planes, viajes, peregrinaciones y algunas reflexiones que no quiero olvidar.
martes, 27 de mayo de 2014
lunes, 26 de mayo de 2014
sábado, 3 de mayo de 2014
viernes, 2 de mayo de 2014
Croacia peregrinos agustinos 2014. LA HISTORIA DE UN PUENTE Croacia-6
Hoy dejamos
Croacia, pasaremos todo el día en Bosnia, uno de los países de la antigua Yugoslavia
más castigados y menos recuperado de la guerra de los 90.
Parece
mentira que seamos europeos, el continente más antiguo y con una civilización y
educación supuestamente tan exquisita y sin embargo una de las guerras más
crueles y destructivas de los últimos años ha sucedido en el corazón de Europa,
justo donde se encuentra la frontera entre Oriente y Occidente, justo donde la
cultura, la tolerancia, las religiones, las costumbres se fundían en un crisol
maravilloso de convivencias.
Primero
vamos a ver la virgen de Medjugorje, está cayendo agua a cantaros. Hoy nos
hemos puesto las camisetas de los peregrinos pero no hay manera de lucirlas, ¿quien
se arriesga con este aguacero?. Las llevaremos todo el día a ver si hay
ocasión.
Medjugorje
es una pequeña aldea entre montañas que ha crecido gracias al turismo de
peregrinos. Cientos de tiendas de recuerdos proliferan en los aledaños de la
iglesia de Santiago Apóstol, mas tarde compraré algunos rosarios y una medallita
de plata para mis amigas. No es aquí donde celebramos hoy la eucaristía, este
recinto está lleno de peregrinos que vienen a ver y a pedirle gracias a la
bonita Reina de la Paz. Nos dirigimos a una pequeña capilla atendida por
monjitas para escuchar esta mañana al padre Emilio. Mientras están en la
sacristía vistiéndose para la ocasión, se oyen risas y más risas. Luego nos
contará el padre David que era un tema de perímetro abdominal. Emilio nos habla
hoy de la figura de la Virgen María como no puede ser de otro modo. Finaliza la
celebración cantando la Salve. No me la sé, nunca he conseguido pasar de los
primeros versos, no sé porque pero se me resiste.
Continuamos
camino hacia Mostar, sigue lloviendo con ganas y hace frío, solo llueve en esta zona 10 días al año
y hoy nos ha tocado. ¡Tiene guasa la cosa!
La ciudad
histórica de Mostar esta en el valle del rio Neretva, fue una antigua ciudad
fronteriza del imperio otomano que se desarrolló durante los siglos XV y XVI.
Primero y esperando que escampe, nos vamos a comer a un céntrico restaurante. Nos
ponen unos entremeses con pastel de queso y espinacas que están my ricos, pero
lo mejor es la peka, una carne cocinada en un cacharro con forma de campana y
enterrado en cenizas. ¡Está exquisita! Hemos comido como reyes.
Nada más
salir a la calle el frio helado y la lluvia se meten por todos los huecos de mi
chaquetón, echo de menos hasta los guantes. A penas puedo sacar la máquina de
fotos con tanta agua. Empezamos a cruzarnos con mezquitas y cementerios musulmanes
en el mismo centro de la ciudad, conforman el paisaje urbano de Mostar. Los edificios
en avenidas principales muestran aún las señales de la guerra, impactos de
proyectiles, metralla y bombas siguen marcando sus fachadas, se ven los interiores donde la vegetación crece salvaje.
Este pueblo debía ser una preciosidad antes de esta salvajada, ahora solo el
casco viejo esta restaurado.
Se oye a los
imanes, cantan desde sus minaretes de culto mientras en la iglesia franciscana repiquetean
las campanas con más fuerza que en ningún otro sitio del país. La ciudad vieja
esta empedrada. Las piedras del suelo son enormes, redondas y resbalan, además
hacen daño en los pies. Las casitas bajas reconstruidas están utilizadas por
comerciantes de suvenir y productos artesanales.
Entramos en
el patio de una mezquita, en un mirador aledaño se ve el puente viejo. Está
apoyado en dos grandes torres, “los guardianes del puente”, Tara y Helebija. Antiguamente
los “mostari” cobraban por cruzarlo, de ahí dicen viene el nombre de la ciudad.
Me acuerdo de aquella Navidad en que mis padres me regalaron una acuarela con
esta vista del Stari Most. Lo colgué en el salón de casa y desde entonces ahí
está.
Todos nos
retratamos en el mirador ¡que vista más encantadora, al fondo se ve el puente que
está lleno de gente, parece que un chico se dispone a saltar por unos euros. A
esto se tienen que dedicar los jóvenes para sacar algo de dinero. En Bosnia el
paro está peor que en España, anda por el 45% y sin ayudas ni nada. A ver si
por lo menos con el turismo se van arreglando.
