domingo, 4 de noviembre de 2018

Ramses II el grande, rey entre reyes. Egipto-3

¿Que ocurriría en este país si nuestros brillantisimos políticos de turno decidieran unilateralmente  hacer una presa en el río Guadalquivir? Seguro que la mayoría nos quedaríamos primero estupefactos y después montaríamos la "marimorena" intentando parar el desastre, viendo que tendríamos que utilizar aletas, gafas y tubos de snorkel para visitar la Giralda o el puente de Triana.  Algo así fue lo que tuvo que acontecer a finales de los 50 del siglo pasado en Egipto cuando el gobierno se decidió a construir la presa alta de Asuán en colaboración con la difunta URSS. Los que suelen discurrir dos veces las cosas, vieron venir a galope el desastre.
Abu Simbel en su emplazamiento original 

La presa era necesaria, mucho, claro que si, la existente, había sido ampliada en dos ocasiones y no paraba de amenazar con desbordarse. Con la nueva, se conseguiria dominar el río, además de garantizar suministro electrico a todo el país. Era un gran proyecto,  pero también había que tener en cuenta "daños colaterales" y más aún si eran de dimensiones faraónicas. Los principales monumentos de la región de Nubia ya pasaban con los pies metidos en agua algunos meses al año y con la construcción de la nueva presa, descansarían en el fondo del lago por los siglos de los siglos si no se ponía remedio. Bien cierto es que, en esa época, los gobiernos en general no estaban tan por la labor de cuidar la herencia dejada por la historia como ahora. Habían pasado apenas 15 años de la Segunda Guerra Mundial y muchos países  aún andaban recuperándose de aquella monumental verguenza.
Abu Simbel siglo XIX lámina.

 Una gran parte del patrimonio cultural de Egipto en peligro inminente y sin un duro para poner remedio. Por fortuna, la UNESCO, creada justo al finalizar la contienda, se hizo eco del desastre anunciado por la élite cultural y la llamada internacional tuvo una respuesta multitudinaria,  millones de dólares del la época, (60 solo para Abu Simbel) y 900 personas con pasaporte de 22  naciones distintas llegaron a Nubia remontando el río (entonces no había ni aeropuerto ni carretera). Enviaron a sus mejores expertos que se agruparon en 40 equipos y se remangaron las camisas.
Gracias a ello hoy, jueves 11 de octubre, nos encontramos transitando una larguísima carretera recta que nos adentra en el desierto nubio. No se ve nada mas que arena, rocas, rocas, arena y mas arena, el cielo y unas serpiente negra de asfalto que rompe el horizonte en dos.

Lo que leo en todas partes de que Debod fue un regalo de Egipto a España por participar en el rescate de los templos nubios, que se lo cuenten al ministro de exteriores de Franco. Creo que aquella historia se puede resumir de manera amable en esa frase, aunque las negociaciones fueron de sudor y lágrimas. Debod estaba en la isla Elefantina metido en cajones de madera casi sin orden ni concierto, tal como lo dejaron los polacos, se pegó allí la friolera de 10 años hasta que atracó en el puerto de Valencia. Lo reconstruyeron en Madrid, una mala decisión a mi parecer pues, por muy maravilloso que luzca, hay ubicaciones mucho mas adecuadas en España, de clima mas parecido al original, con el mismo turismo o más que Madrid y mucha menos polución, donde se conservaría mejor.




El dia ha debutado con pie izquierdo. A las 4 am estábamos sentados en el bar-cafetería del crucero tomando café, haciendo hora, por lo menos media, para recoger a los demás integrantes del grupo con los que viajaríamos al Sur. Nos dice Walid que vienen destrozados, la nave se les averió en Esna, las visitas de ayer, Edfú y Kom Ombo las hicieron en bus. El mayorista decidió cambiarles de barco y cuando volvieron por la tarde a Esna a recoger las maletas se las encontraron secuestradas. Son las 4.30 de la mañana y acaban de llegar a Asuán. Dejan sus equipajes en la nueva nave y suben a nuestro bus. Llevan 24 horas sin pegar ojo y dispuestos a esta nueva paliza. Hay valientes, de verdad. las reclamaciones la semana que viene, ahora "carpe diem".
Con tanto meneo, nos amanece cruzando sobre la presa de Asuán, desde ella contemplamos el espectáculo del templo de Filae, dedicado a la diosa Isis, otro de los que hubo que cambiar de isla para alzarlo y que mostrara sin pudor su belleza a los ojos de estos turistas del siglo XXI. Unos kilómetros más allá comienza la basta extensión del desierto, con un sol naciente en perspectiva se hace el silencio en el bus, todos dormimos plácidamente.


No vamos en convoy, transitamos sin más escolta que conductor y guia, con ellos debe ser suficiente aunque si que paran en los controles donde les piden santo y seña. Mas bien la policía busca la matrícula del vehículo en los papeles y dan el visto bueno, si puede ser con alguna propinilla incluida.

Unas dos horas y media más tarde me despierto, estamos llegando, nuestro guia comienza a contar por el micro la historia de Ramsés II, (el contemporáneo de Moisés) sus faraónicas obras, guerras y familia, se acabó la siesta. Aprovechamos para desayunar, el bus no para en todo el camino. Los del hotel flotante nos han dado unos picnics-desayuno con un montón de comida, mi bolsa pesa un quintal, además de 8 bocadillos de panes variados con queso fresco, mortadela egipcia y embutidos no identificados, encuentro una botella de agua, un zumo, una pera, un plátano, pepino, dátiles, otra fruta que no se lo que es, huevos duros y dulces. Tengo comida para dos días.



