Una tarde de invierno, sentada en la cocina de la casa familiar de Real 90, estaba estudiando, ojeando casi sin ganas, un volumen de la enciclopedia de historia del arte, cuando me di de bruces con la máscara de oro más perfecta y fascinante de todos los tiempos. Aquel rey niño me miraba con unos ojos profundos como el océano, enmarcados por unas bien pintadas líneas azules de lapislázuli. Aprendí su nombre, Tutankamón, apenas susurrándolo, entonces comenzó la búsqueda. Andábamos jugando con dólmenes en la vieja Europa mientras a orillas del Nilo se desarrollaba una sociedad de las mas sobrecogedoras y espectaculares de todos los tiempos. Hoy, mas de 40 años después, acabamos de regresar de aquel país. Ha sido un viaje apasionante, maravilloso, caluroso y poco ensayado. Vimos, relativamente, escasa afluencia de viajeros y esto es un lujo que no durará mucho. Parece como si de repente, los egipcios no creyeran que tienen otra vez a los dioses de su lado, que tras años de vacas flacas, el granero vuelve a llenarse y el turismo llega en tropel a ocupar las embarcaciones que esperan con desidia atracadas en las orillas del Nilo. Improvisan traslados, vuelos, excursiones ... y con un- "paciencia, disfrute el momento"-, un apretón de manos y un té con menta, todo vuelve a quedar zanjado.
Templo de Debod. Madrid. Abriendo boca... |
Es un país caótico y empobrecido, el terrorismo ha infligido un daño terrible a la sociedad y economía egipcias, una nación con enormes deficiencias democráticas gobernado por un estado policial permanente, en mi opinión. Desde la primavera árabe donde el pueblo pedía "pan libertad y justicia", han pasado 7 años tras los cuales aún hay disidentes encarcelados y "lo que te rondaré morena". A pesar de todo ello, su patrimonio, de incalculable valor, es la principal fuente de ingresos, son 5.000 años de historia y 2.000 de turismo. Marco Antonio visitó las pirámides y Napoleón las puso de moda, desde entonces, Giza no conoce temporada baja.
Como es habitual para los caballas, nuestro viaje comenzó el domingo, un día antes de volar. Barco a las 6 am y tren Algeciras Madrid a las 8.30h, mas noche extra de hotel, tanto a la ida como a la vuelta.
catedral de la Almudena. Madrid |
El Victoria 4 fue el primero, muy bien situado, cortesía de viajes Ilu con quien habíamos contratado el paquete vacacional y que, debido a cambios de última hora en la salida del charter, tuvieron la deferencia de no cobrarnos.
Lo de los vuelos charters es de traca, primero que si sale a las 8 de la tarde y luego, cuando faltan 5 días, nos dicen que adelantan a las 2, claro, como Madrid lo tenemos a tiro de piedra...
Una cola de 400 pasajeros con sombrero de Indiana Jones, botas montañeras y grandes expectativas por conocer el país norteafricano, nos encontramos en Barajas, al menos no llegaríamos de madrugada. Yo iba un poco mosca, pues en la fila de facturación empecé a charlar con uno y con otro y había gente de Catai, Politours,Tui... en fin, mil y un turoperadores con distintos planes para tanto turista.
Nada más aterrizar nos esperaban en el aeropuerto agentes de las distintas agencias con dieciocho mil listas. Tenían preparados los visados para pegarlos en el pasaporte y pasar el control policial, un sellito y a por el equipaje. Aquí fue donde descubrimos a Bea y Gonzalo, una pareja de Vigo que no aparecían en ninguna lista, menos mal que llevaban sus billetes electrónicos y sus bonos imprimidos, tuvieron que gestionar y pagar allí la visa. Tres listas más tarde, los López Reina pax 8 acabamos en manos de un señor de nombre Walid. Este sería en lo sucesivo nuestra cabeza de guia en este país. Moreno, de unos 40 años, andar ligero y barriguita prominente. -¡Yallah yallah familia yallah yallah!- su grito de guerra que junto a su bastón con la llave de la vida, ANKH, nos llamaran al orden en las próximas jornadas.
Subimos al bus y nos helamos con la gran noticia: no embarcábamos en el Moondance, nos cambiaban de barco, navegaríamos en el Royal Princess, "para nuestro beneficio". Aquello sentó fatal entre el grupo de españoles que ya viajábamos camino de la Corniche de Luxor. Protestas y promesas de motín a bordo entre un grupo bastante cansado deseando cenar algo y descansar. Llegamos a la nave tras dejar a otros viajeros en el Princess Sarah. Los maleteros esperaban en el embarcadero para hacerse cargo de bajar nuestras maletas por unas escaleras asesinas mientras nos dirigimos raudos al comedor.
