¿Que ocurriría en este país si nuestros brillantisimos políticos de turno decidieran unilateralmente hacer una presa en el río Guadalquivir? Seguro que la mayoría nos quedaríamos primero estupefactos y después montaríamos la "marimorena" intentando parar el desastre, viendo que tendríamos que utilizar aletas, gafas y tubos de snorkel para visitar la Giralda o el puente de Triana. Algo así fue lo que tuvo que acontecer a finales de los 50 del siglo pasado en Egipto cuando el gobierno se decidió a construir la presa alta de Asuán en colaboración con la difunta URSS. Los que suelen discurrir dos veces las cosas, vieron venir a galope el desastre.
Abu Simbel en su emplazamiento original |
Abu Simbel siglo XIX lámina. |
Una gran parte del patrimonio cultural de Egipto en peligro inminente y sin un duro para poner remedio. Por fortuna, la UNESCO, creada justo al finalizar la contienda, se hizo eco del desastre anunciado por la élite cultural y la llamada internacional tuvo una respuesta multitudinaria, millones de dólares del la época, (60 solo para Abu Simbel) y 900 personas con pasaporte de 22 naciones distintas llegaron a Nubia remontando el río (entonces no había ni aeropuerto ni carretera). Enviaron a sus mejores expertos que se agruparon en 40 equipos y se remangaron las camisas.
Gracias a ello hoy, jueves 11 de octubre, nos encontramos transitando una larguísima carretera recta que nos adentra en el desierto nubio. No se ve nada mas que arena, rocas, rocas, arena y mas arena, el cielo y unas serpiente negra de asfalto que rompe el horizonte en dos.
Lo que leo en todas partes de que Debod fue un regalo de Egipto a España por participar en el rescate de los templos nubios, que se lo cuenten al ministro de exteriores de Franco. Creo que aquella historia se puede resumir de manera amable en esa frase, aunque las negociaciones fueron de sudor y lágrimas. Debod estaba en la isla Elefantina metido en cajones de madera casi sin orden ni concierto, tal como lo dejaron los polacos, se pegó allí la friolera de 10 años hasta que atracó en el puerto de Valencia. Lo reconstruyeron en Madrid, una mala decisión a mi parecer pues, por muy maravilloso que luzca, hay ubicaciones mucho mas adecuadas en España, de clima mas parecido al original, con el mismo turismo o más que Madrid y mucha menos polución, donde se conservaría mejor.
El dia ha debutado con pie izquierdo. A las 4 am estábamos sentados en el bar-cafetería del crucero tomando café, haciendo hora, por lo menos media, para recoger a los demás integrantes del grupo con los que viajaríamos al Sur. Nos dice Walid que vienen destrozados, la nave se les averió en Esna, las visitas de ayer, Edfú y Kom Ombo las hicieron en bus. El mayorista decidió cambiarles de barco y cuando volvieron por la tarde a Esna a recoger las maletas se las encontraron secuestradas. Son las 4.30 de la mañana y acaban de llegar a Asuán. Dejan sus equipajes en la nueva nave y suben a nuestro bus. Llevan 24 horas sin pegar ojo y dispuestos a esta nueva paliza. Hay valientes, de verdad. las reclamaciones la semana que viene, ahora "carpe diem".
Con tanto meneo, nos amanece cruzando sobre la presa de Asuán, desde ella contemplamos el espectáculo del templo de Filae, dedicado a la diosa Isis, otro de los que hubo que cambiar de isla para alzarlo y que mostrara sin pudor su belleza a los ojos de estos turistas del siglo XXI. Unos kilómetros más allá comienza la basta extensión del desierto, con un sol naciente en perspectiva se hace el silencio en el bus, todos dormimos plácidamente.
Lo que leo en todas partes de que Debod fue un regalo de Egipto a España por participar en el rescate de los templos nubios, que se lo cuenten al ministro de exteriores de Franco. Creo que aquella historia se puede resumir de manera amable en esa frase, aunque las negociaciones fueron de sudor y lágrimas. Debod estaba en la isla Elefantina metido en cajones de madera casi sin orden ni concierto, tal como lo dejaron los polacos, se pegó allí la friolera de 10 años hasta que atracó en el puerto de Valencia. Lo reconstruyeron en Madrid, una mala decisión a mi parecer pues, por muy maravilloso que luzca, hay ubicaciones mucho mas adecuadas en España, de clima mas parecido al original, con el mismo turismo o más que Madrid y mucha menos polución, donde se conservaría mejor.
