En época pretérita, Ceuta llegó a disponer de hasta cuatro pequeños almacenes de distribución farmacéutica. El régimen de desgravación fiscal de nuestra ciudad hizo fértil la proliferación de este modelo de negocio. Con el transcurrir del tiempo, la globalización nacional de la distribución y, sobre todo, las nuevas exigencias de la ley del medicamento, fueron causa suficiente para que uno tras otro fueran echando el cerrojo, la situación se volvía insostenible.
Corrían los primeros años de la década de los 90, las oficinas
de farmacia de Ceuta necesitaban informatizarse, de la mano de Dña. María
Dolores de Guindos y D. Jose M.ª Partida, el Centro Cooperativo Farmacéutico que
facilitaba este servicio, tuvo un primer contacto con las boticas ceutíes. La
puerta estaba abierta, a la informatización con Unicop le sucedieron los
comerciales de la cooperativa, pronto, todas las farmacias se hicieron socios.
Las ventajas eran claras, solo un inconveniente: el envío de medicamentos desde
los almacenes de Puerto Real y Sevilla no era lo más idóneo, cualquier temporal
de Levante o revisión de aduanas (el famoso punto rojo del ministerio de
Hacienda) daba al traste con las rotaciones establecidas, las farmacias
quedaban desabastecidas y los pacientes sin su medicación. Ceuta necesitaba un almacén de medicamentos
en plaza urgentemente.
Muchos apoyaban este propósito que encontró alguna
dificultad como la falta de locales adecuados, entre ellos D. Aurelio Puya y D.
Antonio Ruiz, vocal y presidente del COF Ceuta respectivamente, además de D.
Carlos Sanchez Luque, presidente de CECOFAR y D. Cayetano Suárez, director comercial
de la cooperativa. El Consistorio de la Ciudad Autónoma con su alcalde presidente,
D. Juan Vivas, a la cabeza fueron en todo momento defensores a ultranza del
proyecto. Citando sus palabras: “la garantía del abastecimiento del
medicamento es algo fundamental para la salud de la población”.
Por fin se encontró una nave en Muelle Cañonero Dato que,
aunque necesitaba bastante arreglo, la localización y las dimensiones eran
adecuadas. Comenzaba una nueva era. Mientras se gestionaban permisos, finalizaban
las obras y se acondicionaba el local, empezó la selección de personal y la formación
de este en otros centros de la Península, concretamente en Ciudad Real y Huelva
además de Sevilla que sería en adelante el centro nodriza de Ceuta.
Unos dos años después de colgar el letrero “en obras” y tras cuatro meses de formación, comenzamos a recibir los primeros medicamentos de los laboratorios, ya se veía color en las estanterías, era finales de mayo del 2.002. Llegaron también las primeras inspecciones a la nave: el Puerto, bomberos, prevención de riesgos… y por último el inspector de Sanidad que dio el pistoletazo de salida. Todo en orden, estábamos autorizados, podíamos salir a la calle para abastecer las farmacias. El 23 de julio de 2.002 echaba a andar en el despacho de la tarde el almacén de medicamentos en Ceuta.
En octubre del mismo año, D. Juan Vivas inauguraba las
instalaciones de Muelle Cañonero Dato junto a las autoridades locales y el consejo
rector de la cooperativa. El acto fue seguido por una cena en el casino de
Ceuta al que asistieron también, los farmacéuticos de la ciudad y los empleados
del almacén.
Casi sin darnos cuenta nos han pasado 20 años por encima, que se dice pronto. Muchos sarampiones hemos sufrido junto a nuestras 24 farmacias que entonces eran 21: la certificación de calidad, la robotización de Sevilla, bajadas de precios, el cambio del programa informático a SAP, las transmisiones por internet, la receta electrónica, nuevas normas de Buenas Prácticas de Distribución y para rematar la faena, los últimos años con pandemia…da para llenar un libro con mil y una anécdotas acontecidas.
Debo agradecer a todos y cada uno de los socios de Ceuta su fidelidad y sobre todo lealtad en todo este tiempo. Su apoyo incondicional a una cooperativa que es suya, que hoy se llama de otra forma, BIDAFARMA, más grande, más robusta, más moderna, con unos colores distintos, aunque pinte igual en el corazón, tratando siempre de contribuir al progreso de la farmacia mediante un servicio excelente e integral, rozando el larguero siempre en ese “error cero” tan deseado e ideado por nuestro amigo Patricio Cisneros, en beneficio de la salud y de la sociedad.
Y, como no, desde estas líneas enviar un recuerdo muy
especial a todos los compañeros y directivos de la cooperativa que han pasado a lo largo de
estos 20 años, que en realidad son 30, por esta Ceuta nuestra, a veces tan complicada pero tan querida, aportando
su trabajo impecable y bien hacer. Los que estuvieron en la foto analógica y
los que están ahora en la digital. Un abrazo a todos.
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