El buffet bien surtido con distintas viandas: ensaladas, verduras, carnes pescados y postres, esperaba nuestros baqueteados cuerpos maltrechos de tanto viaje. Probamos la cerveza, claro, Stela, grande y fresquita. Tras la cena de faraones, reparto de habitaciones y reunión con el guía en el salon bar de la cuarta planta. Me dirigí al camarote a asearme un poco antes de la reunión y cuál es mi sorpresa cuando las luces no encienden. Menos mal que un avispado camarero que pasaba por allí accionó un botoncito mágico y se hizo la luz. Habitación bastante amplia, dos camas cómodas, muebles elegantes, lámparas de pantalla y papel en las paredes un poco ajado en algunas zonas, un amplio balcón oculto tras unas cortinas rococó mas baño limpio con ducha de chorritos. Aire acondicionado a tope, tan a tope que esa noche lo quité y a pesar de ello, tuve que echarme la manta. No es coña, lo juro. Por poner una pega diré que se escuchaban los motores del barco, preguntando, que se llega a Roma, me enteré que en este tipo de embarcaciones tan pequeñas es habitual.
En la reunión todo quedó claro, los alemanes de Tui habían metido mas alemanes en el barco asignado a los españoles, ¿porque? nunca lo sabremos, tampoco es cuestión de amargarse las vacaciones desde el minuto uno porque nos haya tocado la opción B, más aún si no conocemos la A aunque seguro que era mejor...Lo que saqué en claro de esta reunión fueron tres cosas: que el guía del grupo era resolutivo, tranquilo y torero, que madrugaríamos muy mucho, bastante a lo largo de los siete días restantes y que íbamos a disfrutar de cierta incertidumbre en este viaje.
Nos fuimos a dormir desilusionados por el cambio de barco y porque a pesar de la amabilidad del guía y del estupendo personal de servicio del barco, no se habían cumplido las expectativas anunciadas por el mayorista.
Era noche cerrada cuando sonó el teléfono, miré el móvil que pregonaba las 6 de la mañana. De noche cerrada nada, descorrí las cortinas y un sol brillante me invitaba a salir al aire libre.
Bajamos a desayunar y casi sin apenas tiempo, estábamos embarcando en una lancha a motor desde la que se distinguían globos aerostáticos sobre la orilla Oeste, la Ribera del Ocaso, donde descansan las almas de los difuntos, allí nos dirigíamos. Unos 5 minutos de trayecto que en bus hubieran sido 45. No está mal.
Montes áridos y desérticos tuneados por las humildes viviendas de los trabajadores que antaño a fuerza de martillo y sudor horadaban la roca arrancandoles tumbas y templos colosales. La necrópolis de la antigua Tebas, capital del Imperio Nuevo, patrimonio mundial desde el año 79, puede que sea el mayor yacimiento arqueológico del mundo. El West Bank la llaman. Los turistas pertrechados en buses con aire acondicionado somos el anacronismo en estos parajes donde los habitantes ataviados con sus elegantes y cómodas chilabas aun viajan en burro y carreta, el ganado pasta en fértiles pastos junto a palmeras cuajadas de dátiles, el pan, según cuentan se inventó aquí, lo hornean como antaño y el desierto espera, paciente, unos pasos mas allá.
Nada más aterrizar nos esperaban en el aeropuerto agentes de las distintas agencias con dieciocho mil listas. Tenían preparados los visados para pegarlos en el pasaporte y pasar el control policial, un sellito y a por el equipaje. Aquí fue donde descubrimos a Bea y Gonzalo, una pareja de Vigo que no aparecían en ninguna lista, menos mal que llevaban sus billetes electrónicos y sus bonos imprimidos, tuvieron que gestionar y pagar allí la visa. Tres listas más tarde, los López Reina pax 8 acabamos en manos de un señor de nombre Walid. Este sería en lo sucesivo nuestra cabeza de guia en este país. Moreno, de unos 40 años, andar ligero y barriguita prominente. -¡Yallah yallah familia yallah yallah!- su grito de guerra que junto a su bastón con la llave de la vida, ANKH, nos llamaran al orden en las próximas jornadas.
Subimos al bus y nos helamos con la gran noticia: no embarcábamos en el Moondance, nos cambiaban de barco, navegaríamos en el Royal Princess, "para nuestro beneficio". Aquello sentó fatal entre el grupo de españoles que ya viajábamos camino de la Corniche de Luxor. Protestas y promesas de motín a bordo entre un grupo bastante cansado deseando cenar algo y descansar. Llegamos a la nave tras dejar a otros viajeros en el Princess Sarah. Los maleteros esperaban en el embarcadero para hacerse cargo de bajar nuestras maletas por unas escaleras asesinas mientras nos dirigimos raudos al comedor.
El buffet bien surtido con distintas viandas: ensaladas, verduras, carnes pescados y postres, esperaba nuestros baqueteados cuerpos maltrechos de tanto viaje. Probamos la cerveza, claro, Stela, grande y fresquita. Tras la cena de faraones, reparto de habitaciones y reunión con el guía en el salon bar de la cuarta planta. Me dirigí al camarote a asearme un poco antes de la reunión y cuál es mi sorpresa cuando las luces no encienden. Menos mal que un avispado camarero que pasaba por allí accionó un botoncito mágico y se hizo la luz. Habitación bastante amplia, dos camas cómodas, muebles elegantes, lámparas de pantalla y papel en las paredes un poco ajado en algunas zonas, un amplio balcón oculto tras unas cortinas rococó mas baño limpio con ducha de chorritos. Aire acondicionado a tope, tan a tope que esa noche lo quité y a pesar de ello, tuve que echarme la manta. No es coña, lo juro. Por poner una pega diré que se escuchaban los motores del barco, preguntando, que se llega a Roma, me enteré que en este tipo de embarcaciones tan pequeñas es habitual.
