lunes, 29 de octubre de 2018

cruceristas por el Nilo Egipto-2

Segundo dia a bordo.  Nos han prometido una jornada descansada aunque no por ello menos interesante. Ayer navegamos durante horas,  llegamos siendo noche cerrada a la esclusa de Esna, había cola para subirla. Sentados en nuestra mesa al fondo del comedor, contemplábamos por la ventana como el agua llenaba a borbotones el vaso donde estábamos metidos. En ningún momento sentimos el menor cabeceo de la nave, es más, nos dimos cuenta cuando ya casi estábamos arriba del todo.  Tras la cena, tuvimos tiempo para explorar todos los rincones del hotel flotante.

  En el vestíbulo, un evocador panel de fondo muestra las maravillas de Egipto al tiempo que sirve de photocall para todos los que subimos o bajamos las dobles escaleras alfombradas. En el centro del salón se exhibe un enorme jarrón de Sevres sobre una mesa de estilo clásico, más propia de castillos y palacios europeos. La iluminación procede de un gran lámpara con lágrimas de cristal de bohemia que le da el toque palaciego al conjunto.  A un lado, la puerta de acceso a la nave, con arco de seguridad incluido, la recepción, una pequeña joyería, el guardamaletas y varios sofás de cortesía. Siempre encontraremos personal de recepción y de seguridad controlando que nadie se cuele.


Bajando una planta, accedemos al primer piso, aquí se ubican las cocinas, las dependencias del personal y el comedor. Al llegar a cenar vimos que andaban descargando garrafas de agua mineral, eso tienen los buenos barcos, sólo utilizan agua embotellada para cocinar, limpiar frutas y verduras. La mayoría de los visitantes no tenemos nuestros intestinos adaptados al agua del país y algunos acaban sufriendo el mal del rey Tut, unas gastroenteritis que solo se curan con los medicamentos locales. En estos casos la mejor solución es informar al guía que se encarga de adquirir las medicinas necesarias, sin costo para el viajero enfermo. El fortasec y demás milongas no valen en estas latitudes. Los extranjeros no debemos utilizar el agua del grifo ni para lavarnos los dientes.


Continuando con el recorrido por la motonave, en el tercer piso encontramos la tienda de recuerdos para turistas, un pequeño salón de reuniones y un piano de cola estampado además de dos pasillos  a popa y proa de camarotes. En el cuarto nivel se sitúa el salón para fumadores con unas cristaleras art-decó muy chulas,  la TV y la mesa de billar.   A proa, el espacio se abre para dar cabida al disco-bar-sala de fiestas que estrenamos después de la cena. A popa, un solo pasillo para los camarotes mas altos, y un rinconcito donde el camera-man aprovecha para montar y visualizar sus grabaciones diarias. Si, hay un chico que filma durante todo el dia a los pasajeros y luego te vende el dvd.
Hablando de fumadores, en Egipto permiten fumar casi en cualquier sitio, tras tantos años que llevamos en Europa con el tabaco restringido, se nota muchísimo el olor del humo, sobre todo para los que somos no fumadores.
Lo que más me gusta del barco es la cubierta, es un placer contemplar el atardecer desde ella. Bajo la zona entoldada se refugia la cafetería y algún aparatejo de gym que justifica el anuncio de contar con gimnasio. Demasiado calor hace aquí para pensar siquiera en mover un músculo (a mi ni se me ocurre, claro). Lo que sí es factible es tomar el sol y darte un relajante baño en el jacuzzi o un remojón en la piscina. Todo esto mientras admiras el encantador  paisaje que ofrece el río más largo del mundo.


Amanecemos atracados en paralelo junto a otras tres naves. Para salir hay que cruzar los vestíbulos de estas y cual es nuestra sorpresa cuando comprobamos que la aneja es el Moondance, el barco prometido y no conseguido.
Salimos temprano, Hoy habrá mucha más afluencia de público, prácticamente todos los que ayer andabamos repartidos entre el Valle de los Reyes, Karnak y Luxor coincidiremos tanto en la visita de la mañana como de la tarde, por eso decidimos ir pronto a Edfú, el templo mejor conservado de todo Egipto y el segundo mas grande después de Karnak.

Una sorpresa aguarda en la corniche, no nos espera un bus, son calesas tiradas por caballos. Los vehículos están bastante traqueteados, por decir algo, los sillones y las capotas mejor no mirarlas mucho, la mugre ha hecho estragos en el tiempo. Remaches, flecos y mil adornos, eso sí, por todas partes. El caballo delgadito y fuerte. De 4 en 4 vamos subiendo, nos repartimos como podemos, uno delante, arriba junto al conductor, dos atrás en el sentido de la marcha y otro, encogido frente a estos. Deberemos recordar el "número de bastidor" pues regresamos en la misma, la 200. El calesero, un chico joven al que no para de sonarle el móvil, domina las riendas como si fuera un látigo.  Según Walid, uno de los peores insultos que te pueden dedicar en el pueblo es "hijo de calesero", así será el gremio. Azuza al pobre caballo con las riendas que ya camina al al trote y en un momento al galope.


Cruzamos la ciudad en una travesía que dura unos diez-quince minutos, se me hacen eternos. Pasamos calles a galope tendido, botando cada vez que pilla un bache y pensando que en el próximo sales despedido del vehículo. Adelanta a otras calesas, incluso autos a diestra y siniestra, como si llevaramos las luces y sirenas de un camión de bomberos a todo aullar en el techo del carruaje. La policía detiene la circulación, coches, motos, bicis, buses y peatones en las intersecciones, todos parados, haciendo sonar los claxon y bocinas mientras pasamos los turistas. La gente nos miraba, los escolares uniformados de camino al colegio saludaban y sonreían. ¡Madre mia! El profundo Egipto ante nuestras narices ¡Vaya ratito! y aún quedaba la vuelta.

mercado en Edfú

Llegando al recinto del templo vimos una nube de motocarros negro y amarillos, les llaman tuc-tuc, complementan a las calesas para transportar turistas desde la corniche al templo.
Bajarse del carricoche es deporte de alto riesgo, se te puede echar encima otro que llegue detrás y no van nada despacio, entran en el recinto a toda marcha. Vaya jaleo que había aquí, unas 60 o 70 calesas con sus caballos y caleseros, gritando órdenes, discutiendo y pidiendo paso, algunos afortunados aparcados bajo porches de caña se refugian a la sombra mientras otros recalientan plásticos de tapicería y capota al sol ligero. Le dimos 1 euro al chico por recomendación de Walid, aunque ya le pagaba la  agencia. Era todo sonrisas, me dejó hacerle mil fotos con su caballo, nos abrió paso entre tanto cuadrupedo hasta zona "no peligrosa" y nos aseguró que nos buscaría a la salida. -"Dosiento ehhh"- decía, señalando el número de su sputnik. Toda una experiencia.