Abu Simbel es Ramsés II. No hay Egipto sin Ramsés igual que no hay Roma sin César. No hay lugar del país donde no esté escrito su nombre como no hay lugar de su imperio que él no  hiciera mas grande. El mejor faraón de todos los tiempos. Hoy conoceremos a un mito, un rey cuyas leyendas se acercan tanto a lo real que lo hacen irresistible. El paso del tiempo lo convirtió en un héroe, en un dios nacido entre las arenas del desierto. 
Seti I, segundo faraón de la dinastía XIX, ramésida, no estuvo en el poder demasiados años, dejando el trono en manos de su joven hijo Ramsés II al que desde pequeño ya había preparado para gobernar. A los 10 años era general de los ejércitos, pronto se convirtió en un líder respetado por todos. Como militar consiguió mantener las fronteras de su país incluso expandirlas, como rey y constructor logro divulgar la cultura faraónica incluso a países vecinos como Libia o Palestina, creando un periodo de esplendor que ningún otro gobernante lograría jamás. 



Fue el más longevo y prolífico de todos los faraones, en una época en la que la esperanza de vida era de unos 35 años tirando por lo alto,  llegó a los 90, tuvo que enterrar a muchos miembros de sus familia, entre ellos a su amada y preferida gran esposa real Nefertari, "por la que brilla el Sol". Una tumba, la KV5 cercana a la suya en el Valle de los Reyes, acoge a muchos de sus 152 hijos e hijas. Su momia, expuesta hoy en el museo de antigüedades de El Cairo, hace unos años comenzó a deteriorarse, la solución la tenían en París por lo que allá la trasladaron aunque no sin antes gestionarle un pasaporte, (cosas de los gabachos), le recibieron con honores de jefe de estado, como correspondía, sin duda.

Ramses debió ser un megalómano monumental, todas sus acciones iban encaminadas a engrandecer su figura y dejar huella en el mundo. No dudó en usurpar edificios, inscripciones y estatuas de otros faraones, incluido su padre. Llevó a cabo la sala hipóstila de Karnak proyectada por Seti I, ampliando tanto este templo como el vecino en Luxor, aportó sus megalíticas estatuas a los pilonos de entrada para que el pueblo pudiera adorarle, en Abydos le dedicó otro santuario a Osiris, se construyó su propia capital Pi Ramsés, levantó en Tebas el Rameseum, su templo funerario además de ordenar las tumbas de Nefertari (QV66) una de las mas hermosas segun cuentan del Valle de las Reinas, la suya propia y la de sus hijos, rematando la faena con ocho speos en Nubia de los cuales el mas grande, Abu Simbel lo situó justo en la frontera, para que todo el que llegara supiera dónde se metía y quien mandaba.



Bajarse del bus y aparecer los vendedores todo es una, lo malo es que tras 200 minutos de encierro viajero vamos desesperados buscando los WC, no hay quien aguante. En todos los servicios de los  lugares visitados hasta ahora, suele haber corrillos en la puerta, los cuidadores piden propina, yo voy pertrechada con mis monedas de 50 céntimos y euro, les digo que pago a la salida y entonces te dan un trozo de papel higiénico. En los lavabos, la señora de turno abre el grifo para que te asees y te da gel. Algunos servicios están mejor y otros peor. En el Valle de los Reyes vi a un señor que entraba con un cubo de lejía a desinfectar, aquí una chica anda limpiando. Tratan de mantener lo que tienen como pueden, pero vamos, mucho mas estropeados los he visto en países tan "civilizados" como Italia o Francia. 

Enfilamos por el camino que nos lleva a las colinas, el enorme lago Nasser, un "mar" infestado de cocodrilos, completa el escenario esta mañana. Sus aguas azul brillante contrastan con las cálidas arenas desérticas y ese sol dorado radiante, implacable que ya comienza a apuntar al mediodía. Dan ganas de quitarse los trapos de encima y darse un buen baño.¡Si no fuera por los cocodrilos a ver quien se resistía!
Abu Simbel es una de esas raras joyas que son difíciles de creer cuando las contemplas por primera vez. Bajamos la cuesta, voy observando como se hace grande la enorme construcción ideada por los ingenieros de la UNESCO, la bóveda que da soporte a la montaña artificial donde alojaron el templo y entonces me quedo quieta, contemplo el perfil de Ramsés en la lejanía, mi cerebro convierte las dimensiones, no me engaña, es fabuloso. Entran ganas de salir corriendo para acercarse, de estirar los brazos en un gesto de abarcarlo todo,  sonríes, miras a los demás, no puedes creer lo que ves aunque lo ves... Emociona, encandila, embruja... es un subidón de endorfinas colosal. Ahora entiendo a aquella japonesita que un dia al bajarse del bus en el mirador de San Nicolás lloraba desconsolada contemplando la Alhambra. Las emociones dominan. Doy gracias a todos los dioses por esta majestad.

Estoy como una chiquilla de ocho años el dia de Reyes, demasiadas sensaciones se agolpan en mi cabeza, trato de racionalizar y que vayan entrando de una en una.
Llegamos a la explanada, detrás mío las aguas azulísimas del lago, delante dos megaconstrucciones, el templo grande con sus cuatro colosos sedentes tocados con el nemes y la  doble corona de ambas tierras, a su derecha el templo menor con seis imágenes de 10 metros, cuatro del faraón y dos de Nefertari hieráticos en su postura, adelantan una pierna, parece que quieran desprenderse de la pared para venir a recibirnos. Este lugar es un regalo maravilloso de Ramsés para toda la humanidad que nos ha alcanzado hoy a nosotros en el tiempo,  a través de los siglos, de los milenios. Abu Simbel es colosal, no encuentro palabras para describirlo.


 Walid nos agrupa frente al templo grande para explicarnos lo que vemos y que encontraremos dentro, el no puede entrar, simplemente no dejan para evitar aglomeraciones puntuales que perjudiquen los relieves. Mientras habla, yo sigo con la vista clavada en el rostro del "más grande" que me tiene embobada. Debía ser muy joven cuando ordenó la construcción de este templo rupestre, he leído que fue en  el quinto año de su reinado. 
Los egipcios no contaban los años como nosotros, cada vez que subía al trono un faraón comenzaban, borrón y cuenta nueva: año primero del faraón Seti I, año segundo....También existía una lista oficial de faraones de la que echaron a mas de uno y no se supo de ellos hasta tiempos recientes como a Hatsepsut, Akenaton el hereje o su hijo Tutankamon, descubiertos a base de estudios y trabajos arqueológicos.