En la reunión todo quedó claro, los alemanes de Tui habían metido mas alemanes en el barco asignado a los españoles, ¿porque? nunca lo sabremos, tampoco es cuestión de amargarse las vacaciones desde el minuto uno porque nos haya tocado la opción B, más aún si no conocemos la A aunque seguro que era mejor...Lo que saqué en claro de esta reunión fueron tres cosas: que el guía del grupo era resolutivo, tranquilo y torero, que madrugaríamos muy mucho, bastante a lo largo de los siete días restantes y que íbamos a disfrutar de cierta incertidumbre en este viaje.
Nos fuimos a dormir desilusionados por el cambio de barco y porque a pesar de la amabilidad del guía y del estupendo personal de servicio del barco, no se habían cumplido las expectativas anunciadas por el mayorista.
Era noche cerrada cuando sonó el teléfono, miré el móvil que pregonaba las 6 de la mañana. De noche cerrada nada, descorrí las cortinas y un sol brillante me invitaba a salir al aire libre.
Bajamos a desayunar y casi sin apenas tiempo, estábamos embarcando en una lancha a motor desde la que se distinguían globos aerostáticos sobre la orilla Oeste, la Ribera del Ocaso, donde descansan las almas de los difuntos, allí nos dirigíamos. Unos 5 minutos de trayecto que en bus hubieran sido 45. No está mal.
Montes áridos y desérticos tuneados por las humildes viviendas de los trabajadores que antaño a fuerza de martillo y sudor horadaban la roca arrancandoles tumbas y templos colosales. La necrópolis de la antigua Tebas, capital del Imperio Nuevo, patrimonio mundial desde el año 79, puede que sea el mayor yacimiento arqueológico del mundo. El West Bank la llaman. Los turistas pertrechados en buses con aire acondicionado somos el anacronismo en estos parajes donde los habitantes ataviados con sus elegantes y cómodas chilabas aun viajan en burro y carreta, el ganado pasta en fértiles pastos junto a palmeras cuajadas de dátiles, el pan, según cuentan se inventó aquí, lo hornean como antaño y el desierto espera, paciente, unos pasos mas allá.
La bienvenida al Valle de los Reyes la recibimos de los colosos de Memnon, dos gigantescas y solemnes estatuas sedentes de Amenhotep III. Presidían la entrada al templo del faraón que hace mas de 2.000 años se desmoronó en pedazos tras un fuerte terremoto. Las grietas producidas en las piedras monolíticas dejaban pasar el aire originando al amanecer sonidos similares a lamentos. Los viajeros griegos y romanos lo identificaban con los lloros de Eos, diosa del amanecer, madre de un héroe troyano llamado Memnon, por eso empezaron a llamar así a los colosos del faraón. Hoy día una expedición europea trata de montar el puzzle del templo y demás colosos.
Aquí dejo artículo de El Mundo donde explican esto: los colosos de Memnon
Medinet Habu nos espera. Su nombre nos sugiere un poblado, una medina, Habu es el nombre del lugar. Es un templo, casi una fortaleza, su historia confirma que la población de Tebas encontró refugio aquí con ocasión del estallido de la guerra civil. Fuertes murallas protegían el templo que Ramsés III ordenó construir sobre otro anterior, donde se veneraban a los dioses primigenios. Es uno de los lugares mejor conservados y sin embargo menos visitados por las hordas de turistas. El acceso es por el antiguo embarcadero, unas torres defensivas protegen la entrada.
Aquí dejo artículo de El Mundo donde explican esto: los colosos de Memnon
Medinet Habu nos espera. Su nombre nos sugiere un poblado, una medina, Habu es el nombre del lugar. Es un templo, casi una fortaleza, su historia confirma que la población de Tebas encontró refugio aquí con ocasión del estallido de la guerra civil. Fuertes murallas protegían el templo que Ramsés III ordenó construir sobre otro anterior, donde se veneraban a los dioses primigenios. Es uno de los lugares mejor conservados y sin embargo menos visitados por las hordas de turistas. El acceso es por el antiguo embarcadero, unas torres defensivas protegen la entrada.
Dibujos jeroglíficos en los muros que Walid nos muestra y enseña a leer. La primera cartilla de jeroglífico: ¿en que dirección leer? Hacia donde apunte el pajarito... Pues si, si los dibujos miran hacia la derecha se lee empezando por esta y viceversa. También aprendimos letras y símbolos como la flor de loto que representa el alto Egipto (al Sur) y el papiro, al bajo Egipto, (Norte Mediterráneo). Los números, algunas letras, los cartuchos con el nombre del faraón, pasar al femenino una parrafada o un nombre....
Son las 8 de la mañana y el calor ya empieza a jugar su partida. Vamos buscando la más mínima sombra para refugiarnos de un sol incandescente y castigador que apenas deja levantar la vista para admirar los frisos y dinteles, todavía conservan los coloridos frescos faraónicos. El dibujo del buitre alado se repite sin cesar, representa a la diosa Nekhbet protectora del Alto Egipto, este símbolo junto con la diosa cobra Wadjet protectora del bajo Egipto, lo utilizaban las damas reales en sus tocados para remarcar su aspecto divino.