El dia ha debutado con pie izquierdo. A las 4 am estábamos sentados en el bar-cafetería del crucero tomando café, haciendo hora, por lo menos media, para recoger a los demás integrantes del grupo con los que viajaríamos al Sur. Nos dice Walid que vienen destrozados, la nave se les averió en Esna, las visitas de ayer, Edfú y Kom Ombo las hicieron en bus. El mayorista decidió cambiarles de barco y cuando volvieron por la tarde a Esna a recoger las maletas se las encontraron secuestradas. Son las 4.30 de la mañana y acaban de llegar a Asuán. Dejan sus equipajes en la nueva nave y suben a nuestro bus. Llevan 24 horas sin pegar ojo y dispuestos a esta nueva paliza. Hay valientes, de verdad. las reclamaciones la semana que viene, ahora "carpe diem".
Con tanto meneo, nos amanece cruzando sobre la presa de Asuán, desde ella contemplamos el espectáculo del templo de Filae, dedicado a la diosa Isis, otro de los que hubo que cambiar de isla para alzarlo y que mostrara sin pudor su belleza a los ojos de estos turistas del siglo XXI. Unos kilómetros más allá comienza la basta extensión del desierto, con un sol naciente en perspectiva se hace el silencio en el bus, todos dormimos plácidamente.
No vamos en convoy, transitamos sin más escolta que conductor y guia, con ellos debe ser suficiente aunque si que paran en los controles donde les piden santo y seña. Mas bien la policía busca la matrícula del vehículo en los papeles y dan el visto bueno, si puede ser con alguna propinilla incluida.
Unas dos horas y media más tarde me despierto, estamos llegando, nuestro guia comienza a contar por el micro la historia de Ramsés II, (el contemporáneo de Moisés) sus faraónicas obras, guerras y familia, se acabó la siesta. Aprovechamos para desayunar, el bus no para en todo el camino. Los del hotel flotante nos han dado unos picnics-desayuno con un montón de comida, mi bolsa pesa un quintal, además de 8 bocadillos de panes variados con queso fresco, mortadela egipcia y embutidos no identificados, encuentro una botella de agua, un zumo, una pera, un plátano, pepino, dátiles, otra fruta que no se lo que es, huevos duros y dulces. Tengo comida para dos días.
Unas dos horas y media más tarde me despierto, estamos llegando, nuestro guia comienza a contar por el micro la historia de Ramsés II, (el contemporáneo de Moisés) sus faraónicas obras, guerras y familia, se acabó la siesta. Aprovechamos para desayunar, el bus no para en todo el camino. Los del hotel flotante nos han dado unos picnics-desayuno con un montón de comida, mi bolsa pesa un quintal, además de 8 bocadillos de panes variados con queso fresco, mortadela egipcia y embutidos no identificados, encuentro una botella de agua, un zumo, una pera, un plátano, pepino, dátiles, otra fruta que no se lo que es, huevos duros y dulces. Tengo comida para dos días.
Abu Simbel es Ramsés II. No hay Egipto sin Ramsés igual que no hay Roma sin César. No hay lugar del país donde no esté escrito su nombre como no hay lugar de su imperio que él no hiciera mas grande. El mejor faraón de todos los tiempos. Hoy conoceremos a un mito, un rey cuyas leyendas se acercan tanto a lo real que lo hacen irresistible. El paso del tiempo lo convirtió en un héroe, en un dios nacido entre las arenas del desierto.
Seti I, segundo faraón de la dinastía XIX, ramésida, no estuvo en el poder demasiados años, dejando el trono en manos de su joven hijo Ramsés II al que desde pequeño ya había preparado para gobernar. A los 10 años era general de los ejércitos, pronto se convirtió en un líder respetado por todos. Como militar consiguió mantener las fronteras de su país incluso expandirlas, como rey y constructor logro divulgar la cultura faraónica incluso a países vecinos como Libia o Palestina, creando un periodo de esplendor que ningún otro gobernante lograría jamás.
Fue el más longevo y prolífico de todos los faraones, en una época en la que la esperanza de vida era de unos 35 años tirando por lo alto, llegó a los 90, tuvo que enterrar a muchos miembros de sus familia, entre ellos a su amada y preferida gran esposa real Nefertari, "por la que brilla el Sol". Una tumba, la KV5 cercana a la suya en el Valle de los Reyes, acoge a muchos de sus 152 hijos e hijas. Su momia, expuesta hoy en el museo de antigüedades de El Cairo, hace unos años comenzó a deteriorarse, la solución la tenían en París por lo que allá la trasladaron aunque no sin antes gestionarle un pasaporte, (cosas de los gabachos), le recibieron con honores de jefe de estado, como correspondía, sin duda.
