lunes, 16 de octubre de 2023

para Bea


Llegó y pasó como un suspiro, lo viví como espectadora de una película de cine mudo. No era capaz de controlar la emoción que me inundaba el habla en todo momento. La niña se casaba.
Vestido blanco, flores, tules, olor de azahar, champán para saciar la sed. "La niña se casa, en las Angustias".
Granada nos esperaba con sus cumbres peladas de nieve, vestida con sus mejores galas para la Magna. Salen a la calle las 22 mejores cofradías, como si el destino hubiera decidido, en sus entramados caminos, celebrar por todo lo alto la ocasión.
La niña se nos casa, el día amanece lluvioso ¡gracias a Dios!, también contamos con la bendición del Cielo. Esto va bien.
Mis piernas tiemblan, revivo aquel lejano 19 de octubre en que vestí galas blancas. Agarro el brazo del que aún envejece a mi lado y respiro hondo. Todos de pie, entra la novia. Blanca. Radiante. Mi niña. ¡Que bonita es! Miro alrededor y veo caras muy queridas de ahora y de antes. Recuerdos entrañables, buenos momentos vividos.
 En el altar Isidro, David y Emilio, nuestros queridísimos curas, guías espirituales, amigos de los buenos. ¡Que afortunados somos! 
Tatí lee la carta de San Pablo. Nunca la oí igual. Esas palabras escritas hace 2000 años toman forma, son una belleza en su voz. El amor, que no tiene límites ¡Que regalo tan bonito te hizo tu tía! 
David te hizo otro, animado con la ayuda de la aspirina. Se efervescente, Bea. 

Entrañable Isidro, y Emilio que recordó a todos los que se fueron.

Ya está casada la niña. Vayamos a celebrarlo. En tren, desde Puerta Real a la cuesta de los Chinos, luego a pie, solo un poquito.
 
Felicidad por todas partes, emoción que me tenía abrumada, mirando, observando, disfrutando, riendo de puro nervio. ¡Que bonita es mi niña! 
El día abre, el Sol sale para ofrecernos otro regalo: el mejor atardecer granaíno en uno de sus días más grandes. La Alhambra a la izquierda, el Albaicín y el Sacromonte a la derecha. Espectacular Granada!

 Mi niña se casó y aunque ya solo es un poquito mía, la cogí en brazos cuando aún no tenía un día, desde entonces,  me enamoró.

Ya están en mi vitrina, llegaron intactas, ahí quedarán para la posteridad. Brindaremos con ellas en cada ocasión especial que se celebre en esta casa y así volveremos a brindar por vosotros. Por las luces del día, por mi niña bonita, mi dulce princesa, por ese pedazo de sol, la niña de mis ojos. Por Bea y Tato, por vuestra felicidad que nos irradiasteis a todos, nos atravesó e iluminó nuestras sonrisas todo el fin de semana. Por ese chute de emoción perdurable que aún guardo en el depósito de mi oremus. Por la familia, en singular porque ya es una, y quisisteis ampliarla con nosotros, por vuestra unión ante Dios y porque eres bonita desde que estabas en la barriga de tu madre.
Desearos que siempre os queráis y disfrutéis de estar juntos porque sea mucho mejor que estar separados. Que la vida os llene de bendiciones. Con todo nuestro amor.
Adi, Fau, Foqui y Macu.