Tras la primera lección aprendida llega el amplio recinto con la sorpresa implícita del gran pilono. Sesenta y tantos metros de ancho por más de 20 en altura con un Ramses sacrificando al enemigo frente a los dioses. A un lado del portón, luce la corona del Alto Egipto, en el otro la del Bajo. A un lado, los enemigos son asiáticos, en el otro africanos. A un lado el dios Ra, al otro Amón. Milenarios bajorrelieves que encogen el oremus y te llevan en volandas a otro tiempo en este lugar lleno de vida, poder y misterio.
El primer patio luce vestido de columnas engalanadas con estatuas del faraón convertido en dios, aún guarda frescos y bajorrelieves decorados, sobre todo en pasillos laterales resguardados y algunos capiteles. Walid nos traduce la historia que nos están narrando calladamente pilonos, columnas y muros sobre las hazañas del rey. Miles de manos y penes se amontonan en otra cara de la pared, así contaban a los enemigos caídos y lo registraba el escriba de turno. Batallas navales y terrestres, escenas de caza, descripciones de fiestas y costumbres lúdicas en honor a los dioses... si hay un lugar del mundo donde las piedras hablen es aquí, en Egipto. El Sancta Sanctorum es el final, el templo se ha ido estrechando, oscureciendo, el suelo subiendo lentamente y el techo bajando, buscando un punto de unión entre cielo y tierra , una profunda perspectiva allí donde sólo penetra el faraón para comunicarse con los dioses, el es el elegido, es el pontex.
Ya me está invadiendo el mal de Sthendal, se que es imposible ver todo, historia antigua y fotografía, mis dos pasiones juntas de la mano en una tierra bendecida por el Nilo. ¡que bonito es esto!.
Para saber más sobre el templo de Ramses III: Medinet Habu
Para saber más sobre el templo de Ramses III: Medinet Habu
La necrópolis tebana se extiende bajo el monte que los árabes denominaron del Cuerno, Al Qurn. Un pico similar al de una pirámide, protegido por un desfiladero fácil de vigilar donde tres dinastías sucesivas XVIII, XIX Y XX, se prepararon sus residencias para la otra vida. Cada túmulo tiene un solo fin, asegurar que el rey alcance con éxito el "mas allá" y se encuentra ligado umbilicalmente a un templo no escondido, cercano donde llevar a cabo los ritos funerarios. Los mausoleos son mas importantes que los palacios, "son para la eternidad", por eso no miraban en gastos al construirlos. Los más antiguos están cerca de la cima, los de los más jóvenes, por decir algo, en el valle.
Ya son las 9.30, el calor aprieta, no se puede prescindir del gorro ni de la botella de agua. Están prohibidas las fotos, dejamos las cámaras en el bus, permiten el móvil pero si te pillan pagas, y hay vigilantes por todos lados aunque a veces un par de euros soluciona el problema.
Ya son las 9.30, el calor aprieta, no se puede prescindir del gorro ni de la botella de agua. Están prohibidas las fotos, dejamos las cámaras en el bus, permiten el móvil pero si te pillan pagas, y hay vigilantes por todos lados aunque a veces un par de euros soluciona el problema.
Al entrar al recinto, una enorme maqueta de la montaña en metacrilato transparente informa sobre el posicionamiento y longitud de cada una una de las tumbas, es un mapa en 3D.
Montamos en un coche con bagonetas que nos acerca al pie del monte. Walid reparte entradas y nos lleva andando a un lugar alejado donde podemos sentarnos a la sombra. Sólo algunos visitantes suben hasta aquí. Allí nos explica lo que era el concepto de la vida tras la muerte para esta civilización y lo que vamos a ver.
Con una entrada dejan acceder a 3 tumbas, no todas están abiertas. La más famosa, la KV62 del Rey Tut se paga a parte, es pequeña y no tiene más interés que quien la ocupó, un faraón del que nadie sabía nada hasta que aparecieron los escalones. La mejor, la de Seti I cerrada por restauración, aunque cuentan que con permiso especial y pasando por caja se puede ver. Conoceremos la de Ramses III, KV11, Meremthap KV8 y Ramses IX, KV6. A por ellas.
La de Ramses III la de los arpistas, así la llamaban los primeros turistas, antes de que se hubiera encontrado siquiera la piedra Roseta. Dos músicos ciegos que entonan melodías alabando las virtudes del faraón que reinó durante 30 años. Hubo tiempo para engalanar su tumba, resultando ser sus paredes de una delicadeza y pulcritud maravillosas. Los colores blancos y dorados continúan perfectos, el techo azul con estrellas doradas sigue prácticamente intacto.
Ramsses III es el último gran faraón que dió la historia, fue un gran gobernante y guerrero pero no pudo evitar sufrir una huelga de obreros aquí, en el valle, tanta guerra dejó sin diezmos al reino para pagar sueldos. Parece ser que murió víctima de una conjura perpetrada en su harén. Mas de una mujer gobernando la casa no es nada aconsejable. Recientemente se ha analizado su momia y descubierto un tajo en la garganta insuperable, ni siquiera con magia faraónica.
