miércoles, 1 de enero de 2014

Un algo de la historia croata

Los croatas mas mayores tienen unos 30 000 años de edad, podemos ir a conocerlos al Museo Croata de Historia Natural, en Zagreb, pero si no nos gusta juntarnos con gente tan antigua, mejor viajamos a unos 400 a.C.  cuando los griegos, grandes comerciantes, trataban a menudo con los ilirios, habitantes de las actuales Croacia, Serbia y Albania. En este periodo de la historia hubo una reina iliria, muy chulita ella, llamada Teuta (nada que ver con Ceuta) que quiso quedarse con algún  que otro territorio griego y los helenos, muy mosqueados, llamaron a sus amigos romanos. La pena fue que entre todos hicieron desaparecer la estirpe iliria. A partir de aquí podemos suponer que los croatas empezaron a hablar en latín, claro. Los romanos fundaron la provincia Ilirica, que mas tarde se convertiría en la provincia Dálmata, además les venia de lujo dominar la costa dálmata y construyeron calzadas para unir los mares Egeo, Negro y el Danubio. 
Cuando murió el emperador Teodosio el Grande el imperio romano se dividió en dos (me remito a las clases de historia de la señorita Piedad) y nuestros futuros croatas buscan un lugar donde vivir tranquilos ya que con tantas gentes guerreando por ahi, no dejaban una fiesta en paz. Empezaron a aparecer asentamientos que darían lugar a poblaciones como la actual Dubrovnik. Los croatas se situaron mas bien en la zona de Dalmacia dejándose liderar por duques a los que llamaban Knez y los serbios montaron sus hogares en  la zona central de los Balcanes.
 En el año 800 (fijaros que rápido van pasando los años) andaba armando jaleo por Europa  Carlomagno y su troupe que ocuparon Dalmacia y bautizaron a todo el que se meneaba, pero cuando murió el emperador, el imperio bizantino volvió a imponerse en el territorio que nos ocupa.
En el año 845 aparece un duque (Knez) que dicen fue el fundador de la primera dinastía croata, Trpimir, pero de esto no pongo mas, porque es como la lista de los reyes godos y eso no hay quien lo digiera.Lo que si es cierto es que uno de estos duques se portó bien con el papa Juan VIII o quizás fuera al revés el caso es que los croatas se hicieron católicos.
Croacia siempre tuvo vecinos muy codiciosos, Hungría y Venecia a la cabeza, que los mantenían como amigos pero digamos que avasallados, y bueno, esto hinchaba las narices de los nobles croatas. 
La ciudad de Zadar, en la costa dálmata, grande y próspera, en torno a 1190 consiguió rechazar con éxito dos expediciones navales venecianas pero poco después, en 1202 un vengativo duce veneciano pagó a los soldados de la Cuarta Cruzada para que atacaran y saquearan Zadar, lo cual hicieron antes de dirigirse al asalto de Constantinopla.
Allá por el siglo XIII, los mongoles invadieron Hungría, Croacia fue aniquilada,los nobles croatas que quedaban fueron peleándose entre ellos y dejaron a los venecianos que se colaron hasta la cocina. 
Los croatas tuvieron que recurrir a los austriacos para que les protegieran, sobre todo de los turcos,de este modo entran los Habsburgo en esta historia y empiezan las guerras con los otomanos hasta que la cosa se estabiliza alla por el siglo XVII
Mas o menos esta situación de húngaros, turcos, venecianos...dura hasta que aparece otra gran figura de la historia, Napoleón, siglo XVIII y de ser venecianos de segunda, pasaron a ser gabachos de segunda,
Napoleón tenia como objetivo los territorios dominados por los Habsburgo  el caso es que conquisto Venecia, la costa Dálmata y cayo hasta Ragusa. Al final dominio francés y  denominación: provincias ilirias. El general se  encontró con un gran analfabetismo y no lo vais a creer, les obligó a ir a la escuela. A pesar de esto y otras mejoras no tragaron nunca al francés.