Ramses debió ser un megalómano monumental, todas sus acciones iban encaminadas a engrandecer su figura y dejar huella en el mundo. No dudó en usurpar edificios, inscripciones y estatuas de otros faraones, incluido su padre. Llevó a cabo la sala hipóstila de Karnak proyectada por Seti I, ampliando tanto este templo como el vecino en Luxor, aportó sus megalíticas estatuas a los pilonos de entrada para que el pueblo pudiera adorarle, en Abydos le dedicó otro santuario a Osiris, se construyó su propia capital Pi Ramsés, levantó en Tebas el Rameseum, su templo funerario además de ordenar las tumbas de Nefertari (QV66) una de las mas hermosas segun cuentan del Valle de las Reinas, la suya propia y la de sus hijos, rematando la faena con ocho speos en Nubia de los cuales el mas grande, Abu Simbel lo situó justo en la frontera, para que todo el que llegara supiera dónde se metía y quien mandaba.
Bajarse del bus y aparecer los vendedores todo es una, lo malo es que tras 200 minutos de encierro viajero vamos desesperados buscando los WC, no hay quien aguante. En todos los servicios de los lugares visitados hasta ahora, suele haber corrillos en la puerta, los cuidadores piden propina, yo voy pertrechada con mis monedas de 50 céntimos y euro, les digo que pago a la salida y entonces te dan un trozo de papel higiénico. En los lavabos, la señora de turno abre el grifo para que te asees y te da gel. Algunos servicios están mejor y otros peor. En el Valle de los Reyes vi a un señor que entraba con un cubo de lejía a desinfectar, aquí una chica anda limpiando. Tratan de mantener lo que tienen como pueden, pero vamos, mucho mas estropeados los he visto en países tan "civilizados" como Italia o Francia.
Enfilamos por el camino que nos lleva a las colinas, el enorme lago Nasser, un "mar" infestado de cocodrilos, completa el escenario esta mañana. Sus aguas azul brillante contrastan con las cálidas arenas desérticas y ese sol dorado radiante, implacable que ya comienza a apuntar al mediodía. Dan ganas de quitarse los trapos de encima y darse un buen baño.¡Si no fuera por los cocodrilos a ver quien se resistía!
Estoy como una chiquilla de ocho años el dia de Reyes, demasiadas sensaciones se agolpan en mi cabeza, trato de racionalizar y que vayan entrando de una en una.
Llegamos a la explanada, detrás mío las aguas azulísimas del lago, delante dos megaconstrucciones, el templo grande con sus cuatro colosos sedentes tocados con el nemes y la doble corona de ambas tierras, a su derecha el templo menor con seis imágenes de 10 metros, cuatro del faraón y dos de Nefertari hieráticos en su postura, adelantan una pierna, parece que quieran desprenderse de la pared para venir a recibirnos. Este lugar es un regalo maravilloso de Ramsés para toda la humanidad que nos ha alcanzado hoy a nosotros en el tiempo, a través de los siglos, de los milenios. Abu Simbel es colosal, no encuentro palabras para describirlo.
Los rostros de los cuatro, mejor dicho, de los tres que se ven, son muy parecidos, no se como lo consiguieron pero lo consiguieron. A los pies de cada uno a tamaño un poco más grande del original, colocaron a los miembros de su familia favorita, su esposa Nefertari, una joven noble con la que se casó siendo adolescente, su madre, sus hijos de nombres un tanto enrevesados etc.Unos relieves muy significativos muestran a prisioneros de guerra africanos.
La historia de amor de Ramsés y Nefertari es extraña para el uso de aquel momento, lo que se cuenta es cuánto la quería él, no sabemos si era correspondido. Cierto es que el faraón le otorgó un montón de títulos a su amada como por ejemplo los de "princesa heredera", "esposa del rey", "esposa del dios", "soberana de las dos tierras", "la bien amada por Mut", "por la que brilla el sol".., le fabricó la mejor morada para el más allá que existe y existirá en el Valle de las Reinas y que le dedicó el templo pequeño de Abu Simbel, a ella y a la diosa Hathor, Nefertari luce aqui en la misma dimensión y estatura que su "primer y único" esposo. Parece ser que ella murió antes de finalizar la obra, no sabemos si de alguna enfermedad espontánea o inducida por el clan de otra esposa real, Isis-Nefert. Dicen que el faraón andaba inconsolable, tanto, que a pesar del harén que tenía en casa, se casó con dos de las hijas que le dió Nefertari. Digo yo que se parecerían a la madre....