El templo de Edfú fue construido en época ya tardía, greco romana, esto es en los siglos III a I antes de Cristo. Casi podría decirse que es contemporáneo del Coliseo romano.  Por hacer un poco de historia y resumiendo, cuando Alejandro Magno murió, sus generales, digamos , se"repartieron" el imperio y Ptolomeo vino a Egipto, fundando la dinastía  ptolemaica. Famosillos de este periodo conocemos todos a Cleopatra VII por la peli Quo Vadis en la que Liz Taylor mostró su insuperable belleza y arte dramático.
 Los Ptolomeos eran extranjeros, griegos-macedonios nada que ver con las grandes dinastías que dieron a luz faraones de la talla de Seti I o Ramsés II. Se encargaron de echar a los persas de Egipto, aunque se quedaron con los camellos que trajeron estos y fueron respetuosos con  la cultura, la iconografía y el arte egipcios. Ellos continuaron con sus costumbres,  hablaban y se comportaban como griegos que eran, no se mezclaban con el pueblo llano, solo nuestra admirada Cleopatra VII, adoptó el idioma. Por tanto, durante esta dinastía existieron en Egipto dos culturas, la faraónica de toda la vida de unos 3000 años de antigüedad en aquel momento y la helenística. Fue durante este periodo, en concreto en vida de Ptolomeo V cuando se talló la piedra Rosetta que centurias más tarde encontrara Napoleon y descifrara Champollion.
En resumidas cuentas, la civilización egipcia se desarrolló durante un periodo de tiempo tan amplio que su última reina, aunque  lleve unos 2000 años en el "más allá", es más contemporánea nuestra que de Keops o Micerinos. Después de Cleo, Egipto pasó a ser una provincia romana y como tal seguía la moda que Roma marcaba, por lo que si los romanos dejaron a los dioses, el pan y el circo y pasaron a rezar el Padre Nuestro y jugar a la petanca, aquí también lo hicieron, destrozando, de paso, toda imagen pagana de religiones anteriores.

panaderia en Edfú

 Tras el sobresalto del paseíto en calesa, atravesamos un pasillo de avasalladores vendedores que salen de sus puestecillos ofreciendo todo tipo de mercancías, chilabas, pañuelos, figuritas de madera y alabastro, cajas de nacar, collares, pulseras, camisetas, bolsos... un sin fin de chismes  "a 1 euro", pregonan que no es más que una excusa para arrastrarte al interior de su establecimiento y comenzar una negociación interminable. Mejor sonreir, agachar la cabeza, y murmurar un "la, la, shucrammm, cenquiuuuu" para pasar de largo. Las compras a la salida.

 Edfu, es.... bueno pues simplemente perfecto. Está entero, no le falta una coma, todas las dependencias del templo, todos los jeroglíficos, escaleras, pasillos, incluidos techos. Por fin entiendo la similitud del templo egipcio con el cuerpo humano en "decúbito supino".  
El titular es el dios Horus, el halcón con el que todos queremos tener fotos, una fila de ordenados japoneses se alinea delante del pajarito con pico y corona, esperando pacientemente turno.

Y a la sombra de los muros, Walid nos contó la leyenda de amor y horror de Osiris, Isis y Horus. Resulta que Osiris e Isis gobernaban Egipto, eran esposos y hermanos. Su otro hermano Seth casado con otra hermana, tenía envidia de Osiris y para quitárselo del medio organizó un fiestorro. En plena jarana, se ponen a jugar a meterse en un sarcófago y cuando le toca el turno a Osiris, todos los presentes se echan encima, lo cierran y lo tiran al mar. De la llantera que pilló Isis nació el río Nilo. El sarcófago a la deriva, llega a las costas de Byblos, actual Líbano y se mimetiza con un árbol precioso, un sicomoro del que se encapricha el rey del lugar, quien ordena construir una columna para su palacio con aquella madera. 
Isis, que no para de añorar a su difunto marido, se entera, no se si por algún sueño o por ciencia infusa faraónica, y tras muchas vicisitudes consigue traerlo de vuelta a Egipto. Seth no va a dejar las cosas así, corta el cuerpo de Osiris en 14 pedazos (a estas alturas ya debía estar bien muerto) diseminándolos  por doquier. La pobre viuda va en peregrinación buscando y reuniendo piezas y encuentra 13, ¿cual le falta? pues la más interesante, el palito de Osiris, que fue devorado por los pececitos del mar.  A pesar de esto, por comunión espiritual con su difunto, Isis concibió a Horus al que cría y protege y ya mayorcito consigue vengar a su padre matando al mal, a Seth.


En la lucha, pierde un ojo, el ojo de Horus, uno de los amuletos más famosos de la cultura egipcia junto con la llave de la vida y el escarabajo sagrado. Con este ojo, restablecido por el dios Thot, Horus revive a su padre Osiris, que se convierte en el dios de los muertos. La batalla final creo recordar que tuvo lugar en las cercanías de Edfú, por eso siempre hubo un templo en esta localización.
Bueno, la historia es algo así, no me hagáis mucho caso, siempre suelo andar en Babia, este fue el relato que nos introdujo en un recinto impresionante de verdad, imperdible.
Dejo enlace al blog de "pescaditos en la cabeza" donde cuentan con bastante detalle esta historia algo modificada respecto a mis recuerdos: mito de Osiris, Isis y Horus


La vista del pilono la cubre parcialmente una estructura semiderruida a la que no le hacemos mucho caso. Error. Es la mammisis, lugar de nacimiento del dios, o donde se celebra su cumpleaños, una de dos. En las paredes, los grabados muestran a Isis criando a Horus, dándole de mamar, por eso el creador de la egiptología, JF Champollion la bautizó así, además, los frescos son los mejores de todo el recinto. Dicen, yo no los vi, que los "los cuatro reyes magos" fueron inmortalizados en estos relieves ofreciendo al recién nacido incienso, mirra, oro y un libro de magia.
Si queremos descubrir  hasta qué punto estaba el templo enterrado en arenas del desierto y lodos del río es obligatorio pararnos y mirar el entorno, veremos el nivel de casas cercanas y además la muralla de adobe curvilínea que protegía el templo de las inundaciones.

fuente: egiptoforo.com
En el pilono de acceso al patio se observan varios pisos, es distinto de los de otros templos, tiene estructuras interiores, unas pequeñas ventanitas se distinguen en al menos tres niveles. Los cuatro surcos de la fachada eran para colocar banderolas, los grabados son espejados, el faraón matando al enemigo en presencia de Horus.

 Entramos al peristilo, observamos columnas en tres de sus lados, es amplio. Recordad, peristilo: patio con columnas, si está techado se llamaría sala hipóstila. El relieve de Horus con forma humana y cabeza de halcón se repite en las columnas. Los capiteles florales son distintos, aunque simétricos dos a dos. Había alguno diferente por cierto...Los cartuchos dedicados al faraón reinante están vacíos, los conflictos políticos no daban tregua y los artesanos para no andar sobreescribiendo, los dejaron limpios.