 Nos acercamos a la fachada del templo grande. Ramses luce impávido, sus estatuas sedentes miden unos 20 metros y no están exentas, son obra de magníficos golpes de maza y martillo de unos canteros excepcionales. Arriba, un friso con un montón de babuinos saludan al nuevo día con sus gritos. 

De los 4 colosos sentados, uno está destrozado por un seísmo, según nos dice el guía ocurrió en tiempos del faraón, solo que él no se enteró nunca. Cualquiera iba con el cuento a decírselo. 😓

Los rostros de los cuatro, mejor dicho, de los tres que se ven, son muy parecidos, no se como lo consiguieron pero lo consiguieron. A los pies de cada uno a  tamaño un poco más grande del original, colocaron a los miembros de su familia favorita, su esposa Nefertari, una joven noble con la que se casó siendo adolescente, su madre, sus hijos de nombres un tanto enrevesados etc.Unos relieves muy significativos muestran a prisioneros de guerra africanos.


La historia de amor de Ramsés y Nefertari es extraña para el uso de aquel momento, lo que se cuenta es cuánto la quería él, no sabemos si era correspondido. Cierto es que el faraón le otorgó un montón de títulos a su amada como por ejemplo los de  "princesa heredera", "esposa del rey", "esposa del dios", "soberana de las dos tierras", "la bien amada por Mut", "por la que brilla el sol"..,  le fabricó la mejor morada para el más allá que existe y existirá en el Valle de las Reinas y que le dedicó el templo pequeño de Abu Simbel, a ella y a la diosa Hathor, Nefertari luce aqui en la misma dimensión y estatura que su "primer y único" esposo. Parece ser que ella murió antes de finalizar la obra, no sabemos si de alguna enfermedad espontánea o inducida por el clan de otra esposa real, Isis-Nefert. Dicen que el faraón andaba inconsolable, tanto, que a pesar del harén que tenía en casa, se casó con dos de las hijas que le dió Nefertari. Digo yo que se parecerían a la madre.... 
Entre sus muchas bodas, tuvo algunas con princesas hititas como parte del "acuerdo de paz y no agresión más colaboración" que firmó con el pueblo hitita, que casi le comen por patas cuando en el quinto año de su reinado se liaron a trompazos en Quadesh. Acuerdo de paz que consta como el más antiguo de la historia, en el que Nefertari tuvo algo que ver.


interior sala hipóstila Abu Simbel. Rey en carro al fondo
En mitad de la fachada, vemos al dios Ra ,con cabeza de halcón y circulo solar en lo alto flanqueado a ambos lados por bajorrelieves del faraón adorándole. Cruzamos la puerta y entramos a la sala hipóstila, la única luz que penetra en el templo es la de esta entrada, la vista se acostumbra en unos segundos y es cuando aparecen a nuestros ojos las ocho columnas osíricas de 10 metros de altura con el rostro del faraón, cuatro a cada lado. Cruzan sobre el pecho el flagelo y el cetro del dios. Las de la derecha con la corona blanca del Alto Egipto, las de la izquierda portan la doble corona que unifica las dos tierras.

Detrás, los muros donde queda reflejada la "victoria de Qadesh", una manera muy particular de contar la historia. 
Andamos buscando un grabado en concreto que nos ha comentado Walid, en el que el faraón aparece subido a su carro de combate disparando flechas. Tiene tres brazos y no es un error, aquel con el que tensa el arco es doble, uno suyo y otro el dios que le anda echando una mano, nunca mejor dicho. 



Pasamos a la segunda sala hipóstila, mas pequeña, mas oscura, el recogimiento y el silencio es mayor, ya nos acercamos al santuario, la penumbra es total. Distingo cuatro estatuas sedentes, a la izquierda el dios Ptah, el que queda siempre en la oscuridad, a continuación la triada, Ramses flanqueado por Ra y Amón, bien protegido, bien acompañado. Nos contó Walid el fenómeno astronómico que ocurre los días 22 de octubre y 22 de febrero: el sol en su nacimiento avanza por la puerta del templo, recorre los 60 metros de profundidad  hasta la "sancta sanctorum" y alumbra durante 20 minutos sucesivos las estatuas de los dioses Ra , Ammon y Ramsés divinizado, sin tocar una mijita a Ptah. Ese día, unas 2500 personas se apiñan dentro del speos en un silencio sepulcral esperando ser testigos del fenómeno. Este efecto solo varió en un dia con la nueva ubicación.

El ambiente empieza a enrarecerse, demasiadas personas dentro contemplando los maravillosos grabados de las paredes que aún conservan parte de las policromías. Momento de salir y echarle un vistazo al templo menor dedicado a la diosa del amor y la belleza Hathor y a la reina Nefertari.
No me resisto a hacerme una foto con ella, que chiquitita me siento.

En el interior no aguantamos mucho, es bastante mas pequeñito que el de Ramsés y puede que haya el mismo número de personas. Cuenta con  solo una sala hipóstila de seis pilares hatorizados, rematados con la imagen de la diosa Hathor.



Está dedicado totalmente a la idealización de la Nefertari que Ramsés guardaba en su corazón, a la mejor compañera, a su reina, también a la música, a las flores y a la belleza.
Se trata de otro templo rupestre excavado en la roca. Solo Nefertari, el faraón y los dioses ocupan sus paredes. Uno de los grabados más importantes es aquel en el que la reina es coronada por las diosas, honor solo permitido al faraón. Demuestra la importancia que tenía para Ramsés su reina.