Entre sus muchas bodas, tuvo algunas con princesas hititas como parte del "acuerdo de paz y no agresión más colaboración" que firmó con el pueblo hitita, que casi le comen por patas cuando en el quinto año de su reinado se liaron a trompazos en Quadesh. Acuerdo de paz que consta como el más antiguo de la historia, en el que Nefertari tuvo algo que ver.
En mitad de la fachada, vemos al dios Ra ,con cabeza de halcón y circulo solar en lo alto flanqueado a ambos lados por bajorrelieves del faraón adorándole. Cruzamos la puerta y entramos a la sala hipóstila, la única luz que penetra en el templo es la de esta entrada, la vista se acostumbra en unos segundos y es cuando aparecen a nuestros ojos las ocho columnas osíricas de 10 metros de altura con el rostro del faraón, cuatro a cada lado. Cruzan sobre el pecho el flagelo y el cetro del dios. Las de la derecha con la corona blanca del Alto Egipto, las de la izquierda portan la doble corona que unifica las dos tierras.
Seti I, segundo faraón de la dinastía XIX, ramésida, no estuvo en el poder demasiados años, dejando el trono en manos de su joven hijo Ramsés II al que desde pequeño ya había preparado para gobernar. A los 10 años era general de los ejércitos, pronto se convirtió en un líder respetado por todos. Como militar consiguió mantener las fronteras de su país incluso expandirlas, como rey y constructor logro divulgar la cultura faraónica incluso a países vecinos como Libia o Palestina, creando un periodo de esplendor que ningún otro gobernante lograría jamás.
Fue el más longevo y prolífico de todos los faraones, en una época en la que la esperanza de vida era de unos 35 años tirando por lo alto, llegó a los 90, tuvo que enterrar a muchos miembros de sus familia, entre ellos a su amada y preferida gran esposa real Nefertari, "por la que brilla el Sol". Una tumba, la KV5 cercana a la suya en el Valle de los Reyes, acoge a muchos de sus 152 hijos e hijas. Su momia, expuesta hoy en el museo de antigüedades de El Cairo, hace unos años comenzó a deteriorarse, la solución la tenían en París por lo que allá la trasladaron aunque no sin antes gestionarle un pasaporte, (cosas de los gabachos), le recibieron con honores de jefe de estado, como correspondía, sin duda.
Ramses debió ser un megalómano monumental, todas sus acciones iban encaminadas a engrandecer su figura y dejar huella en el mundo. No dudó en usurpar edificios, inscripciones y estatuas de otros faraones, incluido su padre. Llevó a cabo la sala hipóstila de Karnak proyectada por Seti I, ampliando tanto este templo como el vecino en Luxor, aportó sus megalíticas estatuas a los pilonos de entrada para que el pueblo pudiera adorarle, en Abydos le dedicó otro santuario a Osiris, se construyó su propia capital Pi Ramsés, levantó en Tebas el Rameseum, su templo funerario además de ordenar las tumbas de Nefertari (QV66) una de las mas hermosas segun cuentan del Valle de las Reinas, la suya propia y la de sus hijos, rematando la faena con ocho speos en Nubia de los cuales el mas grande, Abu Simbel lo situó justo en la frontera, para que todo el que llegara supiera dónde se metía y quien mandaba.
Bajarse del bus y aparecer los vendedores todo es una, lo malo es que tras 200 minutos de encierro viajero vamos desesperados buscando los WC, no hay quien aguante. En todos los servicios de los lugares visitados hasta ahora, suele haber corrillos en la puerta, los cuidadores piden propina, yo voy pertrechada con mis monedas de 50 céntimos y euro, les digo que pago a la salida y entonces te dan un trozo de papel higiénico. En los lavabos, la señora de turno abre el grifo para que te asees y te da gel. Algunos servicios están mejor y otros peor. En el Valle de los Reyes vi a un señor que entraba con un cubo de lejía a desinfectar, aquí una chica anda limpiando. Tratan de mantener lo que tienen como pueden, pero vamos, mucho mas estropeados los he visto en países tan "civilizados" como Italia o Francia.