Las escenas de los muros relatan cómo era "la fiesta del bello encuentro" entre Horus y Hathor, su esposa venía una vez al año desde Dendera donde residía, a visitarlo durante 14 días. Hasta aquí la zona pública, a partir de este momento estaremos en la casa del dios, donde habita la divinidad y es atendido por los sacerdotes.


Se conoce la fecha en que se colocó la primera piedra del templo y cuando acabó su construcción 180 años más tarde, está escrito en las paredes, también el  reinante y el arquitecto. Los muros contienen mil y un detalles que han hecho posible conocer un poco más a fondo costumbres, oraciones, ritos, fórmulas de perfumes y ungüentos, trabajos de construcción del templo como por ejemplo la ceremonia del "tensado de la cuerda" que era para buscar la zona donde construirlo, ... maravillosa historia antigua. Salieron 17 libros de estas paredes.

Pasamos a la primera sala hipóstila  con  columnas también de capiteles florales, bastante juntas, sus bases están talladas como hojas, debía ser una preciosidad este lugar, una explosión de colores.
La luz  disminuye cuanto más nos acercamos al lugar sagrado, penetra por unas pequeñas aberturas en el techo, y por el muro columnado que hay entre la sala y el patio. Todo el recinto conserva su techo original, esto si que es único. Walid nos muestra grabados como las barcas ascendían por el río a fuerza de velas y remos y bajaban solo a remos, creo que era así.




 Entramos en la segunda sala también con columnas decoradas, es más pequeña que la anterior, y más oscura, el techo está ennegrecido, quizás por el humo de antorchas o algún incendio.


A un lado, desde la sala de las ofrendas nos alineamos en una estrecha escalera por donde bajaban al dios de la terraza, en las paredes los grabados dejan ver una procesión en la que participan  reyes, sacerdotes y dioses a tamaño casi natural, parecemos parte de ese desfile.

 El apelotonamiento para ver el santuario con la naos de granito y la barca de Horus es monumental. Pasito a pasito, de perfil, achuchando al de delante que quiere salir de la primera fila y no le dejo, el de atrás que mete codo, me voy acoplando en un hueco, hasta que consigo ponerme de frente y con los brazos en su sitio, en primera fila. La iluminación muy tenue, sólo llega a través de un pequeño ventanuco en el techo. Los relieves son espectaculares, cuentan los cánticos que los sacerdotes entonaban todas las mañanas para despertar al dios, darle de comer, vestirlo, ungirlo.., las luces artificiales del suelo los resaltan, parecen dorados. Sobre la barca, mejor pasar de puntillas, ¡vaya poca vergüenza tuvieron los gabachos devolviendo una imitación y quedándose con la original!. ¿Que ocurriria si ellos hicieran lo mismo con la Giocconda?.Lo dicho, mejor obviar el tema.


 Al santuario le rodean varias estancias o capillas con su misión cada una. La primera de la izquierda era la del dios Min, el de la fertilidad que aparece siempre manco a la vez que se presenta erecto. Ayer nos relataron su leyenda, un hombre al que le faltaba un brazo no fue a la guerra porque no podía arrojar lanzas ni luchar, si que supo embarazar a todas las señoras mientras sus maridos estuvieron ausentes. Cuando los hombres volvieron después de años, encontraron el pueblo bien repoblado. Lo convirtieron en dios.


Si algo llama de verdad la atención es que todos las escenas y jeroglíficos del interior de este templo son altorrelieves de un trabajo y una técnica exquisita, mientras que en las zonas exteriores, como el corredor que bordea el templo, son bajorrelieves, más duraderos. Encontramos las famosas "bombillas" faraónicas, los platillos volantes y el "wifi" Ya sabíamos los números pero fue la primera vez que vimos "el millón", el señor con los brazos en alto.

los números

En el corredor exterior nos detuvimos un rato admirando las escenas en que Horus ayudado por el faraón, da caza y atraviesa con una lanza a un hipopótamo enano que era Seth. Es en este deambulatorio, a un lado, unas escaleras bajan hasta el nilómetro, una manera de medir la crecida del río para saber cómo serían las cosechas y en consecuencia, cobrar más o menos impuestos. "Doce codos era pasar hambre, 14 indicaba escasez, 16 comida para todos y 18 abundancia".


La historia del templo no acabó con los ptolomeos, los romanos lo convirtieron en cuartel, la legión II Trajana  durmió entre sus muros y después, cuando el emperador Teodosio, en el año 391, decretó como religión verdadera la cristiana, se picaron las imágenes profanas de los dioses y cayó en el olvido. Las piadosas arenas del desierto lo cubrieron, solo quedaron a la vista  partes altas del pilono y columnas, por ello se conservó en perfecto estado hasta que en 1.860 un arqueólogo francés, Mariette, empezó a escarbar. Lleva 158 años al descubierto, en este tiempo se ha deteriorado mucho más que durante los 18 siglos anteriores. Cuidemoslo, no va a durar nada si no se protege de la naturaleza y sobre todo de las personas.

para saber más: templo de Horus en Edfú

Volvemos al barco sorteando otra vez el corredor de los vendedores, no son tan agobiantes como leí en algún sitio, tienen que aprovechar las visitas para tratar de ganarse algunas monedas y venden cosas bonitas. Buscamos el 200, mientras, conocemos al jefe de los caleseros, anda por allí controlando servicios y nos pide que le cambiemos a alguno de sus empleados monedas por billetes. El banco no les acepta monedas y a mi me vienen muy bien las de euros y 50 céntimos para dar propinas.
Ha sido una visita de verdad fantástica a pesar  de la calesa (no os lo perdáis, es una gran experiencia), del gentío y de que a veces perdía de vista el bastón ankh por lo que también perdía algunas de las estupendas explicaciones del guía.

la tierra alta y la tierra baja coronando al faraón.

Son no más de las 10 de la mañana y ya zarpamos destino Kom Ombo, siguiente templo ptolemaico. Dice Walid que todos los españoles lo pronunciamos mal, no se dice Kom-Om-bo, se pronuncia seguido: ko-mom-bo. La culpa la tiene el grafismo escrito, le ponen un guión entre la primera m y la segunda o y la liamos.
 Un detalle que ayer nos sorprendió y hoy ya esperamos: cuando llegas a la motonave el personal aguarda en la entrada, ofrecen una copa de limonada fresquita para reponer electrolitos y toallas de algodón humedecidas, para limpiar sudores. Probablemente será habitual en estos cruceros, un gesto que marca diferencia.
Subimos a la terraza a disfrutar de las vistas, la piscina y ese sol que empieza a apretar, hasta después de comer no llegaremos a puerto.


