tener en casa un rincón dedicado al tiempo del Señor.
No han pasado más de 30 minutos cuando llegamos a un parque con una torre antigua, un poco mas adelante se acaba este paseo y comienza la calle Vilnius, de las mas carismáticas de Kaunas, es ya centro histórico que mañana conoceremos. Aquí nos damos la vuelta para regresar al hotel. Nos encontramos al resto del grupo que viene detrás a paso de tortuguita, tampoco están con muchos ánimos de continuar, así que media vuelta y todos a dormir que mañana reanudamos ruta.


Viernes 6 de abril, penúltima jornada de nuestro periplo por tierras bálticas. Parece mentira lo bien que me sientan estos días, ya solo nos quedan dos pero me hice el firme propósito de no dejarme invadir por el desaliento y estoy exultante, llena de energía, no noto cansancio alguno y además, sigo con las pilas puestas, creo que los demás también. Como dice Antonio, "me rio mas en estos días que en todo el año". Tampoco es que estemos todo el tiempo contando chistes pero si comprendo la sensación de bienestar generalizado. Por eso estamos colgados de las peregrinaciones, por eso tratamos de reunirnos en esta semana de Pascua, por eso queremos tanto a esta gente, porque juntos somos vida, pura energía que nos mueve hacia adelante. El grupo te abriga, te consuela, te serena, te entretiene, te divierte. Cuando compartes alegrías con ellos son mas gratas aún, y las penas, las penas se hacen más llevaderas, como si el peso se repartiera.

Esta mañana volvemos con las maletas a cuestas, cambiamos de ciudad y de hotel aunque antes de irnos  a Vilnius, conoceremos el centro histórico de Kaunas y el castillo de Trakai.


Comenzamos recorrido con una visión general de la ciudad. Subimos a uno de los miradores frente al río Niemen, en  Aleksotas, delante llevamos un grupo de alemanes que nos vienen precediendo desde el centro. También se puede subir en funicular. Hace fresquito aunque muchísimo menos que días anteriores, el cielo está despejado y la luz es estupenda para las fotos. Las vistas desde el mirador son tan bonitas como nos habían prometido y como no, foto de grupo a pesar de los alemanes, que Joaquín tira subido al respaldo del un banco de madera.¡este chico es genial!


Desde el mirador se ve Senamiestis, el centro histórico de Kaunas y mas allá, a la izquierda, donde se unen los dos ríos, la torre redonda del castillo. Mas o menos centrado, las torres de las iglesias de San Francisco Javier y de Santa María y a la derecha, arriba, la iglesia de la Resurrección, ya en la zona nueva, Nujamiestis, iremos más tarde.



Vuelta al bus y ahora si que vamos al centro, nos deja en la curva pasado el puente de Vytautas. Cruzamos por una carretera muy transitada sin paso de peatones ni nada, jugándonos el tipo. Este es el puente más grande del Mundo, se tardan 13 días en atravesarlo. La diferencia entre el calendario gregoriano y el juliano son 13 dias. Aleksotas donde está el mirador pertenecía a Prusia  y Kaunas andaba bajo dominio ruso. Los prusianos seguían el gregoriano y los rusos el juliano. O te adelantabas 13 días a la cita o llegabas 13 días tarde, según el sentido del cruce.


Junto a la iglesia católica de Vytautas Magno Asunción de la Virgen María comenzamos a escuchar algo de la historia de la ciudad y sobre este señor, Vytautas. Resulta que es un héroe nacional. Fué un gran duque y gobernante entre los siglos XIV y XV. Casi todos los edificios militares, religiosos o civiles que se construyeron bajo su mandato se bautizaron con su nombre: Puente de Vytautas el Grande, Iglesia de Vytautas Magno, Castillo de, Catedral de, Universidad de... En estos tiempos, polacos y lituanos se repartían el bacalao entre el Báltico y el Mar Negro. Nadie pudo con ellos, ni siquiera los cruzados teutónicos, solo la Rusia zarista y la soviética consiguieron doblegarlos y dolió, aun duele.


 Santa Maria de Vytautas Magno es la única iglesia en estilo gótico con planta de cruz latina de Lituania, data del 1.400, la mandó construir el gran duque Vytautas cuando salió vivo por los pelos de una batalla perdida con los tártaros, tuvo que ver de muy cerquita el fin y prometió a la Virgen una bonita iglesia junto río, la tenemos delante. Los franciscanos fueron sus dueños hasta que los rusos los echaron y en los sucesivos conflictos armados se destruyó el monasterio anexo y la iglesia sufrió bastante, consiguieron reconstruirla el siglo pasado gracias a un grabado histórico.