Enfilamos por el camino que nos lleva a las colinas, el enorme lago Nasser, un "mar" infestado de cocodrilos, completa el escenario esta mañana. Sus aguas azul brillante contrastan con las cálidas arenas desérticas y ese sol dorado radiante, implacable que ya comienza a apuntar al mediodía. Dan ganas de quitarse los trapos de encima y darse un buen baño.¡Si no fuera por los cocodrilos a ver quien se resistía!
Abu Simbel es una de esas raras joyas que son difíciles de creer cuando las contemplas por primera vez. Bajamos la cuesta, voy observando como se hace grande la enorme construcción ideada por los ingenieros de la UNESCO, la bóveda que da soporte a la montaña artificial donde alojaron el templo y entonces me quedo quieta, contemplo el perfil de Ramsés en la lejanía, mi cerebro convierte las dimensiones, no me engaña, es fabuloso. Entran ganas de salir corriendo para acercarse, de estirar los brazos en un gesto de abarcarlo todo, sonríes, miras a los demás, no puedes creer lo que ves aunque lo ves... Emociona, encandila, embruja... es un subidón de endorfinas colosal. Ahora entiendo a aquella japonesita que un dia al bajarse del bus en el mirador de San Nicolás lloraba desconsolada contemplando la Alhambra. Las emociones dominan. Doy gracias a todos los dioses por esta majestad.
Estoy como una chiquilla de ocho años el dia de Reyes, demasiadas sensaciones se agolpan en mi cabeza, trato de racionalizar y que vayan entrando de una en una.
Llegamos a la explanada, detrás mío las aguas azulísimas del lago, delante dos megaconstrucciones, el templo grande con sus cuatro colosos sedentes tocados con el nemes y la doble corona de ambas tierras, a su derecha el templo menor con seis imágenes de 10 metros, cuatro del faraón y dos de Nefertari hieráticos en su postura, adelantan una pierna, parece que quieran desprenderse de la pared para venir a recibirnos. Este lugar es un regalo maravilloso de Ramsés para toda la humanidad que nos ha alcanzado hoy a nosotros en el tiempo, a través de los siglos, de los milenios. Abu Simbel es colosal, no encuentro palabras para describirlo.
Walid nos agrupa frente al templo grande para explicarnos lo que vemos y que encontraremos dentro, el no puede entrar, simplemente no dejan para evitar aglomeraciones puntuales que perjudiquen los relieves. Mientras habla, yo sigo con la vista clavada en el rostro del "más grande" que me tiene embobada. Debía ser muy joven cuando ordenó la construcción de este templo rupestre, he leído que fue en el quinto año de su reinado.
Los egipcios no contaban los años como nosotros, cada vez que subía al trono un faraón comenzaban, borrón y cuenta nueva: año primero del faraón Seti I, año segundo....También existía una lista oficial de faraones de la que echaron a mas de uno y no se supo de ellos hasta tiempos recientes como a Hatsepsut, Akenaton el hereje o su hijo Tutankamon, descubiertos a base de estudios y trabajos arqueológicos.
Nos acercamos a la fachada del templo grande. Ramses luce impávido, sus estatuas sedentes miden unos 20 metros y no están exentas, son obra de magníficos golpes de maza y martillo de unos canteros excepcionales. Arriba, un friso con un montón de babuinos saludan al nuevo día con sus gritos.
De los 4 colosos sentados, uno está destrozado por un seísmo, según nos dice el guía ocurrió en tiempos del faraón, solo que él no se enteró nunca. Cualquiera iba con el cuento a decírselo. 😓
Los rostros de los cuatro, mejor dicho, de los tres que se ven, son muy parecidos, no se como lo consiguieron pero lo consiguieron. A los pies de cada uno a tamaño un poco más grande del original, colocaron a los miembros de su familia favorita, su esposa Nefertari, una joven noble con la que se casó siendo adolescente, su madre, sus hijos de nombres un tanto enrevesados etc.Unos relieves muy significativos muestran a prisioneros de guerra africanos.
La historia de amor de Ramsés y Nefertari es extraña para el uso de aquel momento, lo que se cuenta es cuánto la quería él, no sabemos si era correspondido. Cierto es que el faraón le otorgó un montón de títulos a su amada como por ejemplo los de "princesa heredera", "esposa del rey", "esposa del dios", "soberana de las dos tierras", "la bien amada por Mut", "por la que brilla el sol".., le fabricó la mejor morada para el más allá que existe y existirá en el Valle de las Reinas y que le dedicó el templo pequeño de Abu Simbel, a ella y a la diosa Hathor, Nefertari luce aqui en la misma dimensión y estatura que su "primer y único" esposo. Parece ser que ella murió antes de finalizar la obra, no sabemos si de alguna enfermedad espontánea o inducida por el clan de otra esposa real, Isis-Nefert. Dicen que el faraón andaba inconsolable, tanto, que a pesar del harén que tenía en casa, se casó con dos de las hijas que le dió Nefertari. Digo yo que se parecerían a la madre....
