También a orillas del rio Arno y
junto al mar que se adivina cerca por la luminosidad y la humedad del ambiente,
nos encontramos a Pisa, una de las ciudades más visitadas de Italia seguramente
por su torre inclinada.
Llegamos temprano, el autobús nos
deja en un apeadero a unos diez minutos andando del objetivo. No es difícil
encontrarlo, simplemente hay que seguir el rastro de cientos de turistas que
hacia allí se dirigen. Por el camino, nos tropezamos con una frondosa
floristería donde algunas señoras no dejan pasar la ocasión de comprar un
bonito sombrero o una estupenda esterilla con floripondio incluido. De repente,
se oye el traqueteo de un tren, es un tren negro y rojo, de los de antes, con una
máquina que echa humo negro, como si con carbón se alimentara. Tras sortear
numerosos puestos donde venden todo tipo de recuerdos para turistas llegamos a
unas murallas que rodean el conjunto monumental de Pisa, blanco refulgente, limpio,
esplendido, elegante. Es la Piazza dei Miracoli, se ideó en el siglo XI para dar a conocer en todo el litoral mediterráneo el grado de prosperidad que había alcanzado la República Marinera de Pisa, en la cima de su esplendor por los privilegios obtenidos durante su participación en las Cruzadas, transportar por el mar armamento a Palestina. A partir de entonces se convirtió en una de las principales importadoras de mercancías de Medio Oriente a Europa occidental rivalizando con la República de Venezia.
En esta plaza resplandece la elegancia del mármol blanco, que recubre las paredes de las cuatro construcciones, salpicado aquí y allí por otros tonos que hacen del conjunto una visión de extrema belleza. Volvemos a encontrar la forma toscana de construir baptisterio, campanario y domo separados, esta vez también hay un cementerio.
Enseguida vemos la torre, es la estructura que
está más alejada pero la que primero atrae la vista. El campanile está inclinado de verdad, y
el efecto aumenta conforme te acercas y entonces te preguntas cómo podrá
aguantar la estructura sin caerse. Este es precisamente el éxito de la torre:
su inclinación. Cuentan que Galileo Galilei aprovechó esta imperfección para
experimentar con la caída de los cuerpos. Nuestro guía-profesor, Jesús, nos
entretuvo en el autobús contándonos como se construyó, cuando empezó a
inclinarse por la inestabilidad del terreno donde se asienta, el montón de
veces que intentaron corregir la inclinación o que estuvo parada su
construcción y como ahora está metida dentro de una especie de vaso que la
tiene más o menos estabilizada, al menos por algún tiempo.
Algunos del grupo se animaron a
subir los casi trescientos escalones que conducen a su cima y desde donde se
aprecian bonitas vistas del resto de edificios que forman el conjunto, entre
ellos el Cimitero Monumentale, de acuerdo con la tradición, la tierra que cubre
el cementerio se recogió en el Monte Gólgota y se transportó a la ciudad en los
tiempos de la Cuarta Cruzada, a partir de entonces a los cementerios empezaron
a llamarles Camposanto.interior catedral |
interior baptisterio |
Poco mas tarde de vuelta
al autobús que nos vamos a Padua, pero antes las últimas fotos, las más
simpáticas, aguantando la torre para que la vean los amigos del Facebook.
La verdad es que Pisa asombra, su elegancia, su belleza por eso en 1987, la UNESCO declaró a toda la Piazza dei
Miracoli, Patrimonio Universal de la Humanidad.
Las fotos de Pisa pinchando en: PISA
las