Finalizamos esta visita con pena, se ha hecho realmente corta,es momento de irse, ya empieza a hacer mucho calor. Una media hora más para fotos y regresamos a Asuán. Al salir, desde uno de los miradores que dan al lago, algunas  preciosas vistas. La luz de este trópico es increíble. Los colores resaltan como nunca hemos visto.




 Tras otras tres horas de carretera, llegamos al crucero para almorzar y volver a salir pitando a conocer las canteras de Asuán.Yo preferí disfrutar de una buena siesta antes que del monolito inacabado, lo veré en mi próximo viaje a Egipto, la verdad no me llamaban nada los 40º grados a la sombra de aquella tarde, aunque debe ser muy interesante cómo conseguían extraerle a la roca  esos impresionantes bloques de 30-40 metros de alto y toneladas de peso a base de fuerza bruta.  

Lo que sí me importó fue perderme la fábrica de elaboración de esencias de la que no tenía ni idea. ¡que le vamos a hacer!

El día acabó con una excursión al templo de Filae, la perla del Nilo. Llevaba dos días dándole la brasa al guía con que quería conocer este templo, uno de los más recomendados a todos los niveles, y él que sabe torear en las mejores plazas como ya dije, consiguió hacer sitio en nuestra apretada agenda: visita nocturna con espectáculo de luz y sonido en español. Todos volvieron maravillados. 
Hay muchos videos en internet aunque no es lo mismo. Lo bueno, siempre, en vivo y en directo.




cómo se salvó Abu Simbel


para saber más: Abu Simbel

fotos de Abu Simbel

lunes, 29 de octubre de 2018

cruceristas por el Nilo Egipto-2

Segundo dia a bordo.  Nos han prometido una jornada descansada aunque no por ello menos interesante. Ayer navegamos durante horas,  llegamos siendo noche cerrada a la esclusa de Esna, había cola para subirla. Sentados en nuestra mesa al fondo del comedor, contemplábamos por la ventana como el agua llenaba a borbotones el vaso donde estábamos metidos. En ningún momento sentimos el menor cabeceo de la nave, es más, nos dimos cuenta cuando ya casi estábamos arriba del todo.  Tras la cena, tuvimos tiempo para explorar todos los rincones del hotel flotante.

  En el vestíbulo, un evocador panel de fondo muestra las maravillas de Egipto al tiempo que sirve de photocall para todos los que subimos o bajamos las dobles escaleras alfombradas. En el centro del salón se exhibe un enorme jarrón de Sevres sobre una mesa de estilo clásico, más propia de castillos y palacios europeos. La iluminación procede de un gran lámpara con lágrimas de cristal de bohemia que le da el toque palaciego al conjunto.  A un lado, la puerta de acceso a la nave, con arco de seguridad incluido, la recepción, una pequeña joyería, el guardamaletas y varios sofás de cortesía. Siempre encontraremos personal de recepción y de seguridad controlando que nadie se cuele.


Bajando una planta, accedemos al primer piso, aquí se ubican las cocinas, las dependencias del personal y el comedor. Al llegar a cenar vimos que andaban descargando garrafas de agua mineral, eso tienen los buenos barcos, sólo utilizan agua embotellada para cocinar, limpiar frutas y verduras. La mayoría de los visitantes no tenemos nuestros intestinos adaptados al agua del país y algunos acaban sufriendo el mal del rey Tut, unas gastroenteritis que solo se curan con los medicamentos locales. En estos casos la mejor solución es informar al guía que se encarga de adquirir las medicinas necesarias, sin costo para el viajero enfermo. El fortasec y demás milongas no valen en estas latitudes. Los extranjeros no debemos utilizar el agua del grifo ni para lavarnos los dientes.


Continuando con el recorrido por la motonave, en el tercer piso encontramos la tienda de recuerdos para turistas, un pequeño salón de reuniones y un piano de cola estampado además de dos pasillos  a popa y proa de camarotes. En el cuarto nivel se sitúa el salón para fumadores con unas cristaleras art-decó muy chulas,  la TV y la mesa de billar.   A proa, el espacio se abre para dar cabida al disco-bar-sala de fiestas que estrenamos después de la cena. A popa, un solo pasillo para los camarotes mas altos, y un rinconcito donde el camera-man aprovecha para montar y visualizar sus grabaciones diarias. Si, hay un chico que filma durante todo el dia a los pasajeros y luego te vende el dvd.
Hablando de fumadores, en Egipto permiten fumar casi en cualquier sitio, tras tantos años que llevamos en Europa con el tabaco restringido, se nota muchísimo el olor del humo, sobre todo para los que somos no fumadores.
Lo que más me gusta del barco es la cubierta, es un placer contemplar el atardecer desde ella. Bajo la zona entoldada se refugia la cafetería y algún aparatejo de gym que justifica el anuncio de contar con gimnasio. Demasiado calor hace aquí para pensar siquiera en mover un músculo (a mi ni se me ocurre, claro). Lo que sí es factible es tomar el sol y darte un relajante baño en el jacuzzi o un remojón en la piscina. Todo esto mientras admiras el encantador  paisaje que ofrece el río más largo del mundo.


Amanecemos atracados en paralelo junto a otras tres naves. Para salir hay que cruzar los vestíbulos de estas y cual es nuestra sorpresa cuando comprobamos que la aneja es el Moondance, el barco prometido y no conseguido.
Salimos temprano, Hoy habrá mucha más afluencia de público, prácticamente todos los que ayer andabamos repartidos entre el Valle de los Reyes, Karnak y Luxor coincidiremos tanto en la visita de la mañana como de la tarde, por eso decidimos ir pronto a Edfú, el templo mejor conservado de todo Egipto y el segundo mas grande después de Karnak.