Junto a una de las puertas un medidor con el nivel que alcanzó el río en una de sus crecidas.



 Frente a ella, la casa de los Truenos que era la residencia de la liga Hansa de los comerciantes. Se llama así porque en el sótano se encontró un altar dedicado al dios Perkunas, el de los truenos, como Zeus pero en báltico. Veremos muchas figuras que probablemente representan dioses de la mitología báltica diseminados por toda la ciudad. Actualmente este edificio gótico de fachada tan elaborada (17 tipos de ladrillos rojos) pertenece al colegio de los jesuitas.


Unos pasos más y descubrimos la plaza del Ayuntamiento, Rotuses Aikste es una amplio espacio que se proyectó y construyó en el siglo XV, varios incendios mas tarde hubo que reconstruirlo junto a otros edificios de la plaza por lo que casi todo es del XVIII. Esa torre externa, escalonada, de 53 metros de altura, adosada al edificio de color blanco marfileño justifican su apodo, el Cisne Blanco. Actualmente es lugar de casamientos y recepciones a visitantes ilustres, antaño albergaba las dependencias municipales, una bodega, la cárcel y un horno de fundición de cera. En el medievo Kaunas era muy importante en el comercio de cera.


  

Detrás nuestra, la iglesia barroca jesuita de San Francisco Javier. Carga con una historia más que ajetreada. Desde que la levantaron hasta nuestros días ha servido hasta de gimnasio. Los jesuitas fueron expulsados, la iglesia cerrada y el colegio aprovechado por otras ideologías, poco después de que los rusos se fueran a su casa, volvió a sus verdaderos propietarios.
En esta plaza también encontramos casas de comerciantes, en una de ellas se puede visitar el museo de la medicina y la farmacia y en otra un pequeño museo dedicado a un poeta local que está enterrado en la catedral, Maironis. En esta misma línea de acera hay unos servicios públicos, cobran 0.30€  y te dan el cambio si no tienes suelto.

Motiejus Valancius -¿alguien sabe quién es?- Joaquín pregunta.- No, ni idea-. Estamos delante de una estatua dedicada a él, en un lateral de Rotuses. Pues resulta que fue un obispo católico muy querido en Lituania.



Un hombre bueno, inteligente y sabio de orígenes humildes. Consiguió mantener viva la cultura lituana y el catolicismo en los años de represión zarista. Fundó escuelas parroquiales clandestinas donde la lengua vehicular era el lituano (los rusos habían prohibido el idioma y hasta utilizar el alfabeto latino) incluso llegó a contrabandear con libros, mandaba imprimir escritos en Prusia y sus sacerdotes los pasaban a Lituania de estrangis para repartirlos. Primero eran escritos religiosos, pero luego empezó a ampliar temas a fin de que no se perdiera la cultura y costumbres del país. Tuvo muchos problemas con los rusos pero no pudieron con él aunque lo tuvieron bajo arresto. Está enterrado en la catedral, allá vamos a verle y a agradecerle su persistencia y valentía. ¡Cuantos héroes anónimos, cuánta esperanza, cuánta perseverancia!. 



La catedral de San Pedro y San Pablo es una magna obra barroca con envoltura gótica del Norte. También fue edificada por orden del Magnus Vytautas. Es un templo que cuenta con una historia de mas de 600 años que nació como parroquia hasta que se instaló en ella la diócesis.

El exterior está fabricado en ladrillo rojo típico de estas latitudes, aunque el interior, nada que ver, te das cuenta del cambio de estilo nada mas echar un vistazo a la nave central, esto es barroco, barroco. Me llama especialmente la atención el altar con las blancas esculturas de los apóstoles, la bóveda estrellada y las pinturas del techo, motivos decorativos muy originales.


Muy bonita y restaurada la capilla donde está enterrado el cardenal Sladkevicius, otro junco resistente contra políticas comunistas rusas, Valancius está en la cripta.
La zona del coro la ocupa el órgano, la pared se adorna con unos diseños coloridos y delicados.



dejo enlace a la web de la catedral: catedral de Kaunas

Volvemos a la plaza del Ayuntamiento caminando por la calle Vilnius, vamos a visitar lo que queda del castillo construido para aguantar los ataques teutónicos, ahora lo que soporta son espectáculos que se representan en época estival. Pasamos por la Iglesia de San Jorge utilizada por los rusos para ensayar saltos de paracaidismo. Y digo yo ¿porque no se tiraban de un puente? Total, la torta es la misma. Junto a ella una casa para peregrinos, Domus Pacis y enfrente, la Archidiócesis de Kaunas y Cáritas.