 A todo esto los croatas tenían  problemas para conversar, los nobles charlando en italiano, los del Norte en alemán o húngaro... no debía haber mucha gente que hablara croata, pero, estamos hablando del siglo de la Ilustración y hay que recuperar identidades. En 1834 se edita el primer periódico ilirio escrito en el dialecto de Zagreb y a partir de aquí el parlamento croata (llamado Sabor) empieza a clamar por la enseñanza de las lenguas eslavas en las escuelas.
Llegamos al imperio austrohungaro, (¿os acordáis de SIssí?) , empiezan los sueños de independencia del pueblo croata, aparecen grupos de distintas creencias religiosas con tendencias políticas independentistas, en el siglo XIX identificamos valacos, morlacos, serbios, ortodoxos o incluso griegos en territorios comunes a todos con sentimientos nacionalistas encontrados
Comienza la Gran Guerra, Croacia parece volver a ser un títere en manos de las grandes potencias. Una delegación croata, llamada el Comité Yugoslavo, convenció a los serbios para fundar una monarquía parlamentaria que gobernara ambas identidades. El Comité Yugoslavo se convirtió en el Consejo Nacional de los Eslovenos, Croatas y Serbios tras la caída del Imperio austrohúngaro. La sede se instauró en Belgrado. Los problemas internos empezaron casi inmediatamente. Igual que bajo los Habsburgo, los croatas gozaban de escasa autonomía. Las reformas monetarias y parlamentarias beneficiaron a los serbios a expensas de los croatas. Altercados e inestabilidad politica campan a sus anchas hasta que en 1920, surgió el Partido Comunista Yugoslavo; Josip Broz Tito se convertiría en su líder en 1937.
Un día después de la proclamación, un croata bosnio, Ante Pavelić, fundó, inspirado por Mussolini, el movimiento de liberación croata, Ustaša, en Zagreb.  Cuando Alemania invadió Yugoslavia el 6 de abril de 1941, los alemanes y los italianos instalaron rápidamente en el poder a los miembros de la Ustaša en el exilio, pues esperaban que así sus propios objetivos territoriales en Dalmacia se vieran cumplidos. A los pocos días, el Estado Independiente de Croacia  liderado por Pavelić, promulgó una serie de decretos destinados a perseguir y eliminar a los “enemigos” del régimen, una referencia velada a los judíos, gitanos y serbios. Entre 1941 y 1945 la mayoría de la población judía fue retenida y enviada a campos de exterminio.
A los serbios no les fue mucho mejor. El programa de la Ustaša estipulaba “el exterminio de un tercio de los serbios, la expulsión de otro tercio y la conversión del tercio restante al catolicismo”, lo cual se llevó a cabo con una brutalidad atroz. Cada pueblo organizaba su propio pogromo contra los serbios y se crearon campos de exterminio, entre los que destaca el de Jasenovac (al sur de Zagreb), donde fueron asesinados judíos, gitanos y croatas antifascistas. 
No todos los croatas apoyaron estas políticas, algunos incluso las denunciaron. Aparecieron los chetniks, formaciones serbias de resistencia armada  como una forma de rebelión antifascista, aunque la lucha antifascista más eficaz fue la dirigida por las unidades partisanas de liberación nacional y por su líder Josip Broz, más conocido como Tito.
La ayuda militar y diplomática de Churchill y de otras potencias aliadas contribuyó a que los partisanos controlaran gran parte de Croacia.  El 20 de octubre de 1944, los partisanos entraron en Belgrado junto al Ejército Rojo. En 1945, con la rendición de Alemania, Pavelić y el Ustaše huyeron y los partisanos entraron en Zagreb.
Los miembros del ejército del NDH que quedaban, en un último intento por evitar caer en manos de los partisanos, trataron de cruzar a Austria. Un pequeño contingente británico esperaba a los 50 000 soldados y les prometieron recluirlos fuera de Yugoslavia. Era una trampa. Obligaron a las tropas a montar en trenes que les llevaron de vuelta a Yugoslavia, donde los partisanos les aguardaban. La consiguiente matanza acabó con la vida de al menos treinta mil hombres (aunque el número exacto no se sabe a ciencia cierta) y dejó una mancha imborrable en la reputación del Gobierno yugoslavo.
Dalmacia y casi toda Istria pasaron a formar parte integrante de la Yugoslavia de la posguerra. Al fundar la República Federal Popular de Yugoslavia, Tito estaba decidido a crear un Estado en el que ningún grupo étnico dominara el panorama político. Croacia, junto con Macedonia, Serbia, Montenegro, Bosnia Herzegovina y Eslovenia, se convirtió en una de las seis repúblicas que constituían esta compacta federación. Sin embargo, Tito logró este delicado equilibrio creando un Estado de partido único y eliminando rigurosamente toda oposición.