Dejo enlace al documental: la conjura del haren
Las tumbas se iban construyendo por tramos, no fuera a ser que el señor dejara "el mas acá" antes de tiempo y hubiera que acabar todo en los 70 días que duraba la momificación. Por eso, en la misma orilla, en Deir el Medina, habitaban los magníficos artesanos, picapedreros, escultores, dibujantes, pintores....responsables de estas bellezas que hemos heredado. Se comenzaba buscando por medios casi mágicos con ritual incluido el lugar idóneo, allí se empezaba a picar y a tramos de 5 metros, se remataba la obra totalmente antes de seguir, por tanto, a faraón más longevo, mejor era la tumba. A veces, se topaban, entre tanto picapedreo a ciegas, con otra tumba anterior, como ocurrió en el caso de esta que nos ocupa y tuvieron que modificar el eje de excavación. Nada más fallecer un rey, se empezaba la tumba del siguiente, para que no les pillara el toro, debía de ser muy malo en aquellos tiempos ponerse delante de un Ramses mosqueado.
Llegar al final del pasillo y contemplar la cámara mortuoria con el sarcófago enorme en granito, cuarcita o similar es un hito. Suele haber bastante público por lo que no dejan entrar a los guías, solo a los turistas en fila india y sin pararse mucho, en un circuito continuo. De vez en cuando ves una chilaba y escondes el móvil, aunque muchas veces te enganchan y obligan a borrar fotos o sacar el monedero.
para saber mas sobre esta tumba: KV11 Ramses III
No se si hace mas calor fuera o dentro. La humedad que aportamos con nuestra simple transpiración no debe ser buena para estas maravillosas paredes protegidas por cristales de metro y medio de altura, la luz cenital ambienta maravillosamente el recinto.
Cambiamos de escenario, vamos a la KV8, allí descansaba el rey Merenthap, sucesor de Ramses II el grande. Debido a la longevidad de su padre, ascendió al trono siendo ya anciano, aunque algo duró. A esta tumba nos costó bajar, es bastante honda, pero más costó subir. La cámara sepulcral es enorme y tiene un inmenso sarcófago de granito gris. Es muy bonita.
Montamos en un coche con bagonetas que nos acerca al pie del monte. Walid reparte entradas y nos lleva andando a un lugar alejado donde podemos sentarnos a la sombra. Sólo algunos visitantes suben hasta aquí. Allí nos explica lo que era el concepto de la vida tras la muerte para esta civilización y lo que vamos a ver.
Con una entrada dejan acceder a 3 tumbas, no todas están abiertas. La más famosa, la KV62 del Rey Tut se paga a parte, es pequeña y no tiene más interés que quien la ocupó, un faraón del que nadie sabía nada hasta que aparecieron los escalones. La mejor, la de Seti I cerrada por restauración, aunque cuentan que con permiso especial y pasando por caja se puede ver. Conoceremos la de Ramses III, KV11, Meremthap KV8 y Ramses IX, KV6. A por ellas.
La de Ramses III la de los arpistas, así la llamaban los primeros turistas, antes de que se hubiera encontrado siquiera la piedra Roseta. Dos músicos ciegos que entonan melodías alabando las virtudes del faraón que reinó durante 30 años. Hubo tiempo para engalanar su tumba, resultando ser sus paredes de una delicadeza y pulcritud maravillosas. Los colores blancos y dorados continúan perfectos, el techo azul con estrellas doradas sigue prácticamente intacto.
Ramsses III es el último gran faraón que dió la historia, fue un gran gobernante y guerrero pero no pudo evitar sufrir una huelga de obreros aquí, en el valle, tanta guerra dejó sin diezmos al reino para pagar sueldos. Parece ser que murió víctima de una conjura perpetrada en su harén. Mas de una mujer gobernando la casa no es nada aconsejable. Recientemente se ha analizado su momia y descubierto un tajo en la garganta insuperable, ni siquiera con magia faraónica.
Dejo enlace al documental: la conjura del haren
Las tumbas se iban construyendo por tramos, no fuera a ser que el señor dejara "el mas acá" antes de tiempo y hubiera que acabar todo en los 70 días que duraba la momificación. Por eso, en la misma orilla, en Deir el Medina, habitaban los magníficos artesanos, picapedreros, escultores, dibujantes, pintores....responsables de estas bellezas que hemos heredado. Se comenzaba buscando por medios casi mágicos con ritual incluido el lugar idóneo, allí se empezaba a picar y a tramos de 5 metros, se remataba la obra totalmente antes de seguir, por tanto, a faraón más longevo, mejor era la tumba. A veces, se topaban, entre tanto picapedreo a ciegas, con otra tumba anterior, como ocurrió en el caso de esta que nos ocupa y tuvieron que modificar el eje de excavación. Nada más fallecer un rey, se empezaba la tumba del siguiente, para que no les pillara el toro, debía de ser muy malo en aquellos tiempos ponerse delante de un Ramses mosqueado.