El buffet del día incluye un plato típico que me encantó, el Kushari, una mezcla de pastas italianas con arroz, lentejas, garbanzos, cebolla caramelizada, un poco de salsa de tomate ... y algo de  salsita picante por encima. Ummmm ¡riquísimo!. En todas las comidas incluyen algún plato del lugar, mahshi que son calabacines o berenjenas rellenos de arroz y verduras aliñados con especias, falafel, tabuled, pasta de berenjena, hummus, las sopas... Cristóbal y Tere siempre empezaban por aqui, hiciera el calor que hiciera, recuerdo especialmente la de tomates y la de champiñones, aromatizaban la mesa. El buffet, como ya dije en el post anterior, era de faraones. Ensaladas por lo menos 10 fuentes, de todo tipo,  verduras plancha, en tempura o guisadas, esto no faltaba nunca, más los guisos de carne de cordero, ternera o pollo, pescados en guiso o rebozados,... imposible quedar con hambre. Además, para los más quisquillosos, el cocinero siempre estaba en una mesa junto a la cocina, preparando en vivo y en directo algún plato especial, desde pizza egipcia a pasta o incluso algún día un pavo enorme con patatas, exquisito. En el desayuno cocinaba tortillas variadas. En la mesa de los postres siempre frutas del tiempo, sandía, melón, plátanos y dátiles frescos mas los dulces, ¡mamma mía! la repostería egipcia es muy buena, utilizan mucho los dátiles y las nueces para preparar postres más elaborados, recuerdo la kunafa, un pastel que parecen hilos de azúcar enrollados o la baklava unos rulitos de pasta filo rellenos de nueces y bañados en almíbar, parecidos a algunos de nuestros pastelitos morunos...

kunafa

 Creo que todos nos hemos venido  más pesados de lo que fuimos.
No habia dia que el metre no apareciera al final de la comida a preguntar que tal todo, sabía poco español, pero si lo entendía y contestaba en italiano. Un señor muy atento, sonriente y correcto. Los camareros  eran chicos jóvenes, muy guapos, diligentes, pendientes a su jefe y a los comensales. Se ocupaban  de servir las bebidas y recoger las mesas.No hay chicas empleadas en el crucero, al menos, no las vimos.
Un pero, los manteles y servilletas de cuadros azules y blancos que no pegaban ni con cola en este comedor.
Otro inciso, los egipcios son guapos, en general. Tienen facciones finas, elegantes y delicadas, ojos oscuros, pelo negro y pieles morenas. Desde los habitantes de el Cairo hasta los nubios de Assuan,  esta constante se repite, en chicos y chicas.  
Sobre las 3 de la tarde llegamos a Kom Ombo, todos preparados para salir en tropel. Walid aparece vestido con una elegante chilaba blanca de lino. Aquí se llaman galabeyas, se diferencian de la marroquí en que no lleva capucha, son más amplias y disponen de un par de bolsillos interiores bien grandes.

El barco nos deja a los mismos pies del templo. Hace un calor horroroso. No se puede parar al sol. Voy pertrechada con mi gorro y mi botella de agua fresquita, además, me he puesto un vestido de algodón blanco y sandalias, ya no aguanto los tenis, aunque ni por estas.
El nombre Kom Ombo le viene del árabe, colina de oro, en egipcio sería Nubet =ciudad de oro.  Por este lugar pasaban las caravanas que se dirigían a Nubia que comerciaban con el oro de las minas del desierto.

Debemos subir otras enormes escaleras para salvar el nivel del Nilo, después, más escaleras, el templo se sitúa sobre una colina. No queda mucho en pie del recinto aunque una vez dentro entiendo porque la insistencia de venir a ver lo que parecen un montón de escombros. Es un santuario de doble dedicación, a Sobek, el dios cocodrilo y a Horus el viejo. Esto no lo comprendo muy bien, creía que solo había un dios Horus, pero no, entre los más de 700 dioses de la mitología egipcia, el Horus de Edfu es un dios más joven que este que nos encontramos ahora. Y lo del dios cocodrilo tampoco lo veo muy claro, se supone que es un animal malo. Lo mismo había muchos por esta parte del río y lo divinizaron a ver si se comía a menos gente.

 Kom- Ombo es de época grecorromana,posterior a los ptolomeos, algunos emperadores romanos añadieron elementos al templo, aunque les pillara lejos, Octavio, Trajano, incluso Tiberio tiene su cartucho.
El diseño es simétrico, lado derecho para el cocodrilo, lado izquierdo para el halcón. Dos puertas, dos patios, dos salas hipóstilas y dos santuarios con dos pilones de diorita negra que tocamos para obtener energía ( yo en el lado bueno, el de Horus) y el guarda que llega armando gresca.
un fonendo

La diferencia con el templo de las dinastías anteriores es clara, los relieves son mas detallistas, la anatomia humana mas marcada, el ombligo, las manos con dedos largos, el pecho femenino mas prominente, los peinados muy elaborados y adornados, los vestidos..., todo tiene mas lineas, mas trabajo.

A esta zona solo entraba el faraón, esperaba la revelación de los dioses, más bien simples sacerdotes escondidos en los pasadizos del sótano y haciendo creer al "iluminado" que los dioses le dictaban órdenes.
Trajano en ofrenda a Inmhotep

Montones de relieves, altos y bajos, perfectos, con gran detalle, los dioses purifican al faraón, luego las diosas del alto y el bajo egipto lo coronan, Cleopatra IV , mi diosa favorita la leona Sekhmet, ofrendas a los dioses, Trajano adorando al magnífico arquitecto y médico del faraón Zoser, Imhotep divinizado y comparado con el dios griego de la medicina Asclepio o Esculapio como le llamaban los romanos, instrumentos quirúrgicos, las instrucciones para sentarse en la silla de partos, un calendario de 360+ 5 días: tres estaciones, inundación, siembra y cosecha, 12 meses de 3 semanas y cada semana 10 días, los 5 días restantes de fiesta.

A este lugar llegaban muchos enfermos para ser curados, se apiñaban en las dependencias exteriores, esperando turno para tratamientos impartidos por sacerdotes sanadores que seguro mucho tendrian tambien de magia. En el suelo quedan marcas de juegos, utilizados en las esperas y socavones en las caras de los enemigos, trataban de deshacerse del mal que portaban.

 Aprendimos cómo los estudiosos descifraron el primer jeroglífico y como se leía. Dos palabras CLEOPATRA y PTOLOMEO. La P, un cuadrado en la escritura, fue la clave.