Durante la década de 1960, la concentración de poder de Belgrado se convirtió en un asunto que causaba cada vez más irritación, ya que resultó evidente que el dinero recaudado en Eslovenia y Croacia, las repúblicas más prósperas, se distribuía entre las más pobres, la provincia autónoma de Kosovo y la república de Bosnia Herzegovina. La situación era aún más flagrante en Croacia, que veía cómo la riqueza que le reportaba su boyante industria turística de la costa adriática se desviaba hacia Belgrado. Además, los serbios de Croacia tenían mayor representación en el Gobierno, en el ejército y el cuerpo de policía.
En Croacia el malestar alcanzó su punto álgido en la denominada Primavera Croata de 1971. Dirigidos por reformistas del Partido Comunista de Croacia, los intelectuales y estudiantes exigieron que se aflojaran los lazos de Croacia con Yugoslavia. Además de exigir una mayor autonomía económica y una reforma constitucional, también esgrimieron sentimientos nacionalistas. Era el marco perfecto para el posterior ascenso del nacionalismo y la guerra de la década de 1990.
Tito dejó una Yugoslavia inestable al morir en mayo de 1980. Con la economía en un estado lamentable, una presidencia que se alternaba entre las seis repúblicas no podía compensar la pérdida del equilibrado Tito al mando. La autoridad del Gobierno central se hundió con la economía y volvió a aflorar la desconfianza entre las etnias de Yugoslavia, tanto tiempo reprimida.
En 1989 la represión de la mayoría albanesa en la provincia serbia de Kosovo provocó nuevos temores hacia una hegemonía serbia y precipitó el fin de la Federación Yugoslava. Muchos croatas pensaron que había llegado el momento de que ellos también lograran la plena autonomía. El 22 de diciembre de 1990, una nueva Constitución croata cambió el estatus de los serbios en Croacia: pasaron de ser una “nación constituyente” a una minoría nacional. La Constitución no garantizaba los derechos de las minorías y provocó despidos en masa de funcionarios serbios. Por tanto, la comunidad serbia en Croacia, formada por unos 600 000 individuos, empezó a exigir su autonomía. En el referéndum que se celebró en mayo de 1991 (boicoteado por los serbios) se obtuvo un 93% de votos a favor de la independencia croata, pero cuando Croacia se declaró Estado el 25 de junio del mismo año, el enclave serbio de Krajina proclamó su independencia de Croacia.
Estallaron violentos enfrentamientos en Krajina, Baranja y Eslavonia. Se inicia lo que los croatas denominan la Guerra de la Patria. El Ejército Popular Yugoslavo, dominado por los serbios, empezó a intervenir para apoyar a los irregulares serbios bajo el pretexto de detener la violencia étnica. 
A partir de aquí todos recordareis con enorme tristeza la terrible guerra que se desató en el mismísimo centro del continente mas civilizado de todos, Europa, una vergüenza para todos, nosotros incluidos. El ataque con cazas yugoslavos al palacio presidencial en Zagreb, el sangriento ataque de  Vukovar , la limpieza étnica que  dejó por ejemplo sólo a unos novecientos croatas en Krajina, de los 44 000 originales, la destrucción del puente de Mostar por los croatas de Bosnia, el asedio serbio a Sarajevo, el bombardeo de Zagreb. Todas estas imágenes las hemos visto en directo, cada dia en el telediario.El terror que acompaña a toda guerra.
En los Acuerdos de Paz de Dayton firmados en París en diciembre de 1995 se reconocían las fronteras tradicionales de Croacia. La transición se produjo de un modo relativamente tranquilo, pero las dos poblaciones aún se contemplan con suspicacia y hostilidad. 
Tras el fin de las hostilidades, Croacia recuperó cierto nivel de estabilidad. Una de las disposiciones claves del acuerdo era la garantía del Gobierno croata de facilitar la vuelta de los refugiados serbios, un compromiso que dista mucho de alcanzarse. A dia de hoy menos de la mitad de la población ha regresado a su hogar.
Los resultados electorales del 2000 demostraron que Croacia estaba realizando un claro giro hacia Occidente para integrarse en la Europa moderna. El país empezó a acoger nuevamente a turistas foráneos y la economía se abrió a la competencia extranjera. 
La pacífica transición de poder fue interpretada por Europa como una prueba de madurez de la democracia croata. La entrega del general Ante Gotovina al Tribunal de La Haya en el 2005 fue la principal condición para empezar las negociaciones para ingresar en la UE. Cuando el fugitivo fue arrestado en España, parecía que Croacia ya estaba encaminada para ser miembro de la UE. 
En la primavera del 2008, Croacia fue invitada oficialmente a unirse a la OTAN en la cumbre de Bucarest; exactamente un año después, entró a formar parte de la alianza.
 Desde el 1 de julio de 2013 es miembro pleno de la UE.

fuente:http://www.lonelyplanet.es

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