Llegar al final del pasillo y contemplar la cámara mortuoria con el sarcófago enorme en granito, cuarcita o similar es un hito. Suele haber bastante público por lo que no dejan entrar a los guías, solo a los turistas en fila india y sin pararse mucho, en un circuito continuo. De vez en cuando ves una chilaba y escondes el móvil, aunque muchas veces te enganchan y obligan a borrar fotos o sacar el monedero.
para saber mas sobre esta tumba: KV11 Ramses III
No se si hace mas calor fuera o dentro. La humedad que aportamos con nuestra simple transpiración no debe ser buena para estas maravillosas paredes protegidas por cristales de metro y medio de altura, la luz cenital ambienta maravillosamente el recinto.
Cambiamos de escenario, vamos a la KV8, allí descansaba el rey Merenthap, sucesor de Ramses II el grande. Debido a la longevidad de su padre, ascendió al trono siendo ya anciano, aunque algo duró. A esta tumba nos costó bajar, es bastante honda, pero más costó subir. La cámara sepulcral es enorme y tiene un inmenso sarcófago de granito gris. Es muy bonita.
más información: KV 8 Meremtaph
Nos queda una, Walid nos aconseja la KV6 perteneciente a Ramses IX, es una de las mas visitadas en el valle de los reyes y después de tanto baja y sube, esta es de fácil acceso. Tiene de interesante el techo astronómico.
mas info: KV6 Ramsés IX
video sobre el valle: el valle de los reyes video
Dejamos el Valle de los Reyes para dirigirnos al otro lado del río, a Luxor así bautizada por los árabes, cuando llegaron a la capital del imperio preciosa luciría que la nombraron "Los Palacios". Antes, paradiña en el templo más vistoso de todos, el de la reina Hatshetsup, la única mujer faraón conocida hasta hoy dia. Faraona nada más hubo una y era española, Lola Flores. La reina Hatshetsup fue una gran esposa real y luego decidió ser faraón. Se puso la barba postiza, se vistió de hombre y eliminó todas las desinencias femeninas de sus nombres y títulos. Reinó durante 22 años dando paz y prosperidad a su país. Fue buena gobernante, bastante lista y espabilada, se adjudicó un origen divino para justificar su ascenso al trono a pesar de ser hija de Tutmosis I y esposa del II. Construyó su templo funerario a un lado de la montaña y en el anverso, su tumba, donde luego los sacerdotes tebanos escondieron un montón de momias de faraones que ya tenían sus túmulos bastante profanados. Contemplamos embobados las majestuosas rampas escalonadas. No llevamos este mausoleo incluido en el itinerario, una pena. Walid nos consuela contándonos que es bonito desde esta vista, dentro, está todo picado pues la faraón fue transgresora de costumbres y sufrió "damnatio memoriae". Solo vimos un fragmento de su cara perteneciente a una enorme estatua en el museo de antigüedades de El Cairo.
Un kit kat antes de cruzar al otro lado para visitar una rudimentaria fábrica de alabastro. Primero nos muestran el proceso y luego nos invitan a entrar en la tienda, incluso a tomar un té con hierbabuena. Estantes atestados de pequeñas y grandes figuras representando dioses y faraones, tablillas, vasos canopos, jarrones, lámparas, tazas y una gran mesa con escarabajos multicolores. Sefi se fue derecha a esta y negoció el precio para comprar uno para cada una. Walid se encargó de traducir y llegar al precio final donde el vendedor aseguraba no haber vendido nunca ninguno tan labrado y perfecto por debajo de este valor. El mio luce precioso en mi vitrina.
Esta vez si cruzamos por el puente.Ya son más de las 12 y aun nos queda por descubrir dos lugares muy interesantes, los templos de Luxor y Karnak separados por la avenida de las esfinges, un boulevard de 3 km de longitud entre uno y otro, escoltado por mil y pico de estas esculturas maravillosas, aún cubiertas, en algunos tramos, por casas particulares que el gobierno anda expropiando.
Mi intelecto anda ya pidiendo energía, estoy tan saturada que no me entero prácticamente de nada de lo que Walid explica a la tenue sombra de una palmerita canija frente a los imponentes pilonos del templo de Luxor, tampoco me quedan muchos arrestos para mirar por el objetivo de la cámara. Intento prestar algo de atención aunque el entorno me tiene fascinada, oigo que muchos faraones dejaron su impronta en estos templos para llevarse bien con el clero tebano que mandaba lo suyo. Trato de recordar lo que aprendí en cuarto de bachiller y me viene a la memoria Ramses II el grande, el fue quien hizo brillar este santuario comenzado por Amenofis o Amenhotep III y dedicado al dios Amón- Ra, también recuerdo que es al que le falta el obelisco que Champollion eligió para llevar a la Concordia de París y lo último, que conserva aún frescos de cuando se convirtió en basílica en vida del emperador romano Domiciano. Le ha pasado tanta historia por encima desde que estaba en su máximo esplendor hace 4.000 años que cada piedra es capaz de contar mil anécdotas distintas.
Luxor es maravilloso, elegante, señorial y fuerte, muy fuerte. Los romanos lo convirtieron en castrum, un cuartel donde guarecer a sus ejércitos y un templo donde adorar a sus dioses, los cristianos en basílica, los árabes en mezquita, aún celebran rito, escuchamos la oración mientras visitabamos el hipogeo.
