Este año 2.011 mi felicitación navideña es una pequeña historia. Aquí va:
Durante nuestra visita a Italia en primavera, paramos a ver la basílica de Assis. Allí, donde lo que se respira es puro aire campestre y serenidad, descubrimos al verdadero artífice de una de las costumbres más bonitas y entrañables de nuestra religión: montar el belén.
El hecho lo narra San Buenaventura amigo y compañero del Santo: "Tres años antes de su muerte, él (Francisco) quiso celebrar en Greccio el recuerdo del nacimiento del Niño Jesús, y deseó hacerlo con toda posible solemnidad, a fin de aumentar mayormente la devoción de los fieles. Para que la cosa no fuese adjudicada a manía de novedad, primero pidió y obtuvo el permiso del Sumo Pontífice" (S, Buenaventura, Legenda Maior, c. X, n. 7).
Francisco, ayudado por un soldado llamado Juan de Grecio, comenzó los preparativos 15 días antes del 25 de diciembre. Eligió un lugar abierto donde pusieron un paño blanco, igual que sobre un altar y llevaron una gran cantidad de heno. Luego trasladaron un asno, un buey y gran cantidad de otros animales. Nueve días antes del 25 de diciembre convocó a todo el pueblo para celebrar una misa en presencia de la representación del nacimiento.
"Se celebra el rito solemne de la Misa sobre el Pesebre, y el sacerdote gusta un consuelo insólito. Francisco, se revistió de ornamentos diaconales, porque era diácono, y canta con voz sonora el santo Evangelio; aquella voz robusta, dulce, límpida, sonora, arrebata a todos en deseos de cielo. Después predica al pueblo y dice cosas dulcísimas sobre la natividad del rey pobre y sobre la pequeña ciudad de Belén"
El papa Honorio III concedió indulgencia a todos los que asistieron a la ceremonia y el heno que se ocupó para el pesebre sirvió para sanar a las personas a y a los animales.
La idea de la representación de la Natividad empezó a extenderse primero por los conventos de la orden franciscana, luego a las iglesias y demás conventos ya con estatuas o figuras y por fin a las casas particulares.
En España esta costumbre contó con un gran fan, el rey Carlos III que con sus importadas manías napolitanas, tuvo a bien montar belenes grandes y lujosos ayudando de este modo a construir la tradición.
Mi deseo para este año es que “montéis el belén” ayudados de vuestros familiares, amigos o compañeros.
sed felices, un beso
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