En una capilla exterior al templo se pueden ver momias de cocodrilos, pequeños, grandes, medianos, todos negros en la primera sala, mientras que mas adentro los vemos, envueltos en los paños de lino. Por lo visto era habitual la práctica de embalsamar animales, gatos, ibis...., no dejan hacer fotos.

para saber mas:Kom Ombo

Acabamos en Kom Ombo y ponemos rumbo hacia Asuán, última parada. Esta noche cena de gala, ellos lucirán sus candoras y nosotras nuestras preciosas chilabas, la mia prestada por una buena amiga Habiba, que cuando se enteró que necesitaba una me prestó cuatro, a cual más bonita y elegante.
Nos han prometido fiesta con danza del vientre y exhibición de derviche danzante y luego velaremos armas, pues a las 4 am salimos hacia Abu Simbel, eso será otro día.
 

  
las fotos de Edfu y Kom Ombo:fotos 10.10.18

miércoles, 24 de octubre de 2018

Egipto, donde todo comienza- Egipto1

Si, todo comenzó hace muchos muchos años, tantos que casi puedo decir, como mi querido amigo Bruno, que por aquel entonces las pirámides estuvieran a medio hacer.
Una tarde de invierno, sentada en la cocina de la casa familiar de Real 90, estaba estudiando, ojeando casi sin ganas, un volumen de la enciclopedia de historia del arte, cuando me di de bruces con la máscara de oro más perfecta y fascinante de todos los tiempos. Aquel rey niño me miraba con unos ojos profundos como el océano, enmarcados por unas bien pintadas líneas azules de lapislázuli. Aprendí su nombre, Tutankamón, apenas susurrándolo, entonces comenzó la búsqueda. Andábamos jugando con dólmenes en la vieja Europa mientras a orillas del Nilo se desarrollaba una sociedad de las mas sobrecogedoras y espectaculares de todos los tiempos.  Hoy, mas de 40 años después, acabamos de regresar de aquel país. Ha sido un viaje apasionante, maravilloso, caluroso y poco ensayado. Vimos, relativamente, escasa afluencia de viajeros y esto es un lujo que no durará mucho. Parece como si de repente, los egipcios no creyeran que tienen otra vez a los dioses de su lado, que tras años de vacas flacas, el granero vuelve a llenarse y el turismo llega en tropel a ocupar las embarcaciones que esperan con desidia atracadas en las orillas del Nilo. Improvisan traslados, vuelos, excursiones ... y con un- "paciencia, disfrute el momento"-, un apretón de manos y un té con menta, todo vuelve a quedar zanjado.
Templo de Debod. Madrid. Abriendo boca...

Es un país caótico y empobrecido, el terrorismo ha infligido un daño terrible a la sociedad y economía egipcias, una nación con enormes deficiencias democráticas gobernado por un estado policial permanente, en mi opinión. Desde la primavera árabe donde el pueblo pedía "pan libertad y justicia", han pasado 7 años tras los cuales aún hay disidentes encarcelados y "lo que te rondaré morena". A pesar de todo ello, su patrimonio, de incalculable valor, es la principal fuente de ingresos, son 5.000 años de historia y 2.000 de turismo. Marco Antonio visitó las pirámides y Napoleón las puso de moda, desde entonces, Giza no conoce temporada baja.
Como es habitual para los caballas, nuestro viaje comenzó el domingo, un día antes de volar. Barco a las 6 am y tren Algeciras Madrid a las 8.30h, mas noche extra de hotel, tanto a la ida como a la vuelta.
catedral de la Almudena. Madrid


El Victoria 4 fue el primero, muy bien situado, cortesía de viajes Ilu con quien habíamos contratado el paquete vacacional y que, debido a cambios de última hora en la salida del charter, tuvieron la deferencia de no cobrarnos.
 Lo de los vuelos charters es de traca, primero que si sale a las 8 de la tarde y luego, cuando faltan 5 días, nos dicen que adelantan a las 2, claro, como Madrid lo tenemos a tiro de piedra... 
Una cola de 400 pasajeros con sombrero de Indiana Jones, botas montañeras y grandes expectativas por conocer el país norteafricano, nos encontramos en Barajas, al menos no llegaríamos de madrugada. Yo iba un poco mosca, pues en la fila de facturación empecé a charlar con uno y con otro y había gente de Catai, Politours,Tui... en fin, mil y un turoperadores con distintos planes para tanto turista.
Nada más aterrizar nos esperaban en el aeropuerto agentes de las distintas agencias con dieciocho mil listas. Tenían preparados los visados para pegarlos en el pasaporte y pasar el control policial, un sellito y a por el equipaje. Aquí fue donde descubrimos a Bea y Gonzalo, una pareja de Vigo que no aparecían en ninguna lista, menos mal que llevaban sus billetes electrónicos y sus bonos imprimidos, tuvieron que gestionar y pagar allí la visa. Tres listas más tarde, los López Reina pax 8 acabamos en manos de un señor de nombre Walid. Este sería en lo sucesivo nuestra cabeza de guia en este país. Moreno, de unos 40 años, andar ligero y barriguita prominente.  -¡Yallah yallah familia yallah yallah!- su grito de guerra que junto a su bastón con la llave de la vida, ANKH, nos llamaran al orden en las próximas jornadas.
Subimos al bus y nos helamos con la gran noticia:  no embarcábamos en el Moondance, nos cambiaban de barco, navegaríamos en el Royal Princess, "para nuestro beneficio". Aquello sentó fatal entre el grupo de españoles que ya viajábamos camino de la Corniche de Luxor. Protestas y promesas de motín a bordo entre un grupo bastante cansado deseando cenar algo y descansar. Llegamos a la nave tras dejar a otros viajeros en el Princess Sarah. Los maleteros esperaban en el embarcadero para hacerse cargo de bajar nuestras maletas por unas escaleras asesinas mientras  nos dirigimos raudos al comedor.

El buffet bien surtido con distintas viandas: ensaladas, verduras, carnes pescados y postres, esperaba nuestros baqueteados cuerpos maltrechos de tanto viaje. Probamos la cerveza, claro, Stela, grande y fresquita. Tras la cena de faraones, reparto de habitaciones y reunión con el guía en el salon bar de la cuarta planta. Me dirigí al camarote a asearme un poco antes de la reunión y cuál es mi sorpresa cuando las luces no encienden. Menos mal que un avispado camarero que pasaba por allí accionó un botoncito mágico y se hizo la luz. Habitación bastante amplia, dos camas cómodas, muebles elegantes, lámparas de pantalla y papel en las paredes un poco ajado en algunas zonas, un amplio balcón oculto tras unas cortinas rococó mas baño limpio con ducha de chorritos. Aire acondicionado a tope, tan a tope que esa noche lo quité y a pesar de ello, tuve que echarme la manta. No es coña, lo juro. Por poner una pega diré que se escuchaban los motores del barco, preguntando, que se llega a Roma, me enteré que en este tipo de embarcaciones tan pequeñas es habitual.


En la reunión todo quedó claro, los alemanes de Tui habían metido mas alemanes en el barco asignado a los españoles, ¿porque? nunca lo sabremos, tampoco es cuestión de amargarse las vacaciones desde el minuto uno porque nos haya tocado la opción B, más aún si no conocemos la A aunque seguro que era mejor...Lo que saqué en claro de esta reunión fueron tres cosas:  que el guía del grupo era resolutivo, tranquilo y torero, que madrugaríamos muy mucho, bastante a lo largo de los siete días restantes y que íbamos a disfrutar de cierta incertidumbre en este viaje.
Nos fuimos a dormir desilusionados por el cambio de barco y porque a pesar de la amabilidad del guía y del estupendo personal de servicio del barco,  no se habían cumplido las expectativas anunciadas por el mayorista.
Era noche cerrada cuando sonó el teléfono, miré el móvil que pregonaba las 6 de la mañana. De noche cerrada nada, descorrí las cortinas y un sol brillante me invitaba a salir al aire libre.
Bajamos a desayunar y casi sin apenas tiempo, estábamos embarcando en una lancha a motor desde la que se distinguían globos aerostáticos sobre la orilla Oeste, la Ribera del Ocaso, donde descansan las almas de los difuntos, allí nos dirigíamos. Unos 5 minutos de trayecto que en bus hubieran sido 45. No está mal.