A la entrada, Ramsés II desde sus casi 16 metros contempla impasible al visitante que se le acerca, así ha sido durante mas de 4.000 años. En el pilono posterior se narra la batalla de Quadesh contra los hititas, que casi pierde aunque siempre presumió de ganar.
para saber mas :templo de Luxor
Nos queda una, Walid nos aconseja la KV6 perteneciente a Ramses IX, es una de las mas visitadas en el valle de los reyes y después de tanto baja y sube, esta es de fácil acceso. Tiene de interesante el techo astronómico.
mas info: KV6 Ramsés IX
video sobre el valle: el valle de los reyes video
Dejamos el Valle de los Reyes para dirigirnos al otro lado del río, a Luxor así bautizada por los árabes, cuando llegaron a la capital del imperio preciosa luciría que la nombraron "Los Palacios". Antes, paradiña en el templo más vistoso de todos, el de la reina Hatshetsup, la única mujer faraón conocida hasta hoy dia. Faraona nada más hubo una y era española, Lola Flores. La reina Hatshetsup fue una gran esposa real y luego decidió ser faraón. Se puso la barba postiza, se vistió de hombre y eliminó todas las desinencias femeninas de sus nombres y títulos. Reinó durante 22 años dando paz y prosperidad a su país. Fue buena gobernante, bastante lista y espabilada, se adjudicó un origen divino para justificar su ascenso al trono a pesar de ser hija de Tutmosis I y esposa del II. Construyó su templo funerario a un lado de la montaña y en el anverso, su tumba, donde luego los sacerdotes tebanos escondieron un montón de momias de faraones que ya tenían sus túmulos bastante profanados. Contemplamos embobados las majestuosas rampas escalonadas. No llevamos este mausoleo incluido en el itinerario, una pena. Walid nos consuela contándonos que es bonito desde esta vista, dentro, está todo picado pues la faraón fue transgresora de costumbres y sufrió "damnatio memoriae". Solo vimos un fragmento de su cara perteneciente a una enorme estatua en el museo de antigüedades de El Cairo.
Un kit kat antes de cruzar al otro lado para visitar una rudimentaria fábrica de alabastro. Primero nos muestran el proceso y luego nos invitan a entrar en la tienda, incluso a tomar un té con hierbabuena. Estantes atestados de pequeñas y grandes figuras representando dioses y faraones, tablillas, vasos canopos, jarrones, lámparas, tazas y una gran mesa con escarabajos multicolores. Sefi se fue derecha a esta y negoció el precio para comprar uno para cada una. Walid se encargó de traducir y llegar al precio final donde el vendedor aseguraba no haber vendido nunca ninguno tan labrado y perfecto por debajo de este valor. El mio luce precioso en mi vitrina.
Esta vez si cruzamos por el puente.Ya son más de las 12 y aun nos queda por descubrir dos lugares muy interesantes, los templos de Luxor y Karnak separados por la avenida de las esfinges, un boulevard de 3 km de longitud entre uno y otro, escoltado por mil y pico de estas esculturas maravillosas, aún cubiertas, en algunos tramos, por casas particulares que el gobierno anda expropiando.
Mi intelecto anda ya pidiendo energía, estoy tan saturada que no me entero prácticamente de nada de lo que Walid explica a la tenue sombra de una palmerita canija frente a los imponentes pilonos del templo de Luxor, tampoco me quedan muchos arrestos para mirar por el objetivo de la cámara. Intento prestar algo de atención aunque el entorno me tiene fascinada, oigo que muchos faraones dejaron su impronta en estos templos para llevarse bien con el clero tebano que mandaba lo suyo. Trato de recordar lo que aprendí en cuarto de bachiller y me viene a la memoria Ramses II el grande, el fue quien hizo brillar este santuario comenzado por Amenofis o Amenhotep III y dedicado al dios Amón- Ra, también recuerdo que es al que le falta el obelisco que Champollion eligió para llevar a la Concordia de París y lo último, que conserva aún frescos de cuando se convirtió en basílica en vida del emperador romano Domiciano. Le ha pasado tanta historia por encima desde que estaba en su máximo esplendor hace 4.000 años que cada piedra es capaz de contar mil anécdotas distintas.
Luxor es maravilloso, elegante, señorial y fuerte, muy fuerte. Los romanos lo convirtieron en castrum, un cuartel donde guarecer a sus ejércitos y un templo donde adorar a sus dioses, los cristianos en basílica, los árabes en mezquita, aún celebran rito, escuchamos la oración mientras visitabamos el hipogeo.
A la entrada, Ramsés II desde sus casi 16 metros contempla impasible al visitante que se le acerca, así ha sido durante mas de 4.000 años. En el pilono posterior se narra la batalla de Quadesh contra los hititas, que casi pierde aunque siempre presumió de ganar.
para saber mas :templo de Luxor
Ya es tarde, Walid avisa al barco que tenía que zarpar a las 13h para que nos esperen a comer a las 14.30h, vamos muy retrasados y aun nos queda la joya de la corona, Karnak. El templo de los templos, el lugar mas venerado, dedicado a la trilogía de Amón: él, su esposa Mut y su hijo Khonsu. Unos treinta faraones contribuyeron a su engrandecimiento. Entrar en Karnak , contemplar su maqueta y acceder por el paseo de las esfinges carneros, representación del dios en su forma animal ya merece la pena, en realidad todo merece la pena....