El Stari
Most fue mandado construir por Solimán el Magnífico a Mimar Hajrudin, el mejor
arquitecto de la época. Cuando este le presentó el proyecto, muy novedoso en su
diseño, le amenazó con cortarle la cabeza si no se mantenía en pie ya que el
puente consistía en un solo arco de 20 metros de altura, y tenía 4 metros de
ancho por 30 de lado a lado en forma de lomo de asno. Tardó 10 años en acabar
su obra. El día de su inauguración se quitó del medio fuera a ser que aquello
se desplomase. Un emisario de las autoridades le dio la noticia de que el
puente había resistido el paso de gente y cabalgaduras y que era una belleza
arquitectónica.
Durante 427
años resistió inundaciones, movimientos sísmicos, guerras, incluidos los
blindados de Hitler. Hasta el 9 de
noviembre del 93 en que tres disparos de artillería dieron en su clave.
Este puente
siempre ha sido una insignia de la convivencia entre cristianos, ortodoxos y musulmanes
en Mostar hasta que los croatas se lo cargaron a pepinazos el 9 de noviembre de
1993 durante el cerco al que estuvo sometida la ciudad.
Resistió durante
dos días y dos noches más de 60 impactos, hasta que esa mañana, una de las personas que participaba en su mantenimiento
dio la clave de la construcción, su interior hueco. Solo apuntaron bien. Las
piedras cayeron sobre el rio Neretva y el agua se tiñó de rojo.
“Don´t forget
93” dice la leyenda inscrita en una piedra antes de llegar al puente. Nunca más.
Al final de
la guerra, Mostar era una pura ruina, no hubo casa, mezquita ni sinagoga que
sobreviviera. La UNESCO decidió restaurar el casco antiguo y el Stari Most como
símbolo de la reconciliación entre etnias. Se estudiaron las piedras para
buscar similares y se descubrió porque había sangrado el puente, en el mortero
usado en el siglo XV había bauxita y aluminia de color marrón rojizo, lo que tiño
el agua de rojo. Para este trabajo, con el fin de realizar una réplica exacta
del original, se utilizaron más de 1000 piedras extraídas de las canteras del
lugar y se manejaron los instrumentos tradicionales dovelas, lañas y espigas
para tallar las piedras, al igual que hicieron los artesanos en el siglo XV. En
2004 finalizó la obra.
Los soldados
españoles destinados allí levantaron un pontón de madera provisional que sirvió
durante varios años hasta que se restauró el “nuevo puente viejo”. Los mayores
del lugar dicen que el puente ha recuperado su belleza pero que ha perdido su
alma.
Sigue
lloviendo, aunque menos, el frío es el
mismo. Esta ciudad es my bonita pero me resulta triste. Tanto cementerio y tanta
mezquita, pienso que así es difícil olvidar.
Ya vamos en
el bus camino del Sur del Sur, de Dubrovnik. Siguiendo el valle del rio
Neretva, la carretera hasta llegar a la autopista croata va atravesando un
camino lleno de vegetación y de pequeños pueblecitos, a unos 30 km de Mostar
vemos una torre medieval en lo alto de un cerro, Goran avisa: … 3…2…1… ya! Pocitelj, otro pequeño pueblo bosnio en la
ladera de un monte, la llaman la ciudad de piedra, parece como si cada edificio
hubiera surgido de la misma tierra. El bus ralentiza el paso para que podamos
apreciar la belleza de las cúpulas otomanas
azules, la madraza, los baños turcos, la mezquita, el minarete, la torre del
reloj….Es una población que ha conseguido conservar su encanto original de
cuando el imperio otomano en el siglo XV la consideró ciudad estratégica para
su avance territorial en estos parajes.
Tuvimos que
salir de Bosnia para volver a Croacia, coger la carretera de la costa que
ofrece maravillosos paisajes y volver a entrar en Bosnia para atravesar un
puñaillo de kilómetros de litoral bosnio. En una paradiña para descansar de
bus, me metí con Emilio y con Goran en un super y le pedí que escogiera un par
de discos de música croata para el álbum de fotos. Dos discos y cuatro bolsas
de kikis mas tarde volvimos a cruzar otra vez la frontera para entrar en Croacia, ¡qué lío de fronteras! ¡ya va siendo
hora que esto desaparezca! Es entonces cuando llegando a un pueblito llamado Ston aparecen los primeros criaderos de mejillones y ostras. Según los croatas las más sabrosas
del Mundo. Dicen que aquí se dedican a esto desde tiempos romanos. Hay toda una
industria alrededor de eso.
Queda muy
poco para llegar a destino, el Sol se está poniendo a nuestras espaldas, nos
está regalando un ocaso hermosísimo, delante tenemos ya Dubrovnik, sus
murallas, sus tejados y su magia. Eso será mañana, otro día.
video Pedro
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