Montes áridos y desérticos tuneados por las humildes viviendas de los trabajadores que antaño a fuerza de martillo y sudor horadaban la roca arrancandoles tumbas y templos colosales. La necrópolis de la antigua Tebas, capital del Imperio Nuevo, patrimonio mundial desde el año 79, puede que sea el mayor yacimiento arqueológico del mundo. El West Bank la llaman. Los turistas pertrechados en buses con aire acondicionado somos el anacronismo en estos parajes donde los habitantes ataviados con sus elegantes y cómodas chilabas aun viajan en burro y carreta, el ganado pasta en fértiles pastos junto a palmeras cuajadas de dátiles, el pan, según cuentan se inventó aquí, lo hornean como antaño y el desierto espera, paciente, unos pasos mas allá.



La bienvenida al Valle de los Reyes la recibimos de los colosos de Memnon, dos gigantescas y solemnes estatuas sedentes de  Amenhotep III. Presidían la entrada al templo del faraón que hace mas de 2.000 años se desmoronó en pedazos tras un fuerte terremoto. Las grietas producidas en las piedras monolíticas dejaban pasar el aire originando al amanecer sonidos similares a lamentos. Los viajeros griegos y romanos lo identificaban con los lloros de Eos, diosa del amanecer, madre de un héroe troyano llamado Memnon, por eso empezaron a llamar así a los colosos del faraón.  Hoy día una expedición europea trata de montar el puzzle del templo y demás colosos.

 Aquí dejo artículo de El Mundo donde explican esto: los colosos de Memnon

Medinet Habu nos espera. Su nombre nos sugiere un poblado, una medina, Habu es el nombre del lugar. Es un templo, casi una fortaleza, su historia confirma que la población de Tebas encontró refugio aquí con ocasión del estallido de la guerra civil. Fuertes murallas protegían el templo que Ramsés III ordenó construir sobre otro anterior, donde se veneraban a los dioses primigenios. Es uno de los lugares mejor conservados y sin embargo menos visitados por las hordas de turistas. El acceso es por el antiguo embarcadero, unas torres defensivas protegen la entrada.


Dibujos jeroglíficos en los muros que Walid nos muestra y enseña a leer. La primera cartilla de jeroglífico: ¿en que dirección leer? Hacia donde apunte el pajarito... Pues si, si los dibujos miran hacia la derecha se lee empezando por esta y viceversa. También aprendimos letras y símbolos como la flor de loto que representa el alto Egipto (al Sur) y el papiro, al bajo Egipto, (Norte Mediterráneo). Los números, algunas letras, los cartuchos con el nombre del faraón, pasar al femenino una parrafada o un nombre....
Son las 8 de la mañana y el calor ya empieza a jugar su partida. Vamos buscando la más mínima sombra para refugiarnos de un sol incandescente y castigador que apenas deja levantar la vista para admirar los frisos y dinteles, todavía conservan los coloridos frescos faraónicos. El dibujo del buitre alado se repite sin cesar, representa a la diosa Nekhbet protectora del Alto Egipto, este símbolo junto con la diosa cobra Wadjet protectora del bajo Egipto, lo utilizaban las damas reales en sus tocados para remarcar su aspecto divino.

 Tras la primera lección aprendida llega el amplio recinto con la sorpresa implícita del gran pilono. Sesenta y tantos metros de ancho por más de 20 en altura con un Ramses sacrificando al enemigo frente a los dioses. A  un lado del portón, luce la corona del Alto Egipto, en el otro la del Bajo. A un lado, los enemigos son asiáticos, en el otro africanos. A un lado el dios Ra, al otro Amón. Milenarios bajorrelieves que encogen el oremus y te llevan en volandas a otro tiempo en este lugar lleno de vida, poder y misterio.


El primer patio luce vestido de columnas engalanadas con estatuas del faraón convertido en dios, aún guarda frescos y bajorrelieves decorados, sobre todo en pasillos laterales resguardados y algunos capiteles. Walid nos traduce la historia que nos están narrando calladamente pilonos, columnas y muros sobre las hazañas del rey. Miles de manos y penes se amontonan en otra cara de la pared, así contaban a los enemigos caídos y lo registraba el escriba de turno. Batallas navales y terrestres, escenas de caza, descripciones de fiestas y costumbres lúdicas en honor a los dioses... si hay un lugar del mundo donde las piedras hablen es aquí, en Egipto. El Sancta Sanctorum es el final, el templo se ha ido estrechando, oscureciendo, el suelo subiendo lentamente y el techo bajando, buscando un punto de unión entre cielo y tierra , una profunda perspectiva allí donde sólo penetra el faraón para comunicarse con los dioses, el es el elegido, es el pontex.


Ya me está invadiendo el mal de Sthendal, se que es imposible ver todo, historia antigua y fotografía, mis dos pasiones juntas de la mano en una tierra bendecida por el Nilo. ¡que bonito es esto!.

Para saber más sobre el templo de Ramses III: Medinet Habu



La necrópolis tebana se extiende bajo el monte que los árabes denominaron del Cuerno, Al Qurn. Un pico similar al de una pirámide, protegido por un desfiladero fácil de vigilar donde tres dinastías sucesivas XVIII, XIX Y XX, se prepararon sus residencias para la otra vida. Cada túmulo tiene un solo fin, asegurar que el rey alcance con éxito el "mas allá" y se encuentra ligado umbilicalmente a un templo no escondido, cercano donde llevar a cabo los ritos funerarios. Los mausoleos son mas importantes que los palacios, "son para la eternidad", por eso no miraban en gastos al construirlos. Los más antiguos están cerca de la cima, los de los más jóvenes, por decir algo,  en el valle.
Ya son las 9.30, el calor aprieta, no se puede prescindir del gorro ni de la botella de agua. Están prohibidas las fotos, dejamos las cámaras en el bus, permiten el móvil pero si te pillan pagas, y hay vigilantes por todos lados aunque a veces un par de euros soluciona el problema.
 Al entrar al recinto, una enorme maqueta de la montaña en metacrilato transparente informa sobre el posicionamiento y longitud de cada una una de las tumbas, es un mapa en 3D.

Montamos en un coche con bagonetas que nos acerca al pie del monte. Walid reparte entradas y nos lleva andando a un lugar alejado donde podemos sentarnos a la sombra. Sólo algunos visitantes suben hasta aquí. Allí nos explica lo que era el concepto de la vida tras la muerte para esta civilización y lo que vamos a ver.