En el primer patio, además de capillas para guardar barcas y un par de columnas inacabadas vemos un coloso que representa a un sumo sacerdote Pinedyem I , virrey de Khush, el poderío de Tebas rivalizaba con los faraones, mejor tenerlos de aliados.
y una altíiiisima e inmensa columna, la de Taharqo, en cuyo capitel caben unas 200 personas de pie.
Por fin llegamos a lo más retratado de todo Egipto junto con las pirámides, la sala hipóstila de 5.400 metros cuadrados de Karnak. Pasear entre las 134 colosales columnas es más que una delicia, me hubiera quedado horas admirándolas.
Las doce centrales son mas altas y anchas, elevaban el techo hasta los 23 metros, sus capiteles totalmente abiertos, recuerdan la flor emblemática, conforme miras hacia los lados, la corola se va cerrando. Es en este maravilloso entorno donde eran coronados los reyes de Tebas.
Cruzamos el tercer pilono que hoy día es prácticamente una montaña de escombros aunque antaño estuviera cubierto de plata y oro, un patio con el obelisco de Tutmosis I de 20 m, pasamos el cuarto y otra joya casi perfecta, el obelisco de Hatshetsup, mas alto que el anterior, de 30 m y que su sucesor tapó con ladrillos para que nadie recordara a la reina faraón, por eso esta perfecto, el sol solo decoloró la punta.
Los monolitos representaban rayos petrificados, eran extraídos de las canteras de Asuán y transportados por el río, desde luego con bastantes dificultades, son cientos de toneladas en una sola pieza.
Aquí, a los pies del rayo pétreo de la señora faraón, a unos 38 grados a la sombra del mediodía, Walid me señaló con el bastón ankh y me transformé en la reina. Así aprendimos la historia de Hatshetsup, antecesores y sucesores, Tutmosis I , II y III e hijas.
Y llegamos al final, santuario sagrado donde solo entraban los sacerdotes y el faraón.
Un lago artificial frente al escarabajo sagrado representación de la resurrección, del dios Sol que nace cada dia, nos despiden de Karnak. Algunos minutos para tomar fotos y volvemos al barco, ha sido una intensa y fructífera mañana, llena de emociones en la que el guía ha sabido llevarnos casi en volandas por una civilización mágica, experta en astronomía, medicina y arquitectura cuando el resto del mundo aun andaba en pañales.
Nos quedan horas de navegación hasta Edfú próxima parada, atravesando la esclusa de Esna donde de dos en dos naves, subiremos de nivel.
La navegación por el Nilo es una gozada, nada que ver con esos cruceros marítimos multitudinarios. El Nilo fluye tranquilo, el paisaje se desliza por mi retina con sosiego, paz, sin ruido, dejando mil y una imagen mágicas grabadas a fuego. El Nilo es un río de vida, historia líquida que une dos mundos y alimenta imperios.
Después del almuerzo intento descansar un rato, imposible, el paisaje que veo desde el balcón me hace subir a cubierta con la máquina de fotos y mi mejor objetivo. El dios Ra está arriba del todo, hace calor, busco la sombra del bar terraza. Parte de nuestro grupo se encuentra descansando cómodamente en las hamacas de la piscina cubiertas por toallas turquesas de mullido algodón egipcio. Mª José y Leire, de Euskadi, Gabriel y su chica, Mª José, gente estupenda, eso tenemos los españoles, que enseguida hacemos grupo y sabemos pasarlo más que bien. También andan por allí Miguel Ángel y Filo, pareja del Sur, de Sevilla. Los camareros con sus impolutas camisas blancas y pajaritas van y vienen sirviendo tes, cocteles y cafés. Empezamos a oír voces, unas barcazas con vendedores se han enganchado al barco y quieren que les compremos manteles y chilabas. Hablan en español:¡Maria compra mantel barato! Son muy simpáticos. La gente de Egipto es amable y encantadora a pesar de lo que están pasando.
Un crucero por este río es una maravillosa experiencia, el paisaje de ambas orillas cuajado de palmerales, juncos, casitas de colores llamativos, embarcaderos aquí y allá, vacas pastando en mitad de cualquier islote, barcazas, falucas con velas desplegadas al soplar la menor brisa, chiquillos que andan jugando y adultos paseando en la corniche que saludan con aspavientos y grandes sonrisas...
El sol va cayendo, sobre las 6 de la tarde ya casi es de noche, en un rato las estrellas salen a jugar con la Luna, esto es puro relax. Estamos plácidamente sentados en la terraza, no hace falta ni hablar, el atardecer tiñe con su magnífica gama de colores amarillentos, celestes y rosados un horizonte de película, las aguas se oscurecen. Dan las 8, debemos bajar a cenar.
fotos de Luxor Luxor 9.10.18
índice de Egipto 2018:
No hay comentarios:
Publicar un comentario