Entre sus muchas bodas, tuvo algunas con princesas hititas como parte del "acuerdo de paz y no agresión más colaboración" que firmó con el pueblo hitita, que casi le comen por patas cuando en el quinto año de su reinado se liaron a trompazos en Quadesh. Acuerdo de paz que consta como el más antiguo de la historia, en el que Nefertari tuvo algo que ver.
interior sala hipóstila Abu Simbel. Rey en carro al fondo |
Detrás, los muros donde queda reflejada la "victoria de Qadesh", una manera muy particular de contar la historia.
Andamos buscando un grabado en concreto que nos ha comentado Walid, en el que el faraón aparece subido a su carro de combate disparando flechas. Tiene tres brazos y no es un error, aquel con el que tensa el arco es doble, uno suyo y otro el dios que le anda echando una mano, nunca mejor dicho.
Pasamos a la segunda sala hipóstila, mas pequeña, mas oscura, el recogimiento y el silencio es mayor, ya nos acercamos al santuario, la penumbra es total. Distingo cuatro estatuas sedentes, a la izquierda el dios Ptah, el que queda siempre en la oscuridad, a continuación la triada, Ramses flanqueado por Ra y Amón, bien protegido, bien acompañado. Nos contó Walid el fenómeno astronómico que ocurre los días 22 de octubre y 22 de febrero: el sol en su nacimiento avanza por la puerta del templo, recorre los 60 metros de profundidad hasta la "sancta sanctorum" y alumbra durante 20 minutos sucesivos las estatuas de los dioses Ra , Ammon y Ramsés divinizado, sin tocar una mijita a Ptah. Ese día, unas 2500 personas se apiñan dentro del speos en un silencio sepulcral esperando ser testigos del fenómeno. Este efecto solo varió en un dia con la nueva ubicación.
El ambiente empieza a enrarecerse, demasiadas personas dentro contemplando los maravillosos grabados de las paredes que aún conservan parte de las policromías. Momento de salir y echarle un vistazo al templo menor dedicado a la diosa del amor y la belleza Hathor y a la reina Nefertari.
No me resisto a hacerme una foto con ella, que chiquitita me siento.
Está dedicado totalmente a la idealización de la Nefertari que Ramsés guardaba en su corazón, a la mejor compañera, a su reina, también a la música, a las flores y a la belleza.
Se trata de otro templo rupestre excavado en la roca. Solo Nefertari, el faraón y los dioses ocupan sus paredes. Uno de los grabados más importantes es aquel en el que la reina es coronada por las diosas, honor solo permitido al faraón. Demuestra la importancia que tenía para Ramsés su reina.
Finalizamos esta visita con pena, se ha hecho realmente corta,es momento de irse, ya empieza a hacer mucho calor. Una media hora más para fotos y regresamos a Asuán. Al salir, desde uno de los miradores que dan al lago, algunas preciosas vistas. La luz de este trópico es increíble. Los colores resaltan como nunca hemos visto.
Tras otras tres horas de carretera, llegamos al crucero para almorzar y volver a salir pitando a conocer las canteras de Asuán.Yo preferí disfrutar de una buena siesta antes que del monolito inacabado, lo veré en mi próximo viaje a Egipto, la verdad no me llamaban nada los 40º grados a la sombra de aquella tarde, aunque debe ser muy interesante cómo conseguían extraerle a la roca esos impresionantes bloques de 30-40 metros de alto y toneladas de peso a base de fuerza bruta.
Lo que sí me importó fue perderme la fábrica de elaboración de esencias de la que no tenía ni idea. ¡que le vamos a hacer!
El día acabó con una excursión al templo de Filae, la perla del Nilo. Llevaba dos días dándole la brasa al guía con que quería conocer este templo, uno de los más recomendados a todos los niveles, y él que sabe torear en las mejores plazas como ya dije, consiguió hacer sitio en nuestra apretada agenda: visita nocturna con espectáculo de luz y sonido en español. Todos volvieron maravillados.
Hay muchos videos en internet aunque no es lo mismo. Lo bueno, siempre, en vivo y en directo.
. cómo se salvó Abu Simbel
para saber más: Abu Simbel
fotos de Abu Simbel