Una sorpresa aguarda en la corniche, no nos espera un bus, son calesas tiradas por caballos. Los vehículos están bastante traqueteados, por decir algo, los sillones y las capotas mejor no mirarlas mucho, la mugre ha hecho estragos en el tiempo. Remaches, flecos y mil adornos, eso sí, por todas partes. El caballo delgadito y fuerte. De 4 en 4 vamos subiendo, nos repartimos como podemos, uno delante, arriba junto al conductor, dos atrás en el sentido de la marcha y otro, encogido frente a estos. Deberemos recordar el "número de bastidor" pues regresamos en la misma, la 200. El calesero, un chico joven al que no para de sonarle el móvil, domina las riendas como si fuera un látigo.  Según Walid, uno de los peores insultos que te pueden dedicar en el pueblo es "hijo de calesero", así será el gremio. Azuza al pobre caballo con las riendas que ya camina al al trote y en un momento al galope.


Cruzamos la ciudad en una travesía que dura unos diez-quince minutos, se me hacen eternos. Pasamos calles a galope tendido, botando cada vez que pilla un bache y pensando que en el próximo sales despedido del vehículo. Adelanta a otras calesas, incluso autos a diestra y siniestra, como si llevaramos las luces y sirenas de un camión de bomberos a todo aullar en el techo del carruaje. La policía detiene la circulación, coches, motos, bicis, buses y peatones en las intersecciones, todos parados, haciendo sonar los claxon y bocinas mientras pasamos los turistas. La gente nos miraba, los escolares uniformados de camino al colegio saludaban y sonreían. ¡Madre mia! El profundo Egipto ante nuestras narices ¡Vaya ratito! y aún quedaba la vuelta.

mercado en Edfú

Llegando al recinto del templo vimos una nube de motocarros negro y amarillos, les llaman tuc-tuc, complementan a las calesas para transportar turistas desde la corniche al templo.
Bajarse del carricoche es deporte de alto riesgo, se te puede echar encima otro que llegue detrás y no van nada despacio, entran en el recinto a toda marcha. Vaya jaleo que había aquí, unas 60 o 70 calesas con sus caballos y caleseros, gritando órdenes, discutiendo y pidiendo paso, algunos afortunados aparcados bajo porches de caña se refugian a la sombra mientras otros recalientan plásticos de tapicería y capota al sol ligero. Le dimos 1 euro al chico por recomendación de Walid, aunque ya le pagaba la  agencia. Era todo sonrisas, me dejó hacerle mil fotos con su caballo, nos abrió paso entre tanto cuadrupedo hasta zona "no peligrosa" y nos aseguró que nos buscaría a la salida. -"Dosiento ehhh"- decía, señalando el número de su sputnik. Toda una experiencia.



El templo de Edfú fue construido en época ya tardía, greco romana, esto es en los siglos III a I antes de Cristo. Casi podría decirse que es contemporáneo del Coliseo romano.  Por hacer un poco de historia y resumiendo, cuando Alejandro Magno murió, sus generales, digamos , se"repartieron" el imperio y Ptolomeo vino a Egipto, fundando la dinastía  ptolemaica. Famosillos de este periodo conocemos todos a Cleopatra VII por la peli Quo Vadis en la que Liz Taylor mostró su insuperable belleza y arte dramático.
 Los Ptolomeos eran extranjeros, griegos-macedonios nada que ver con las grandes dinastías que dieron a luz faraones de la talla de Seti I o Ramsés II. Se encargaron de echar a los persas de Egipto, aunque se quedaron con los camellos que trajeron estos y fueron respetuosos con  la cultura, la iconografía y el arte egipcios. Ellos continuaron con sus costumbres,  hablaban y se comportaban como griegos que eran, no se mezclaban con el pueblo llano, solo nuestra admirada Cleopatra VII, adoptó el idioma. Por tanto, durante esta dinastía existieron en Egipto dos culturas, la faraónica de toda la vida de unos 3000 años de antigüedad en aquel momento y la helenística. Fue durante este periodo, en concreto en vida de Ptolomeo V cuando se talló la piedra Rosetta que centurias más tarde encontrara Napoleon y descifrara Champollion.
En resumidas cuentas, la civilización egipcia se desarrolló durante un periodo de tiempo tan amplio que su última reina, aunque  lleve unos 2000 años en el "más allá", es más contemporánea nuestra que de Keops o Micerinos. Después de Cleo, Egipto pasó a ser una provincia romana y como tal seguía la moda que Roma marcaba, por lo que si los romanos dejaron a los dioses, el pan y el circo y pasaron a rezar el Padre Nuestro y jugar a la petanca, aquí también lo hicieron, destrozando, de paso, toda imagen pagana de religiones anteriores.

panaderia en Edfú

 Tras el sobresalto del paseíto en calesa, atravesamos un pasillo de avasalladores vendedores que salen de sus puestecillos ofreciendo todo tipo de mercancías, chilabas, pañuelos, figuritas de madera y alabastro, cajas de nacar, collares, pulseras, camisetas, bolsos... un sin fin de chismes  "a 1 euro", pregonan que no es más que una excusa para arrastrarte al interior de su establecimiento y comenzar una negociación interminable. Mejor sonreir, agachar la cabeza, y murmurar un "la, la, shucrammm, cenquiuuuu" para pasar de largo. Las compras a la salida.

 Edfu, es.... bueno pues simplemente perfecto. Está entero, no le falta una coma, todas las dependencias del templo, todos los jeroglíficos, escaleras, pasillos, incluidos techos. Por fin entiendo la similitud del templo egipcio con el cuerpo humano en "decúbito supino".  
El titular es el dios Horus, el halcón con el que todos queremos tener fotos, una fila de ordenados japoneses se alinea delante del pajarito con pico y corona, esperando pacientemente turno.