Con una entrada dejan acceder a 3 tumbas, no todas están abiertas. La más famosa, la KV62 del Rey Tut se paga a parte, es pequeña y no tiene más interés que quien la ocupó, un faraón del que nadie sabía nada hasta que aparecieron los escalones. La mejor, la de Seti I cerrada por restauración, aunque cuentan que con permiso especial y pasando por caja se puede ver. Conoceremos la de Ramses III, KV11, Meremthap KV8 y Ramses IX, KV6. A por ellas.

La de Ramses III la de los arpistas, así la llamaban los primeros turistas, antes de que se hubiera encontrado siquiera la piedra Roseta. Dos músicos ciegos que entonan melodías alabando las virtudes del faraón que reinó durante 30 años. Hubo tiempo para engalanar su tumba, resultando ser sus paredes de una delicadeza y pulcritud maravillosas. Los colores blancos y dorados continúan perfectos, el techo azul con estrellas doradas sigue prácticamente intacto.


 Ramsses III es el último gran faraón que dió la historia, fue un gran gobernante y guerrero pero no pudo evitar sufrir una huelga de obreros aquí, en el valle, tanta guerra dejó sin diezmos al reino para pagar sueldos. Parece ser que murió víctima de una conjura perpetrada en su harén. Mas de una mujer gobernando la casa no es nada aconsejable. Recientemente se ha analizado su momia y descubierto un tajo en la garganta insuperable, ni siquiera con magia faraónica.

 Dejo enlace al documental:  la conjura del haren

Las tumbas se iban construyendo por tramos, no fuera a ser que el señor dejara "el mas acá" antes de tiempo y hubiera que acabar todo en los 70 días que duraba la momificación. Por eso, en la misma orilla, en Deir el Medina, habitaban los magníficos artesanos, picapedreros, escultores, dibujantes, pintores....responsables de estas bellezas que hemos heredado. Se comenzaba buscando por medios casi mágicos con ritual incluido el lugar idóneo, allí se empezaba a picar y a tramos de 5 metros, se remataba la obra totalmente antes de seguir, por tanto, a faraón más longevo, mejor era la tumba. A veces, se topaban, entre tanto picapedreo a ciegas, con otra tumba anterior, como ocurrió en el caso de esta que nos ocupa y tuvieron que modificar el eje de excavación. Nada más fallecer un rey, se empezaba la tumba del siguiente, para que no les pillara el toro, debía de ser muy malo en aquellos tiempos ponerse delante de un Ramses mosqueado.


 Llegar al final del pasillo y contemplar la cámara mortuoria con el sarcófago enorme en granito, cuarcita o similar es un hito. Suele haber bastante público por lo que no dejan entrar a los guías, solo a los turistas en fila india y sin pararse mucho, en un circuito continuo. De vez en cuando ves una chilaba y escondes el móvil, aunque muchas veces te enganchan y obligan a borrar fotos o sacar el monedero.

para saber mas sobre esta tumba: KV11 Ramses III

No se si hace mas calor fuera o dentro. La humedad que aportamos con nuestra simple transpiración no debe ser buena para estas maravillosas paredes  protegidas por cristales de metro y medio de altura, la luz cenital ambienta maravillosamente el recinto.
Cambiamos de escenario, vamos a la KV8, allí descansaba el rey Merenthap, sucesor de  Ramses II el grande. Debido a la longevidad de su padre, ascendió al trono siendo ya anciano, aunque algo duró. A esta tumba nos costó bajar, es bastante honda, pero más costó subir. La cámara sepulcral es enorme y tiene un inmenso sarcófago de granito gris. Es muy bonita.

más información: KV 8 Meremtaph

Nos queda una, Walid nos aconseja la KV6 perteneciente a Ramses IX, es una de las mas visitadas en el valle de los reyes y después de tanto baja y sube, esta es de fácil acceso. Tiene de interesante el techo astronómico.

mas info: KV6 Ramsés IX

 video sobre el valle: el valle de los reyes video

 Dejamos el Valle de los Reyes para dirigirnos al otro lado del río, a Luxor así bautizada por los árabes, cuando llegaron a la capital del imperio preciosa luciría  que la nombraron "Los Palacios". Antes, paradiña en el templo más vistoso de todos, el de la reina Hatshetsup, la única mujer faraón conocida hasta hoy dia. Faraona nada más hubo una y era española, Lola Flores. La reina Hatshetsup  fue una gran esposa real y luego decidió ser faraón. Se puso la barba postiza, se vistió de hombre y eliminó todas las desinencias femeninas de sus nombres y títulos. Reinó durante 22 años dando paz y prosperidad a su país. Fue buena gobernante, bastante lista y espabilada, se adjudicó un origen divino para justificar su ascenso al trono  a pesar de ser hija de Tutmosis I y esposa del II. Construyó su templo funerario a un lado de la montaña y en el anverso, su tumba, donde luego los sacerdotes tebanos escondieron un montón de momias de faraones que ya tenían sus túmulos bastante profanados. Contemplamos embobados las majestuosas rampas escalonadas. No llevamos este mausoleo incluido en el itinerario, una pena. Walid nos consuela contándonos que es bonito desde esta vista, dentro, está todo picado pues la faraón fue transgresora de costumbres y sufrió "damnatio memoriae". Solo vimos un fragmento de su cara perteneciente a una enorme estatua en el museo de antigüedades de El Cairo.



Un kit kat antes de cruzar al otro lado para visitar una rudimentaria fábrica de alabastro. Primero nos muestran el proceso y luego nos invitan a entrar en la tienda, incluso a tomar un té con hierbabuena. Estantes atestados de pequeñas y grandes figuras representando dioses y faraones, tablillas, vasos canopos, jarrones, lámparas, tazas y una gran mesa con escarabajos multicolores. Sefi se fue derecha a esta y negoció el precio para comprar uno para cada una. Walid se encargó de traducir y llegar al precio final donde el vendedor aseguraba no haber vendido nunca ninguno tan labrado y perfecto por debajo de este valor. El mio luce precioso en mi vitrina.


Esta vez si cruzamos por el puente.Ya son más de las 12 y aun nos queda por descubrir dos lugares muy interesantes, los templos de Luxor y Karnak separados por la avenida de las esfinges, un boulevard de 3 km de longitud entre uno y otro, escoltado por mil y pico de estas esculturas maravillosas, aún cubiertas, en algunos tramos, por casas particulares que el gobierno anda expropiando.

Mi intelecto anda ya pidiendo energía, estoy tan saturada que no me entero prácticamente de nada de lo que Walid explica a la tenue sombra de una palmerita canija frente a los imponentes pilonos del templo de Luxor, tampoco me quedan muchos arrestos para mirar por el objetivo de la cámara. Intento prestar algo de atención aunque el entorno me tiene fascinada, oigo que muchos faraones dejaron su impronta en estos templos para llevarse bien con el clero tebano que mandaba lo suyo. Trato de recordar lo que aprendí en cuarto de bachiller y me viene a la memoria Ramses II el grande, el fue quien hizo brillar este santuario comenzado por Amenofis o Amenhotep III y dedicado al dios Amón- Ra, también recuerdo que es al que le falta el obelisco que Champollion eligió para llevar a la Concordia de París y lo último, que conserva aún frescos de cuando se convirtió en basílica en vida del emperador romano Domiciano. Le ha pasado tanta historia por encima desde que estaba en su máximo esplendor hace 4.000 años que cada piedra es capaz de contar mil anécdotas distintas.