Lo que queda del castillo son simplemente algunos lienzos de la doble muralla que lo rodeaba y una torre redonda con tejado cónico, muy restaurada. La pendiente del terreno está aprovechada con unas gradas donde se sitúan los espectadores durante las representaciones. En la torre se encuentra la oficina de turismo y una exposición de arte.


En la muralla ondea la bandera que los lituanos quieren que sea la oficial, un caballero a caballo ambos blancos, armado de espada y escudo sobre fondo rojo.



En la antigüedad las damas que tenían el bordado como principal entretenimiento mientras ellos iban a la caza o la guerra, fabricaban estos diseños pero en la época moderna los hábitos cambiaron y hubo que desechar este dibujo y sustituirlo por la bandera tricolor mucho mas sencilla de factura. Hoy dia,con los medios de los que disponemos es factible volver a la bandera del caballero.



Volvemos al bus, esta vez nos lleva a la Iglesia de la Resurrección, en el barrio Zaliakalnis, hay que cruzar la ciudad y la misa es a las 11am. Antes, foto con el señor del pijama rojo y la pipa. Son muchos y muy variados los grafitis de Kaunas.


La iglesia donde hoy nos esperan se sitúa en lo alto de un cerro, una enorme mole de hormigón, blanca, reluciente, con una gran torreta. Sus líneas arquitectónicas son muy simples, líneas y ángulos rectos, aunque guarda un secreto, la luz, la maravillosa luz que invade toda la nave y que hace honor a su nombre, la Resurrección. Hasta las partículas de polvo en suspensión se distinguen viajando en esos haces oblicuos que se cuelan por las ventanas.


En tiempos soviet la convirtieron en una fábrica, como otros edificios cercanos. Se puede llegar a ella en el funicular Zaliakalnis, el más antiguo de Lituania que aún está activo, y subir a su terraza para disfrutar de las vistas. Fue construida en 1.932 en agradecimiento  a Dios por haber recuperado la independencia, aunque les duró poco, entonces Kaunas era la capital provisional del país.
Te ves muy pequeñito en este enorme templo de paredes desnudas sin decoración alguna, sólo unos círculos florales con cintas de alegres colores que penden del techo rompen la monotonía del blanco.


El padre David oficia, ha querido dejar el último día a nuestro "padre mayor" D. Emilio que cumple años mañana, así que intercambian turno y nos da las gracias por estos días compartidos, por la alegría de estar juntos y por hacerlo fácil a pesar de no se qué inconvenientes. No hay ninguno cuando se está a gusto: Tallín, perfecta con ese precioso manto blanco, Riga fresca y maravillosa, la Colina de las Cruces increíble, comidas bálticas raras y ricas, hoteles de cuatro estrellas o más superlimpios...¿quien dijo cansancio? hasta Pilar y Antonio, los más veteranos, van como una moto....¿quizás los transbordos en Frankfurt? pues a comer salchichas. No se, hasta tengo la impresión que viajar con ellos lleva garantía celeste.



Para saber mas de la historia lituana no os perdais este artículo: articulo sobre Lituania

 Me encontré a Antonio Márquez el otro dia por la calle y me pregunta ¿como te puedes acordar de todos los sitios donde vamos? ¡Ya quisiera yo! De lo que recuerdo, de lo que me recordáis, mas las fotos de la cámara, del móvil y sobre todo el señor Google Maps que es magnífico en esto de localizar lugares. Por ejemplo, este dia que saliamos de Kaunas y nos dirigíamos a Vilnius con escala en Trakai. Lo unico que sabia del restaurante era que estaba en el camino y a la orilla de un lago. Le pregunté a google y me enseñó unas fotos parecidisimas a las mías, pues ya lo tengo: Akmeniné Rezidencija


 Es un hotel situado entre tres lagos dentro del parque nacional de Trakay. El restaurante es una bonita cabaña rústica con terrazas, barbacoas y muelles sobre el lago Akmena.  Hace frío en el exterior, empieza a soplar el viento del Norte, a pesar de ello nada mas acabar el almuerzo vamos al embarcadero a echar un vistazo.


El agua gris escarchada, el cielo azul intenso con borreguitos algodonados y el Sol queriendo achicharrar sin conseguirlo. A lo lejos, el bosque en vez de verde reventón se muestra negruzco, aún no se ha enterado que la primavera ya ha llegado. Precioso rincón en esta tierra.
Y de un lago a otro lago, Galvé,  el lugar que mejor se deja retratar en todo el Báltico, el castillo fortaleza de Trakai.

Dejamos la carretera que atraviesa el parque nacional reserva histórica de Trakai, salpicado de más de 200 lagos y entramos en las calles estrechas del pueblo, cuajadas de casitas de madera. Tienen colores llamativos, amarillos, verdes, rojos, azules..., algunas con tres ventanas, estas pertenecen a los caraítas. Nos lo cuenta Joaquín, la tradición dice que son tres ventanas por tres miradas dedicadas a Dios, a la familia y al gran duque Vytautas que los condujo a Trakai tras una de sus campañas por lo que hoy es Ucrania, para que protegieran el castillo. Los caraítas eran una arcaica secta del judaísmo que habitaban en la península de Crimea y Vytautas les dió refugio cuando fueron perseguidos por el islam de los turcos, convirtiéndolos en su guardia personal.


En el s. XIV el gran duque Kestutis tenía una señora esposa, Birute, que quería vivir rodeada de agua. Así se gestó Trakai y más tarde su hijo, nuestro ya familar Vytautas, en una isla entre lagos.
Por este tiempo, el gran ducado de Lituania era de los pocos lugares paganos que quedaban en Europa y claro, sin quererlo un objetivo necesario e imprescindible para los Caballeros Teutones que lo atacaron sin piedad en numerosas ocasiones.

Aqui nació Vytautas que  amplió y reforzó la fortaleza, la defendió con uñas y dientes hasta conseguir la victoria definitiva en la batalla de Zalgiris para la que tuvo que unirse a sus primos jagellónicos, los polacos.
A partir de aquí el castillo dejó de tener importancia defensiva y se convirtió en una estupenda residencia de vacaciones para la familia ducal. En posteriores guerras quedó destrozado y fueron curiosamente los rusos soviet ya en el siglo XX los que decidieron reconstruirlo para ubicar un museo histórico, constituyendo hoy día una de las principales atracciones turísticas del país.


Actualmente esta zona de lagos está repleta de hoteles y resort vacacionales, es frecuente en verano ver el agua a tope de navegantes en veleros y patines a pedales. Nos contó Joaquín una anécdota con su hermano durante un verano, iban en uno de estos patines y al pasar por debajo del puente le dió por estirar brazos y engancharse como un mono a la barandilla, se quedó colgando, el patinete siguió adelante y cayó al agua fresquita. 😖

Desde el pueblo la postal del castillo es de cuadro, por supuesto nos llevamos foto de grupo.
El viento helado del Norte sopla con muy mala lait y apuramos el paso, cruzamos los trescientos metros de puente que separan el pueblo de la isla y llegamos a la fortaleza.
El patio de armas es un espacio amplio y divertido. Distintos instrumentos de castigo medievales se exponen en el centro, ocasión que no dejamos pasar para echar el rato. Una jaula, un cepo...


A la izquierda se encuentran distintas salas de museo donde ver monedas, vestidos, mapas, muebles, armaduras... en fin, historia. Al frente, unas escaleras que nos llevan al palacio ducal y la torre del duque, separada del resto de la edificación por un puente levadizo y un foso.


 La torre tiene varios pisos que conducen a distintas estancias a las que se accede por las escaleras que rodean el patio. La mejor es el salón del trono.


Por todos los rincones hay plasmas donde un holograma de algún personaje te va contando en ingles o en lituano las hazañas de Vytautas y la historia del castle.


En otra de las salas de exposición donde hay muchas armas me encuentro con una pintura que reproduce el castillo como era cuando Vytautas el Grande lo acabo de fortificar, muchisimo mas grande de lo que ahora conocemos que es lo que se ve al fondo de la imagen, de las murallas defensivas solo queda una de las torres que se localiza en el pueblo.


Trakai fue y sigue siendo la capital histórica para el pueblo lituano,  un lugar del que se sienten muy orgullosos. Es una visita muy interesante, divertida  que dejó una imagen inolvidable en nuestras retinas.

 Unos 30km separanTrakai de la capital, Vilnius, católica y barroca, la pasearemos, la disfrutaremos y nos enamoraremos de ella, pero eso formará parte del último capítulo de esta peregrinación.

fotos del dia :fotos de kaunas y trakai