Y a la sombra de los muros, Walid nos contó la leyenda de amor y horror de Osiris, Isis y Horus. Resulta que Osiris e Isis gobernaban Egipto, eran esposos y hermanos. Su otro hermano Seth casado con otra hermana, tenía envidia de Osiris y para quitárselo del medio organizó un fiestorro. En plena jarana, se ponen a jugar a meterse en un sarcófago y cuando le toca el turno a Osiris, todos los presentes se echan encima, lo cierran y lo tiran al mar. De la llantera que pilló Isis nació el río Nilo. El sarcófago a la deriva, llega a las costas de Byblos, actual Líbano y se mimetiza con un árbol precioso, un sicomoro del que se encapricha el rey del lugar, quien ordena construir una columna para su palacio con aquella madera. 
Isis, que no para de añorar a su difunto marido, se entera, no se si por algún sueño o por ciencia infusa faraónica, y tras muchas vicisitudes consigue traerlo de vuelta a Egipto. Seth no va a dejar las cosas así, corta el cuerpo de Osiris en 14 pedazos (a estas alturas ya debía estar bien muerto) diseminándolos  por doquier. La pobre viuda va en peregrinación buscando y reuniendo piezas y encuentra 13, ¿cual le falta? pues la más interesante, el palito de Osiris, que fue devorado por los pececitos del mar.  A pesar de esto, por comunión espiritual con su difunto, Isis concibió a Horus al que cría y protege y ya mayorcito consigue vengar a su padre matando al mal, a Seth.


En la lucha, pierde un ojo, el ojo de Horus, uno de los amuletos más famosos de la cultura egipcia junto con la llave de la vida y el escarabajo sagrado. Con este ojo, restablecido por el dios Thot, Horus revive a su padre Osiris, que se convierte en el dios de los muertos. La batalla final creo recordar que tuvo lugar en las cercanías de Edfú, por eso siempre hubo un templo en esta localización.
Bueno, la historia es algo así, no me hagáis mucho caso, siempre suelo andar en Babia, este fue el relato que nos introdujo en un recinto impresionante de verdad, imperdible.
Dejo enlace al blog de "pescaditos en la cabeza" donde cuentan con bastante detalle esta historia algo modificada respecto a mis recuerdos: mito de Osiris, Isis y Horus


La vista del pilono la cubre parcialmente una estructura semiderruida a la que no le hacemos mucho caso. Error. Es la mammisis, lugar de nacimiento del dios, o donde se celebra su cumpleaños, una de dos. En las paredes, los grabados muestran a Isis criando a Horus, dándole de mamar, por eso el creador de la egiptología, JF Champollion la bautizó así, además, los frescos son los mejores de todo el recinto. Dicen, yo no los vi, que los "los cuatro reyes magos" fueron inmortalizados en estos relieves ofreciendo al recién nacido incienso, mirra, oro y un libro de magia.
Si queremos descubrir  hasta qué punto estaba el templo enterrado en arenas del desierto y lodos del río es obligatorio pararnos y mirar el entorno, veremos el nivel de casas cercanas y además la muralla de adobe curvilínea que protegía el templo de las inundaciones.

fuente: egiptoforo.com
En el pilono de acceso al patio se observan varios pisos, es distinto de los de otros templos, tiene estructuras interiores, unas pequeñas ventanitas se distinguen en al menos tres niveles. Los cuatro surcos de la fachada eran para colocar banderolas, los grabados son espejados, el faraón matando al enemigo en presencia de Horus.

 Entramos al peristilo, observamos columnas en tres de sus lados, es amplio. Recordad, peristilo: patio con columnas, si está techado se llamaría sala hipóstila. El relieve de Horus con forma humana y cabeza de halcón se repite en las columnas. Los capiteles florales son distintos, aunque simétricos dos a dos. Había alguno diferente por cierto...Los cartuchos dedicados al faraón reinante están vacíos, los conflictos políticos no daban tregua y los artesanos para no andar sobreescribiendo, los dejaron limpios.

Las escenas de los muros relatan cómo era "la fiesta del bello encuentro" entre Horus y Hathor, su esposa venía una vez al año desde Dendera donde residía, a visitarlo durante 14 días. Hasta aquí la zona pública, a partir de este momento estaremos en la casa del dios, donde habita la divinidad y es atendido por los sacerdotes.


Se conoce la fecha en que se colocó la primera piedra del templo y cuando acabó su construcción 180 años más tarde, está escrito en las paredes, también el  reinante y el arquitecto. Los muros contienen mil y un detalles que han hecho posible conocer un poco más a fondo costumbres, oraciones, ritos, fórmulas de perfumes y ungüentos, trabajos de construcción del templo como por ejemplo la ceremonia del "tensado de la cuerda" que era para buscar la zona donde construirlo, ... maravillosa historia antigua. Salieron 17 libros de estas paredes.

Pasamos a la primera sala hipóstila  con  columnas también de capiteles florales, bastante juntas, sus bases están talladas como hojas, debía ser una preciosidad este lugar, una explosión de colores.
La luz  disminuye cuanto más nos acercamos al lugar sagrado, penetra por unas pequeñas aberturas en el techo, y por el muro columnado que hay entre la sala y el patio. Todo el recinto conserva su techo original, esto si que es único. Walid nos muestra grabados como las barcas ascendían por el río a fuerza de velas y remos y bajaban solo a remos, creo que era así.




 Entramos en la segunda sala también con columnas decoradas, es más pequeña que la anterior, y más oscura, el techo está ennegrecido, quizás por el humo de antorchas o algún incendio.


A un lado, desde la sala de las ofrendas nos alineamos en una estrecha escalera por donde bajaban al dios de la terraza, en las paredes los grabados dejan ver una procesión en la que participan  reyes, sacerdotes y dioses a tamaño casi natural, parecemos parte de ese desfile.

 El apelotonamiento para ver el santuario con la naos de granito y la barca de Horus es monumental. Pasito a pasito, de perfil, achuchando al de delante que quiere salir de la primera fila y no le dejo, el de atrás que mete codo, me voy acoplando en un hueco, hasta que consigo ponerme de frente y con los brazos en su sitio, en primera fila. La iluminación muy tenue, sólo llega a través de un pequeño ventanuco en el techo. Los relieves son espectaculares, cuentan los cánticos que los sacerdotes entonaban todas las mañanas para despertar al dios, darle de comer, vestirlo, ungirlo.., las luces artificiales del suelo los resaltan, parecen dorados. Sobre la barca, mejor pasar de puntillas, ¡vaya poca vergüenza tuvieron los gabachos devolviendo una imitación y quedándose con la original!. ¿Que ocurriria si ellos hicieran lo mismo con la Giocconda?.Lo dicho, mejor obviar el tema.


 Al santuario le rodean varias estancias o capillas con su misión cada una. La primera de la izquierda era la del dios Min, el de la fertilidad que aparece siempre manco a la vez que se presenta erecto. Ayer nos relataron su leyenda, un hombre al que le faltaba un brazo no fue a la guerra porque no podía arrojar lanzas ni luchar, si que supo embarazar a todas las señoras mientras sus maridos estuvieron ausentes. Cuando los hombres volvieron después de años, encontraron el pueblo bien repoblado. Lo convirtieron en dios.


Si algo llama de verdad la atención es que todos las escenas y jeroglíficos del interior de este templo son altorrelieves de un trabajo y una técnica exquisita, mientras que en las zonas exteriores, como el corredor que bordea el templo, son bajorrelieves, más duraderos. Encontramos las famosas "bombillas" faraónicas, los platillos volantes y el "wifi" Ya sabíamos los números pero fue la primera vez que vimos "el millón", el señor con los brazos en alto.

los números

En el corredor exterior nos detuvimos un rato admirando las escenas en que Horus ayudado por el faraón, da caza y atraviesa con una lanza a un hipopótamo enano que era Seth. Es en este deambulatorio, a un lado, unas escaleras bajan hasta el nilómetro, una manera de medir la crecida del río para saber cómo serían las cosechas y en consecuencia, cobrar más o menos impuestos. "Doce codos era pasar hambre, 14 indicaba escasez, 16 comida para todos y 18 abundancia".


La historia del templo no acabó con los ptolomeos, los romanos lo convirtieron en cuartel, la legión II Trajana  durmió entre sus muros y después, cuando el emperador Teodosio, en el año 391, decretó como religión verdadera la cristiana, se picaron las imágenes profanas de los dioses y cayó en el olvido. Las piadosas arenas del desierto lo cubrieron, solo quedaron a la vista  partes altas del pilono y columnas, por ello se conservó en perfecto estado hasta que en 1.860 un arqueólogo francés, Mariette, empezó a escarbar. Lleva 158 años al descubierto, en este tiempo se ha deteriorado mucho más que durante los 18 siglos anteriores. Cuidemoslo, no va a durar nada si no se protege de la naturaleza y sobre todo de las personas.

para saber más: templo de Horus en Edfú

Volvemos al barco sorteando otra vez el corredor de los vendedores, no son tan agobiantes como leí en algún sitio, tienen que aprovechar las visitas para tratar de ganarse algunas monedas y venden cosas bonitas. Buscamos el 200, mientras, conocemos al jefe de los caleseros, anda por allí controlando servicios y nos pide que le cambiemos a alguno de sus empleados monedas por billetes. El banco no les acepta monedas y a mi me vienen muy bien las de euros y 50 céntimos para dar propinas.
Ha sido una visita de verdad fantástica a pesar  de la calesa (no os lo perdáis, es una gran experiencia), del gentío y de que a veces perdía de vista el bastón ankh por lo que también perdía algunas de las estupendas explicaciones del guía.

la tierra alta y la tierra baja coronando al faraón.

Son no más de las 10 de la mañana y ya zarpamos destino Kom Ombo, siguiente templo ptolemaico. Dice Walid que todos los españoles lo pronunciamos mal, no se dice Kom-Om-bo, se pronuncia seguido: ko-mom-bo. La culpa la tiene el grafismo escrito, le ponen un guión entre la primera m y la segunda o y la liamos.
 Un detalle que ayer nos sorprendió y hoy ya esperamos: cuando llegas a la motonave el personal aguarda en la entrada, ofrecen una copa de limonada fresquita para reponer electrolitos y toallas de algodón humedecidas, para limpiar sudores. Probablemente será habitual en estos cruceros, un gesto que marca diferencia.
Subimos a la terraza a disfrutar de las vistas, la piscina y ese sol que empieza a apretar, hasta después de comer no llegaremos a puerto.


El buffet del día incluye un plato típico que me encantó, el Kushari, una mezcla de pastas italianas con arroz, lentejas, garbanzos, cebolla caramelizada, un poco de salsa de tomate ... y algo de  salsita picante por encima. Ummmm ¡riquísimo!. En todas las comidas incluyen algún plato del lugar, mahshi que son calabacines o berenjenas rellenos de arroz y verduras aliñados con especias, falafel, tabuled, pasta de berenjena, hummus, las sopas... Cristóbal y Tere siempre empezaban por aqui, hiciera el calor que hiciera, recuerdo especialmente la de tomates y la de champiñones, aromatizaban la mesa. El buffet, como ya dije en el post anterior, era de faraones. Ensaladas por lo menos 10 fuentes, de todo tipo,  verduras plancha, en tempura o guisadas, esto no faltaba nunca, más los guisos de carne de cordero, ternera o pollo, pescados en guiso o rebozados,... imposible quedar con hambre. Además, para los más quisquillosos, el cocinero siempre estaba en una mesa junto a la cocina, preparando en vivo y en directo algún plato especial, desde pizza egipcia a pasta o incluso algún día un pavo enorme con patatas, exquisito. En el desayuno cocinaba tortillas variadas. En la mesa de los postres siempre frutas del tiempo, sandía, melón, plátanos y dátiles frescos mas los dulces, ¡mamma mía! la repostería egipcia es muy buena, utilizan mucho los dátiles y las nueces para preparar postres más elaborados, recuerdo la kunafa, un pastel que parecen hilos de azúcar enrollados o la baklava unos rulitos de pasta filo rellenos de nueces y bañados en almíbar, parecidos a algunos de nuestros pastelitos morunos...

kunafa

 Creo que todos nos hemos venido  más pesados de lo que fuimos.
No habia dia que el metre no apareciera al final de la comida a preguntar que tal todo, sabía poco español, pero si lo entendía y contestaba en italiano. Un señor muy atento, sonriente y correcto. Los camareros  eran chicos jóvenes, muy guapos, diligentes, pendientes a su jefe y a los comensales. Se ocupaban  de servir las bebidas y recoger las mesas.No hay chicas empleadas en el crucero, al menos, no las vimos.
Un pero, los manteles y servilletas de cuadros azules y blancos que no pegaban ni con cola en este comedor.
Otro inciso, los egipcios son guapos, en general. Tienen facciones finas, elegantes y delicadas, ojos oscuros, pelo negro y pieles morenas. Desde los habitantes de el Cairo hasta los nubios de Assuan,  esta constante se repite, en chicos y chicas.  
Sobre las 3 de la tarde llegamos a Kom Ombo, todos preparados para salir en tropel. Walid aparece vestido con una elegante chilaba blanca de lino. Aquí se llaman galabeyas, se diferencian de la marroquí en que no lleva capucha, son más amplias y disponen de un par de bolsillos interiores bien grandes.

El barco nos deja a los mismos pies del templo. Hace un calor horroroso. No se puede parar al sol. Voy pertrechada con mi gorro y mi botella de agua fresquita, además, me he puesto un vestido de algodón blanco y sandalias, ya no aguanto los tenis, aunque ni por estas.
El nombre Kom Ombo le viene del árabe, colina de oro, en egipcio sería Nubet =ciudad de oro.  Por este lugar pasaban las caravanas que se dirigían a Nubia que comerciaban con el oro de las minas del desierto.

Debemos subir otras enormes escaleras para salvar el nivel del Nilo, después, más escaleras, el templo se sitúa sobre una colina. No queda mucho en pie del recinto aunque una vez dentro entiendo porque la insistencia de venir a ver lo que parecen un montón de escombros. Es un santuario de doble dedicación, a Sobek, el dios cocodrilo y a Horus el viejo. Esto no lo comprendo muy bien, creía que solo había un dios Horus, pero no, entre los más de 700 dioses de la mitología egipcia, el Horus de Edfu es un dios más joven que este que nos encontramos ahora. Y lo del dios cocodrilo tampoco lo veo muy claro, se supone que es un animal malo. Lo mismo había muchos por esta parte del río y lo divinizaron a ver si se comía a menos gente.

 Kom- Ombo es de época grecorromana,posterior a los ptolomeos, algunos emperadores romanos añadieron elementos al templo, aunque les pillara lejos, Octavio, Trajano, incluso Tiberio tiene su cartucho.
El diseño es simétrico, lado derecho para el cocodrilo, lado izquierdo para el halcón. Dos puertas, dos patios, dos salas hipóstilas y dos santuarios con dos pilones de diorita negra que tocamos para obtener energía ( yo en el lado bueno, el de Horus) y el guarda que llega armando gresca.
un fonendo

La diferencia con el templo de las dinastías anteriores es clara, los relieves son mas detallistas, la anatomia humana mas marcada, el ombligo, las manos con dedos largos, el pecho femenino mas prominente, los peinados muy elaborados y adornados, los vestidos..., todo tiene mas lineas, mas trabajo.

A esta zona solo entraba el faraón, esperaba la revelación de los dioses, más bien simples sacerdotes escondidos en los pasadizos del sótano y haciendo creer al "iluminado" que los dioses le dictaban órdenes.
Trajano en ofrenda a Inmhotep

Montones de relieves, altos y bajos, perfectos, con gran detalle, los dioses purifican al faraón, luego las diosas del alto y el bajo egipto lo coronan, Cleopatra IV , mi diosa favorita la leona Sekhmet, ofrendas a los dioses, Trajano adorando al magnífico arquitecto y médico del faraón Zoser, Imhotep divinizado y comparado con el dios griego de la medicina Asclepio o Esculapio como le llamaban los romanos, instrumentos quirúrgicos, las instrucciones para sentarse en la silla de partos, un calendario de 360+ 5 días: tres estaciones, inundación, siembra y cosecha, 12 meses de 3 semanas y cada semana 10 días, los 5 días restantes de fiesta.

A este lugar llegaban muchos enfermos para ser curados, se apiñaban en las dependencias exteriores, esperando turno para tratamientos impartidos por sacerdotes sanadores que seguro mucho tendrian tambien de magia. En el suelo quedan marcas de juegos, utilizados en las esperas y socavones en las caras de los enemigos, trataban de deshacerse del mal que portaban.

 Aprendimos cómo los estudiosos descifraron el primer jeroglífico y como se leía. Dos palabras CLEOPATRA y PTOLOMEO. La P, un cuadrado en la escritura, fue la clave.



En una capilla exterior al templo se pueden ver momias de cocodrilos, pequeños, grandes, medianos, todos negros en la primera sala, mientras que mas adentro los vemos, envueltos en los paños de lino. Por lo visto era habitual la práctica de embalsamar animales, gatos, ibis...., no dejan hacer fotos.

para saber mas:Kom Ombo

Acabamos en Kom Ombo y ponemos rumbo hacia Asuán, última parada. Esta noche cena de gala, ellos lucirán sus candoras y nosotras nuestras preciosas chilabas, la mia prestada por una buena amiga Habiba, que cuando se enteró que necesitaba una me prestó cuatro, a cual más bonita y elegante.
Nos han prometido fiesta con danza del vientre y exhibición de derviche danzante y luego velaremos armas, pues a las 4 am salimos hacia Abu Simbel, eso será otro día.
 

  
las fotos de Edfu y Kom Ombo:fotos 10.10.18