Luxor es maravilloso, elegante, señorial y fuerte, muy fuerte. Los romanos lo convirtieron en castrum, un cuartel donde guarecer a sus ejércitos y un templo donde adorar a sus dioses, los cristianos en basílica, los árabes en mezquita, aún celebran rito, escuchamos la oración mientras visitabamos el hipogeo.



A la entrada, Ramsés II desde sus casi 16 metros contempla impasible al visitante que se le acerca, así ha sido durante mas de 4.000 años. En el pilono posterior se narra la batalla de Quadesh contra los hititas, que casi pierde aunque siempre presumió de ganar.


para saber mas :templo de Luxor

Ya es tarde, Walid avisa al barco que tenía que zarpar a las 13h para que nos esperen a comer a las 14.30h, vamos muy retrasados y aun nos queda la joya de la corona, Karnak. El templo de los templos, el lugar mas venerado, dedicado a la trilogía de Amón: él, su esposa Mut y su hijo Khonsu. Unos treinta faraones contribuyeron a su engrandecimiento. Entrar en Karnak , contemplar su maqueta y acceder por el paseo de las esfinges carneros, representación del dios en su forma animal ya merece la pena, en realidad todo merece la pena....

El templo tiene 6 pares de pilonos en este mismo eje Norte-Sur, y otros cuatro más en el transversal. El primero que nos encontramos, y último en construirse, no cuenta con adorno alguno, ni siquiera está acabado, en la parte de atrás quedó la rampa de construcción, terminado hubiera sido enorme, de unos 40 metros de alto, 100 de ancho y 15 de grosor, manías de los faraones de construir mas grande, mas alto, mas ancho, mas largo que su antecesor. Las arenas del desierto cubrieron el templo que durante siglos permaneció enterrado casi en su totalidad,  hoy podemos apreciar en algunas columnas y monolitos la huella del Sol que, pesadito el, cambió la tonalidad de las piedras.
En el primer patio, además de capillas para guardar barcas y un par de columnas inacabadas vemos un coloso que representa a un sumo sacerdote Pinedyem I , virrey de Khush, el poderío de Tebas rivalizaba con los faraones, mejor tenerlos de aliados.


y una altíiiisima e inmensa columna, la de Taharqo, en cuyo capitel caben unas 200 personas de pie.


 Por fin llegamos a lo más retratado de todo Egipto junto con las pirámides, la sala hipóstila de 5.400 metros cuadrados de Karnak. Pasear entre las 134 colosales columnas es más que una delicia, me hubiera quedado horas admirándolas.

Las doce centrales son mas altas y anchas, elevaban el techo hasta los 23 metros, sus capiteles totalmente abiertos, recuerdan la flor emblemática, conforme miras hacia los lados, la corola se va cerrando.  Es en este maravilloso entorno donde eran coronados los reyes de Tebas.

Cruzamos el tercer pilono que hoy día es prácticamente una montaña de escombros aunque antaño estuviera cubierto de plata y oro, un patio con el obelisco de Tutmosis I de 20 m, pasamos el cuarto y  otra joya casi perfecta, el obelisco de Hatshetsup, mas alto que el anterior, de 30 m y que su sucesor tapó con ladrillos para que nadie recordara a la reina faraón, por eso esta perfecto, el sol solo decoloró la punta.

Los monolitos representaban rayos petrificados, eran extraídos de las canteras de Asuán y transportados por el río, desde luego con bastantes dificultades, son cientos de toneladas en una sola pieza.
 Aquí, a los pies del rayo pétreo de la señora faraón, a unos 38 grados a la sombra del mediodía, Walid me señaló con el bastón ankh y me transformé en la reina. Así aprendimos la historia de Hatshetsup, antecesores y sucesores,  Tutmosis I , II y III e hijas.

Y llegamos al final, santuario sagrado donde solo entraban los sacerdotes y el faraón.
Un lago artificial frente al escarabajo sagrado representación de la resurrección, del dios Sol que nace cada dia, nos despiden de Karnak. Algunos minutos para tomar  fotos y volvemos al barco, ha sido una intensa y fructífera mañana, llena de emociones en la que el guía ha sabido llevarnos casi en volandas por una civilización mágica, experta en astronomía, medicina y arquitectura cuando el resto del mundo aun andaba en pañales.
Nos quedan horas de navegación hasta Edfú próxima parada, atravesando la esclusa de Esna donde de dos en dos naves, subiremos de nivel.

La navegación por el Nilo es una gozada, nada que ver con esos cruceros marítimos multitudinarios. El Nilo fluye tranquilo, el paisaje se desliza por mi retina con sosiego, paz, sin ruido, dejando mil y una imagen mágicas grabadas a fuego. El Nilo es un río de vida,  historia líquida que une dos mundos y alimenta imperios.



Después del almuerzo intento descansar un rato, imposible, el paisaje que veo desde el balcón me hace subir a cubierta con la máquina de fotos y mi mejor objetivo. El dios Ra está arriba del todo, hace calor, busco la sombra del bar terraza. Parte de nuestro grupo se encuentra descansando cómodamente en las hamacas de la piscina cubiertas por toallas turquesas de mullido algodón egipcio. Mª José y Leire, de Euskadi, Gabriel y su chica, Mª José, gente estupenda, eso tenemos los españoles, que enseguida hacemos grupo y sabemos pasarlo más que bien. También andan por allí Miguel Ángel y Filo, pareja del Sur, de Sevilla. Los camareros con sus impolutas camisas blancas y pajaritas van y vienen sirviendo tes, cocteles y cafés. Empezamos a oír voces, unas barcazas con vendedores se han enganchado al barco y quieren que les compremos manteles y chilabas. Hablan en español:¡Maria compra mantel barato! Son muy simpáticos. La gente de Egipto es amable y encantadora a pesar de lo que están pasando.


 Un crucero por este río es una maravillosa experiencia, el paisaje de ambas orillas cuajado de palmerales, juncos, casitas de colores llamativos, embarcaderos aquí y allá, vacas pastando en mitad de cualquier islote, barcazas, falucas con velas desplegadas al soplar la menor brisa, chiquillos que andan jugando y adultos paseando en la corniche que saludan con aspavientos y grandes sonrisas...


El sol va cayendo, sobre las 6 de la tarde ya casi es de noche, en un rato las estrellas salen a jugar con la Luna, esto es puro relax. Estamos plácidamente sentados en la terraza,  no hace falta ni hablar, el atardecer tiñe con su magnífica gama de colores amarillentos, celestes y rosados un horizonte de película, las aguas se oscurecen. Dan las 8, debemos bajar a cenar.


fotos de Luxor Luxor 9.10.18

índice de Egipto 2018: